LAS BARCAS
Mi barca partió un día
por la inmensidad azul,
navegaba rumbo norte,
y nuestras barcas
se cruzaron.
Mi timón era frágil,
y la suave brisa me
llevaba sin ruta.
La corriente hasta
tu proa me llevó, y
me enredé en tu cadena,
y me até fuerte a tu barca.
Me llevaste por el océano
de luz, de sueño, de amor,
y al amanecer de un día
te entregué mi corazón,
tu ternura y tu silencio
me enseñaron que es más
suave el camino si vamos dos.
Una fría tarde llegó
la tormenta, y la furia
del viento y la lluvia
destrozaron nuestras barcas.
Nos invadieron las olas
gigantes, y nos olvidaron
en una playa desierta,
llegó la noche y en esa
obscuridad se perdieron
nuestras manos, la luz
de la mirada, y la paz
del corazón.
Tuve miedo, frío y desazón,
pero tu ahí junto a mi,
llenaste todo mi vacío,
tu amor y tu ternura
trajo hasta mi, la brisa
suave y cálida del verano.
Y las manos asidas
fuertemente dan el valor,
la fortaleza, de buscar
otra barca, otro mar,
otro cielo, abandonando
la playa para ir despacio
hasta el fin del horizonte.... |