No sé si ese fue el final que encontró Máximo, porque de acuerdo al reporte oficial de su muerte, ésta le llegó debido a una sobredosis, aunque nunca le realizaron la necropsia, quizá por considerarlo innecesario: era el final obvio para un adicto.
Para el propósito de la presente obra, he decidido plasmar las entrevistas que realizó el doctor Cisneros al joven Máximo, lo cual es posible, gracias a las grabaciones magnetofónicas que utilizó en cada una de ellas y que –después de largos periodos de convencimiento– accedió a que yo las escuchara.
Asimismo, incluyo comentarios y declaraciones del doctor, que tuve que solicitarle, con la finalidad de enriquecer y dotar al presente libro del punto de vista psicológico y humano de Cisneros, hacia Máximo, quien al fin de cuentas, fue el sujeto de estudio.
Como último comentario a esta introducción, quiero explicar el porqué la presente obra pertenece al genero de novela: cuando presente al doctor el resultado final del libro, no le agrado en lo absoluto, lo tachó de ser meramente un trabajo de campo de un estudiante de psicología o más bien, de un antropólogo. Me dijo que era su deseo que fuera relatado en primera persona; prefería que tuviera un aire novelesco a que pareciera un llano y vago reporte escolar, “para eso, yo mismo lo hubiera publicado y no te estuviera molestando” –me dijo en aquella ocasión–. Le expliqué que no era mi intención hacerlo enojar, sino que simplemente había pensado en que le gustaría que fuera un trabajo científico serio y profesional, empero, no había razón para que hubiera problema alguno, le daría ese toque “novelesco” que él deseaba, aunque sí, le exigí dejar la introducción tal cual había escrito, a lo que accedió sin recelo.
(continua) |