Se podía distinguir desde
La posición del observador,
Una cantidad nunca imaginada
De seres humanos distraídos.
Se presentía que su realidad
No era sino un conglomerado de
Percepciones y otras cosas,
De las que cada uno hacía
Patrimonio propio.
Entre tantos intérpretes,
Entre tantos sentimientos
Y sensaciones conquistadas
Por cada uno de ellos,
Se componía una estela
De expresión confusa,
Al tiempo que distinguida.
Y la realidad merodeaba.
Aguadulce, marzo de 2009
José María de Benito
Texto agregado el 06-03-2009, y leído por 132
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