Luis, Calvo y Maquena.
Ramón mira a su alrededor de cuantas cosas tiene y cuan feliz es en esa casa grande llena de ventanas, con grandes paltos en medio del jardín al costado de la piscina, ve a su alrededor mientras juega con Calvo su fiel Golden retriever compañero de cuantas tardes entretenidas, de pronto se acerca una niña que trabaja en la casa desde que Ramón tenia uso de memoria se aproximan y entablan un dialogo
Señorito Ramón desea algo mas-se acerco y le entrego un vaso de jugo natural con un brownie de esos que preparaba su abuela en vacaciones en la casa de Cachagua.
No gracias esta bien puedes retirarte-dice Ramón mientras mira el fondo de la piscina y piensa para si mismo lo bien que vive y lo bien que se encuentra.
Ramón vuelve a su interior y continua pensando en como puede llegar a sentir tanta dicha y piensa en su compañero de tardes Luis el hijo de Maquena el jardinero debe de ser distinta su realidad ya que se acuerda de aquella tarde en la que miro los zapatos de Luis y pareció haberlos visto rotos a pesar de que no lo creyó tenia esa impresión de aquel momento, Ramón era de estatura un poco baja para su edad, tenia 13 años y su porte alcanzaba un metro y medio cuando se erguía a mas ya no poder, era de piel muy oscura comparada con la de sus vecinos que solía ver cuando bajaba en uno de los autos de sus padres a su colegio, tenia los ojos negros como la mas oscura noche, sus manos sucias con uñas largas llenas de tierra, su pelo era también muy distinto al de sus vecinos era algo porfiado como le decía su madre pero a Ramón nada le incomodaba no sabia de estereotipos y no pretendía saberlos el era feliz, se sentía pleno y lleno de gozos.
Una tarde en la cual llego el instructor de natación a su casa para continuar con las clases, recordó haber escuchado una conversación del instructor con una joven, en donde el instructor decía “no te preocupes si termino con este pendejo cuico y vamos pa la posta” como no entendió nada no tomo importancia de nada, es obvio. Así pasaba su vida Ramón entre su gran casa y su mente que lo mantenía ocupado por mucho tiempo, se acercaba el fin de clases y Ramón iría de vacaciones a Illinois, Estados Unidos como era costumbre para el ya que tenia entendido que gran parte de eso que llaman familia se encontraba viviendo ahí cuando de pronto siente un zumbido estremecedor que lo aterra y a la vez lo alivia, transcurren un par de segundo mas y vuelve a sentir lo mismo era un alivio en su pecho pero a la vez algo que lo aturdía, intenta recobrar el pensamiento y controlar la adrenalina que le invadía su cuerpo y nuevamente vuelve a sentir lo mismo pero mas estremecedor y esta vez grita, en realidad no grita se queja de una manera muy gutural casi prehistórica, pasan eternos segundo de vagar en la nada de ver y conocer la infinidad de los sentidos, la retórica y la dialéctica del silencio, las palabras que no se escriben se asomaban frente a el, los sonidos que no se escuchan le hicieron compañía, el fuego que no quema lo abrazo por esos eternos e inquietantes segundos, entonces sintió unas voces que nunca había escuchado unos tonos y una forma de hablar que no tenia sentido alguno pero sin embargo la comprendía y la sentía un tanto familiar intento abrir los ojos pero no podía le aturdía el sentido el hecho de solo pensar en abrir los ojos, solo escuchaba se oía una voz que decía “despertó el Ramón….. si recién ahora vamos a cachar si nos conseguimos un auto pa llevarlo pa alla po… osea el medico dijo que iba a estar bien po… estamos aquí en el Calvo Maquena.. pero toy urgio por la wea de que anunciaron lluvia y vo cachay que en el campamento cuando llueve queda la media caga po trata de conseguirte mas nylon pa tapar esa wea de gotera que se hace en la pieza” Ramón estremecido por aquel lenguaje abrió los ojos y quedo encandilado de sentir y de no querer sentir….
Ramón realmente estuvo en coma por 23 días y no aceptaba ni acepta su realidad el nació y vivió gran parte de su infancia en el campamento de Peñalolén ubicado en José Arrieta un poco mas arriba de Tobalaba, su mente lo engaña y lo engaño preso de si mismo, tiempo después de volver a su vida en el campamento, en el hambre, en el barro y en la mismísima miseria de un país en eternas vías de desarrollo, huyo a viajar y buscarse pero el problema fue que el no viaja descubriendo sino que huyendo de si y no lo logra y eso le aflige, le atormenta y lo anula de sentir algo que no sea desesperación.
Tiempo después supe que Ramón vivía debajo de un puente cerca de patronato solo, austero del sentir y del pensar, entregado a su mundo que no es mundo sino un soliloquio de visiones eternas e impacientes que no tocan en ningún punto su táctil y hermoso reflejo o atisbo del sentido de su ser.
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