El Martes que usualmente corresponde a la interacción semanal de los compis Caro y Rafa, cede su espacio para presentar la columna o crónica (como ella llama) de una mujer maravillosa, su nombre es Paola y en esta página se encuentra bajo el nick de BlancaPola… No es porque sea mi amiga y compañera de ruta inseparable, pero tiene un talento y una suspicacia que siempre termina por parecerme genial, no más palabras, ella habla por sí sola… por cierto… que se cuiden los hombres…
Carolina
CRÓNICAS FEMENINAS URBANAS.
El Autodesaparecimiento, nueva técnica de tortura a terceros.
Lunes siguiente del Domingo de resurrección, doblemente nerviosa y doble desorden hormonal. Llevo 10 días menstruando y ni hablar de los dolores, me siento como un héroe de guerra, totalmente desangrado y sin piernas.
Pero a las dos nos juntaremos, no lo veo hace una semana, le traje unos huevos de chocolate por si le faltan, digo, chocolates. Y de esas galletitas caseras que se traga sin mascarlas. Mi gordo.
Cuatro horas antes debo estar en el Hospital, tengo una reunión de Volun-trabajo, esos que te mantienen activa, pero en la pobreza. Suena el teléfono es él, me dice que ha tomado una decisión y que no podrá verme hoy. Ansiosa le insisto en que me cuente que ha decidido, que qué pasa, ¿¿¿no le gustan los huevos??? . Tanto habré insistido que me lo dijo, en un minuto expiró toda posible sonrisa en mi.
“Es que te quiero pedir un tiempo, es que eres demasiado hipocondríaca, y no creo nada de lo que te quejas”.
Por qué siempre me bloqueo en estas situaciones, no le dije nada!!!, corté el teléfono y me apoyé en mis amigas. Será posible??. Me creyó todos los orgasmos fingidos, pero los dolores menstruales???, esos si que estaban nominados al Oscar, improvisación pura.
Ja, no me queda más que reírme, es que si lloro redundo, no se puede repetir una misma palabra en un párrafo, ni mil llantos en una vida.
Hubiese preferido que me dijera que era Gay, que me engañó, que me depile las piernas, pero ¿hipocondríaca?.
¡Necesito ubicarlo pronto para entregarle los huevos!, realmente le hacen falta.
No sé cómo puedo ser mujer y respirar al mismo tiempo…
Se supone que nosotras somos las complicadas, ¡las emocionalmente inestables!, pero resulta que hubo un cambio de papeles a último minuto y ahora los hombréciles deciden tener problemas existenciales, hipersencibilidad relacional, se depilan y se desaparecen como la mujer maravilla.
Y te dicen excusas profundas, para no crearte traumas y satisfacer tu ego como: “ Eres demasiado para mi”, “te mereces un hombre mejor”.
Que patudos!, se leen un libro de Inteligencia Emocional y juran que la desarrollan mientras van leyendo, si la falla viene de fábrica.
Se supone que seríamos un justo ensamble, hombre y mujer complementos mutuos. Pero lo único que veo hasta el momento en ellos y que me resulta un complemento es eso, eso que les sobra, y que les sobra aún más cuando retroceden en la escala evolutiva y los instintos los hacen hervir de calientes.
Llevo 15 días menstruando, juraría que me desangro por dentro, y que se me reventó el corazón, fluyendo la sangre hacia fuera para secar todo vestigio de pasión, de excesiva entrega, del ridículo que hice queriéndolo, de la energía mal invertida, de la inocencia maldita y traidora.
Obviamente ahora viene toda la etapa del duelo, en que me comeré un gran chocolate, me pondré la ropa más sexy y saldré a la calle a maldecir a cada hombre que me mire y halague. Luego subiré un kilo, y bajaré dos, escribiré algo feminista, y borraré todo indicio de su existencia (entiéndase ello como el rompimiento de cartas, luego de masoquistamente apretarlas contra mi pecho, golpear al oso de peluche que se ríe de mi y que me regaló el 14 de Febrero, rayar mil veces su nombre y número telefónico en mi agenda hasta que no se vea y se rompa la hoja, evitar volver a los lugares en que nos veíamos, que para colmo fueron muchos e ir al cine en compañía de un gran y calórico helado).
|