Pablo
tu nombre cae de mis labios
deslizándose suavemente por mi cuello
descansando solo por un minuto en mi pecho desnudo
que hoy solloza débilmente por tu nombre…
Pablo
caes de mis labios
rodando cuesta abajo en espirales por mi cintura
resbalando rápidamente por mis muslos
salpicando mis pies desnudos con tu nombre…
Pablo
un sol Azteca y una luna Maya
fueron testigos de esta amistad eterna
y de estos pasos mágicos
que permitieron nuestro encuentro.
Texto agregado el 05-03-2009, y leído por 263
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