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Mientras oía emitir el último sonido, un aullido, el último de su vida, o muerte de un perro, el recuerdo de su vida vino intacto en la botella de licor que compró con su último dólar junto a la soga que sería su salvación. Cuando llegó al país con sus sueños e ilusiones intactos, queriendo olvidar los desaires de una patria, que además de verlo nacer lo acabó moralmente, vino con mil y una ideas para su nueva vida.
Al comienzo todo de fue de maravilla, era como si los dioses se hubiesen puesto de acuerdo para que todo se realizara como él quería, primero vinieron las cosas materiales, pero sin dejar de lado los infortunios, pero siguió, creó el centro de diversiones más famoso de la ciudad, trajo a su hermano y hermana de su país, donde habían tenido la misma suerte que él, y talvez ahí fue donde comenzó todo, ya que los dioses no tenían planes preparados para esos desconocidos que recibían apoyo de su protegido.
Administró su centro de diversión junto a su hermano, pero poco a poco los dioses lo fueron abandonando, y comenzaron a decaer todos sus planes, perdió el centro de diversiones en una apuesta en un partido de fútbol, y su hermana además de vivir para las joyas y el dinero, comenzó a prestar dinero a todas sus amigas, y cuando ella necesitó de ese dinero, sus amigas se convirtieron en dedos, apuntándola de desconfiada y mal agradecida, comenzó a trabajar de mesera en un restaurante, pero no conseguía el dinero necesario para sus gastos, mientras los dos hermanos hundidos en la miseria y como raro en el alcohol decidieron buscar trabajo de lo que sea, y lo consiguieron pero igualmente con sueldos tan bajos que les alcanzaba a duras penas para la comida.
Sus dos hermanos tuvieron que volver a su país porque su hermana tuvo que vender su cuerpo al jefe del restaurante donde trabajaba para conseguir un aumento de sueldo, cuando se quedo solo en el país pensó que todo volvería a ser color de rosas, porque se había dado cuenta de que todo comenzó cuando sus hermanos llegaron, hizo todo lo posible para recuperar sus sueños e ilusiones, pero la voluntad se había acabado, comenzó a estafar empresas y endeudarse, fue catalogado por la policía como delincuente nacional, hasta que llegó al departamento que había alquilado en el barrio más pobre de la ciudad, había tomado la última semana y tenía la melancolía en su corazón, alquiló el teléfono de la tienda de la esquina y llamó a la empresa donde fue su último atraco, y donde según él encontró el amor, pero la necesidad fue mayor que la pasión, llamó durante una hora seguida pero nadie contestó, compró con su último dólar una botella de licor y pidió prestado a la dueña de casa una soga gruesa, tomó su licor de un solo trago, recordó su vida desde el comienzo hasta el fin, colocó la cuerda en el marco de la puerta, se la colocó alrededor del cuello e hizo lo que tenía que hacer.
Al otro extremo del continente su hermano estrelló su auto (nunca se supo si fue a propósito o un accidente) y murió instantáneamente y su hermana sin conocer más oficio, después de la muerte de sus hermanos, trabajó de mesera, pero al no conseguir éxito decidió dedicarse a algo más lucrativo que en pasado le significo un aumento de sueldo.

Texto agregado el 04-03-2009, y leído por 96 visitantes. (0 votos)


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