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Inicio / Cuenteros Locales / mateocolon / Esta noche serás mío…

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La noche llegara rápida y sutil, como la urgencia del deseo que siento por ti, estarás descansando en la casi oscuridad. El silencio será total,

. Me miraras sonriente sin sorpresa y harás irreversible el beso que siento abrasador. Tus labios responderán al beso... la satisfacción, la felicidad y la arrogancia te saturaran; y tendré entre mis labios cerrados tu lengua húmeda lamiéndolos. Tu cuerpo temblara como el mío con aquella increíble sensación, insistirás en lamer y abriré la boca porque mi lengua anheló también, lamer. Sentiré tus dientes y tu lengua con mi lengua. Tus brazos me aprisionaran al estrecharme, el candente abrazo te llenara de pasión, de ardor. Te escuchare suspirar y me oiré suspirar, como si juntos esperáramos, desde tiempo inmemorial, el encuentro de nuestros labios, de nuestras almas, en este beso eterno. Tu mano bajara hasta mis nalgas en la primera vez que esas manos viajaran a lugares que nunca nadie habían tocado.
Mañana querré tener presente ese momento recordando el sabor de tu saliva, el filo de tus dientes y el suave móvil de tu lengua; mas mis manos y mis dedos intentaran reproducir la sensación que mis nalgas tuvieron al sentir tanto impacto en mi cuerpo, y en el cuerpo de mi alma, en una fantástica masturbación cuyo único logro fue aumentar la imperiosa necesidad de una mano ajena.

Hoy serás tú quien morirá extenuado de placer entre mis brazos; quien balbuceará mi nombre entre gemidos. Sentiré tu respiración acelerarse al mismo ritmo que crece tu miembro. Se erguirá sublime, único, gracias a mi; a mi influencia sobre él.
Lo tendré a la vista, al alcance de mis manos, tal vez de mi boca y también... de mi vagina. Y lo agarrare - esa es la palabra porque mis manos parecerán garras de tan deseosas que estarán o enardecidas - lo contemplare danzar sobre la palma de mi mano y mi rostro en general será de pasmo ante la belleza y la terrible impresión placentera que me causara tenerlo sujeto por mi mano y cobijado por mis dedos. Mi boca baboseara de tanto placer. Atraeré el prepucio hacia atrás y aparecerá la roja cabeza con ese ojo tan precioso. Mi mano ira hacia arriba o hacia abajo suavemente y entonces si estarás a mi merced. Echaras la cabeza hacia atrás saboreando el gozo de mi mano y temblaras. Más entonces suplicaras más exquisita la caricia estremecido de placer.
Me agachare y lameré con toda la ternura de que soy capas; tu ojito, tus venas transparentes, tu grueso caño que morderé y tirare los pelos grandes y finos con mis dientes.
Luego te chupare primero el glande, después, a lo largo y a lo ancho. Hasta meterlo todo en la boca produciéndome seguramente una muy placentera comezón. Entrara y saldrá cuando lo quiera, sentiré tu estremecimiento cuando llegues al limite que te producía mayor placer.
Detendré luego esa loca carrera de mi boca para verte babeando de deseos, tratando que tu cuerpo se incorpore para besar mi boca y al menos aspirar el olor que mis labios recogieron de tu verga.

Yo soy su dueña y señora, me vanaglorio del poder. Por eso esta noche.... te cabalgaré a horcajadas, hasta que nuestros cuerpos, cubiertos de sudor, caigan hechizados por el goce del ritmo frenético de mis caderas.

Me encanta estar encima de ti sintiendo el palpitar de tu miembro, eso me excita. Me encanta verlo vibrar entre mis muslos tocándolo, ver el prepucio como va subiendo y bajando entre mis dedos, como tus huevos se van poniendo duros al calor de mis manos, como sube tu cadera y baja al compás de mis manos, moviéndose debajo de ellas, mientras tratas de acariciar mis senos, pero no me tocaras...es mi mayor placer.
Después de dejarte con tu pene erecto, me pondré de pie delante tuyo, y ante tu ávida mirada acariciare suavemente mis senos con las dos manos... me agachare, me pondré de rodillas entre tus piernas abiertas, y me iré tocando los pezones con malicia dibujando círculos en ellos y pellizcándolos uno a uno, acariciare con lujuria mi clítoris sintiendo mi cuerpo sudado por el placer de la excitación... meteré un dedo dentro del tesoro que anhelas, aumentare las caricias en el clítoris, abriré los labios interiores y miraras enloquecido con ojos vidriosos, quieto, pidiéndome algo más…La sonrojada vagina descargando flujos como el río descarga en el mar. . . Mi cuerpo estremecido de deseos, temblando como una niña en soledad, estallara en un orgasmo profundo dentro de tu boca...

Pondré mi vagina chorreando de la delicia del orgasmo, sobre tu boca hambrienta. Te haré beber hasta el último resquicio de mi cavidad; quiero convulsionar en tus labios, morirme agarrada a tu pelo....

Derramarme en ti y sobre ti. Esta noche mi vida, gozaras como nunca de los placeres del sexo, porque seré yo quien te maneje como una vulgar marioneta, moveré los hilos que enredan tu cuerpo, para proporcionarme satisfacción. Te usaré, como se usan los trapos viejos, quiero que limpies la calentura de mi cuerpo, que te refriegues sobre el. Para luego poder lucir hermosa y renovada, renacida por el acto consumado.
Cuando no pueda soportar tus lamidas y besos sin eyacular, abriré mis piernas salpicando flujos y de una sola vez me clavare en tu miembro.
Mas esta vez no llorare ni gritare porque seré yo tu dueña.
Seguramente a ti te dolerá mucho mas porque fui yo quien te abuso, pero cuando sientas tu soñada cueva en tu miembro ardiente, solo gemirás y gozaras una sensación gloriosa, con el simple roce de la piel en ella realmente excitante, y tus ojos clavados en los míos ahogaran en llanto tus gemidos. ¡Que más podríamos decirnos!
Solo el ardor inaguantable que explotara en mi boca en un grito cuando nuestros sexos se encontraren. Un beso salvaje acompañara seguro la penetración, perderé un instante el control y en un empujón mas violento que los demás me recobrare.
Tu saliva recorrerá mis labios, mis mejillas y mi cuello, descenderá a mis pechos para poder morderlos, para poder lamer cada pezón con un ansia incontenible de penetrar más en mí.
Cerraras tus piernas sobre mis caderas y la unión de nuestros cuerpos será total.

El juego ha cambiado, ahora seré yo el verdugo y tú la victima, yo la dominadora y tú el dominado.... espero que cumplas mis expectativas como buen amante.

¡Vamos, te diré! Sácalo chorreando con mis flujos y tu semen que recién he recibido y mételo bien y como mejor te plazca, hazme gozar. Quiero que llegues hasta donde te lo permita mi gruta encantada. Quiero sentir tus huevos amorosos en mis colinas rosadas y que tus vellos se confundan con los míos, quiero que mis líquidos que propician el ingreso al túnel de mi ser, no se desperdicien y bañen a la hermosa y deseada verga que se agita impaciente y que tanto placer me ha dado ya, al ingreso nuevamente adonde, estoy segura, se espera su invasión llena de amor.
La sentiré entonces tocando a la puerta del paraíso, pero esta vez el avance será lento pero constante, se dará con facilidad, más bien con el placer infinito de sentirlo en el centro de mis entrañas, moverás tus nalgas poderosas sobre mi cuerpo tan deseado, aplastaras mis pechos, me harás sentir la fuerza del placer, de ese placer que nada lo iguala. Dejaras que tu verga me lleve al paraíso todo el placer que espero, fabricaras orgasmos veloces, incontenibles, maravillosos. Cuando sienta tu miembro vibrar con sus venas prontas a estallar y tus jadeos se tornen en gemidos, la sacaras y te pondrás boca arriba separando mis nalgas para en un instante tenerme clavada. La autonomía de mis nalgas iniciaran un vaivén incontrolable; mi vulva, conforme vaya hacia adelante, regresara incesantemente.
Gozaras y me harás gozar de ese placer portentoso; pues siendo yo el jinete, mi vulva se restregara con los vellos de tu verga y como consecuencia, mi clítoris será el amo de la acción y del placer. Iniciara los orgasmos y gritos incontrolados e interminables, y yo continuare con más orgasmos y jadeos en mi cabalgata, sabiendo cuando el último estaría por llegar.
Entonces tus gemidos serán conmovedores, verdaderamente celestiales; me inundaras la ya completamente inundada vagina. En ese instante no existirá nada más que el delicioso sentir de esos choques dentro de mí, y el hacerlo perdurar por siglos y siglos, contra todo y contra todos, para preservar nuestro maravilloso mundo…

Tengo alguna sorpresa, un as que escondo en la manga, reza para que sea de corazones y no de espadas... porque sino lo pasarás mal... muy mal.

Cuando lo deje libre de aquella prisión, lo sacaras completamente mojado, lo agarraras y comenzaras a pasar su punta bordeando mi culo hasta que encuentres la abertura suficiente para poder meterlo. Permanecerás quieto unos instantes para darme tiempo a sentirlo adentro y cuando te mire fijamente, comprendiendo que estoy lista, comenzaras a penetrarme con dulzura, pero con fuerza tomándome de las caderas mientras mis dedos no dejaran de masajear el clítoris hinchado y caliente, deseoso de ser tocado hasta acabar. Esa sensación es difícil de describir; por un lado el dolor de sentirla por primera vez ahí y por otra de miles de placeres que me abordaran al sentir que era yo tu dueña y tu mi esclavo. Tu verga se ira abriendo paso, primero la cabeza y tras llamarme por esta única vez: ¡Puta, como gozas con mi pija en tu culo!... Te moverás despacio, muy despacio para que doliera menos hasta verla desaparecer lentamente en mi interior que -dicen- producirá un dolor intenso al principio hasta el llanto y que se convertirá en puro placer a continuación... Un placer extraño pero muy intenso, que jamás habría imaginado que se pudiera sentir.
Será pues algo maravilloso y excitante, me secare las lágrimas… ya adentro me meceré dichosa de haberla recibido de una manera alucinante, la cual desde hace un rato ya estoy palpitando... ¡Creo que habré llegado al éxtasis!... sin necesidad de palabras.
Con las primeras luces de la mañana te despertaras y te quedaras contemplándome, tus manos acariciaran mi cuerpo desnudo como te gusta depositándolas en mi sexo aún húmedo y sonreirás con malicia, pensando que fueron tus caricias las que logran este efecto… pero tú no sabes de mis sueños y yo no te lo cuento, es tan excitante porque aunque ninguna mujer se atreva a confesarlo todas lo hemos tenido muchas veces, y tú no lo comprendes porque no eres mujer


Siempre he creído que una relación amor odio es lo mas gratificante, te odio porque no soy yo la única a la que contentas, pero te amo porque como tu no existe espécimen en la tierra. Eres un esclavo del sexo, tu hábitat natural es la alcoba, tu cobijo son las sabanas y tu alimento los flujos de tus concubinas.
Yo soy tu hembra preferida, lo se, puedo notarlo.
Me saboreas como un catador de vinos, con experiencia, sabes todas mis texturas, conoces mi aroma, en que copa tomarme...

Por eso se, que un día acabará, pero mientras tanto, disfrutemos del festín de esta locura.

Ven a las 9 p.m. ¡No traigas nada, nada me falta!

Mateo Colon








Texto agregado el 02-03-2009, y leído por 295 visitantes. (0 votos)


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