Te quito el cabello de la cara y te beso. Meto mi lengua y siento la tuya. Me excito. Empiezo a penetrarte. Te duele. Me dices que no soy tan tierno. No me importa, yo sigo en lo mío. Adelante, atrás, adentro, afuera. Gimes y me dices que no es por placer. Adelante, atrás. Empiezas a llorar. Adentro, afuera. Siento tu sangre en mi miembro, me pegas en la cara para que me detenga. Ya casi acabo. Pareciera que te están torturando. Me empujas antes de que termine y me dices que me vaya. Te limpias la hemorragia. Sigo excitado. Te agarro los brazos y te abro de nuevo las piernas. Otra vez adentro. Me muevo más rápido, y dices que ya no lo soportas, que te hago mucho daño. Tu lloriqueo me encabrona. Te agarro la cabeza y la volteo. Veo dos botones y aprieto el de OFF. Cesa el llanto, y por fin me vengo. Prendo un cigarrillo, pensando que le voy a decir a mi mujer cuando vea este maldito robot en la cama.