Ayer desperte sin sentir mi piel, con los ojos desgarrados de alegria, una lanza atravezaba mi boca, la almohada de piedra habia demacrado la punta donde solo esa hormiga purpura tocaba el arpa oceanica, remojando sus patitas en tomillo color turquesa, las ondas recorrian mis extremidades una y otra ves con un sencillo tronar, el nectar que soltaban sus notas humedecia mis labios tornasol, dandoles un sabor a tì, dejando esa fragancia discrepante al de las demas hormigas, una especie de dogma celestial que no secaba al instante, media manzana jugosa de cascara tinta partida por el frio , que provablemente tendira que relatar 5 paginas de algun cuento involucrado para mantenerlos hidratados y fue en ese momento cuando llego a mi el eclipse de su mirada afable, la punzada de si aguja enjuta, la brisa de su mar de evolucion, extendiendo sus himildres brazoz sobre mi exhortandome al canal de la eternidad.