Despues de tanto esfuerzo derrochado,
con la onerosa carga a mis espaldas,
y con agrio sudor haber pagado
de peaje vital, la cuesta larga.
Despues,
sobrepasando a los ineptos,
ancianos juveniles,
familiares,
zopencos en cadena,
carnes rojas,
tecnicos de excursión
que llegan tarde,
y habiendo dejado huella en el camino,
( recuerdos altamente degradables ),
aqui me hallo,
en la cima,
mas alto que yo, no se halla nadie,
en esta,
mi ubérrima península.
Pasaron ya los sueños en lo duro,
el falaz agrupamiento con la masa,
el hambre por las vueltas del destino,
el frio del mundo, agazapado fuera.
¿ El dinero ?
¡ Aquí no vale nada !
¿La religión ?
¡ Si estoy tocando el cielo !
¿ El amor ?
¡ A mis pies esta situado !
¿La salud ?
¡ Respiro lo mas puro !
Tras estar así un buen rato,
oyéndome a mi mismo
estos elucubrantes soliloquios,
( la hipoxia cobra caro su tributo )
miré a mi alucinado compañero,
y con fingida cara de desden,
púseme mi mochila
y dispúseme a bajar el Mulhacén. |