Y yo les respondí que soy ciudadano del mundo. Nací en un lugar, en una remota esquina en la que miles de personas nacieron sin decidirlo con anterioridad. Luché como nadie para no salir pero ahora que lo hice me he dado cuenta de que este lugar es maravillosamente horrible, pero maravilloso.
En mi comienzo de vida todo resultaba extraño: tus padres tenían siempre razón, era indiscutible, todo el mundo te sonreía y tú no sabías porqué, ¿cuándo te llegaría a ti el momento de conocer esa verdad? ¿de sonreír a los demás por un motivo aparente? ¿de tener razón? En el fondo me sentía un ignorante...
Hoy sé que no. Sé que todos ellos eran unos ignorantes. Unos ignorantes sobre mí. Nadie sabía qué hacía que mi materia gris se revolucionara tanto. Todas esas minipersonas que formaban esa materia corrían sin sentido y en diferentes direcciones, asustados, cada vez que a mí se me ocurría pensar. Y es que la verdad no era universal, era de cada uno…qué descubrimiento tan fascinante...
Ahora toca la primera oportunidad de fuego para aplicar mi conocimiento, escaso pero activo: mi primera comunión. Normalmente se escribe en mayúsculas pero no creo que ese acontecimiento lo merezca. Llegó mi mometo de conocer a Dios, esa persona de la que tanto hablaban mis padres, esa persona por la que mi familia dio tanto sin recibir nada a cambio, ese ser tan maravilloso que no hacía falta verlo para saber que lo tenías cerca…Vayamos a conocerle, pongámonos guapos, gomina y camisa, suerte.
Al llegar al lugar, no lo veo. Sólo sus retratos que en ocasiones discutían entre ellos por tener la razón, ya que cada uno era diferente. La primera persona con la que hablo es una señora mayor, enfadada por nuestro egoísmo y falta de agradecimiento al que por entonces era "nuestro señor" (tampoco se merece las mayúsculas). No sentí su presencia, sólo su presion por la necesidad de creer en su existencia aunque en ese momento estuviera de vacaciones por su edén.
¿Qué persona de buena fe tiene vacaciones de dos o tres años? No recuerdo cuantos fueron los que estuve esperando pero finalmente me dí por vencido y supe que jamás sentiria su presencia. ¿A lo mejor no estaba preparado, como lo están mis padres? No sé, pero vivir engañado cansa…Me decidí a emprender un camino que todavía no terminé. Es la vuelta al mundo 80 veces en infinitos días. Lo primero que aprendí es que tu mente volará con tus necesidades a lo largo de tu vida, que jamás lograrás estancarte en tus creencias, y que si lo haces, estás fotocopiando a la vez tus días y convirtiendo tu momento como ser humano en un libro de unas sola página. También aprendí el significado de la palabra religión: método mental (con su posterior transformación a económico) de lucha contra el miedo a la muerte. Con esto descubrí que no soy religioso. Le temo a la muerte tanto como cualquiera de vosotros. No soporto la idea de cerrar los ojos algún día sabiendo que jamás los volveré a abrir. Pero soy un ser humano, es mi condición y no debo esconderme a ello. Las fantasías están bien para cuando no tengas nada que hacer, pero durante tu vida debes estar muy ocupado en ayudar a que la vida de los próximos sea tan decente como la tuya. Por lo tanto, ¿en qué me refugio? Pues en mí ser y en mis obligaciones. Decido concederle a las personas el mayor bienestar posible. Lucharé por ser un artista.
El arte, como ya dije en incontables ocasiones, es la expresión de una persona, de sus sentimientos, emociones y necesidades, a través de un sistema de símbolos concretos, más o menos agradables para el receptor. Yo tengo que ser de esos. Tengo que expresarme. Mis pensamientos deben ser compartidos para que todos aprendan de mí. No es ser egocéntrico, es ser inteligente. En la diversidad está la verdad. Si todos conociéramos las opiniones de todos seríamos mucho más inteligentes, por eso me gusta escribirme y me gusta leeros. Intentaré no dejar de hacerlo nunca. Pero este no es mi mejor método. Además de haceros felices a vosotros me debo hacer feliz a mí. Entonces practicaré mi mayor pasión: la música. Voy a ser músico. Recordad esto, porque dentro de unos años veréis que no miento.
Con mi futuro decidido y esperando todos los cambios y contratiempos posibles para no fotocopiar los días, comencé una nueva vida, con otras ambiciones e intenciones y con otros actos diarios aplicados a éstas intensamente. En este momento ya tengo la oportunidad de pensar, de razonar, y de convertirme en una persona que tiene razón. Todavía no me acostumbré a sonreír porque sí, no es una de mis mayores facetas...
Y pensando me planteo las tan típicas preguntas sobre de dónde venimos y a dónde vamos y tal. Decidí que de dónde venimos no se sabe, interesa, pero se desconoce, por lo tanto lo ignoré. El a dónde vamos, a corto plazo interesa más, y como nuestra vida es un plazo cortísimo pues vamos a razonar un poco. En este momento entran en juego las religiones, no como religiones en sí, pero si en su esencia. Porque las religiones son reflexiones para escapar, de forma psicológica, de la muerte, creando un cielo y una tierra por ejemplo, en el caso del cristianismo; pero además son razonamientos sobre la felicidad, y eso si es algo que interesa, porque en el cristianismo, el hombre vive para después morir y vivir una vida eterna en un edén siendo alguien plenamente feliz. La invitación no está mal, pero como no sabemos si al morirnos vamos a llegar a ese lugar con pase V.I.P., y como soy un culo inquieto, pues vamos a encontrar la felicidad en la tierra. Dentro de mi desconocimiento sobre cultura religiosa, ¿qué religión busca la felicidad cuando el hombre es un ser terrestre? El budismo.
El budismo habla de ciertos dioses que no conozco, y de ciertas ascensiones del alma a la cima de la vida (definición de muerte). No creo en eso, por eso sigo sin ser religioso, aunque en lo que sí creo es en el mundo de la meditación. Seguramente no piense igual sobre esto que un habitante de tierras tibetanas pero en mi opinión, la felicidad plena es imposible de alcanzar, por lo menos en vida, sin embargo podemos acercarnos a ella, y la mejor forma de hacerlo es a través de uno mismo, a través de la meditación. El flujo de energías corporales seguramente no exista físicamente, sin embargo si sientes tu cuerpo vivo en un estado de meditación completamente profundo, puedes sentir esas energías y difundirlas hacia dónde más lo desees, haciéndolas recorrer todo tu cuerpo como un gusano veloz que se mueve según tu antojo. Cuando logras todo eso debes sentirte una persona feliz, una persona que se siente a gusto consígo misma, al margen de todas esas normas sociales, y cuando digo todas es TODAS.
En este momento, además de ser una persona feliz íntimamente, lo soy externamente. La vida me sonríe. El mundo que me rodea huele a heces pero alguien me regaló cuando nací una pinza para tapar la nariz, y logré sobrevivir entre este oxígeno opaco. Conocí personas maravillosas, la primera yo, que con 18 años todavía era un misterio pero que ahora ya sé hasta dónde puede llegar. No soy un artista legalmente considerado, todavía necesito unos años, pero sí lo soy en mi interior y muchos ya me consideran como tal. A la vez y paralelamente, aprendí a considerar a los demás que se expresan y que viven más allá de un traje o de un uniforme, unos artistas de su campo. Sé a quién debería respetar y a quién no. Sé que yo soy una persona que merece ser respetada y de la que muchos se pueden fíar. Sé que soy maleducado, y difícil de tratar a veces y lo siento, A partir de ahora sólo pido que se me soporte, y que todas las personas que estén cerca de mí sigan ahí, y que los demás se vayan aproximando a mi vida que van a ser recibidos con los brazos abiertos. Sé inteligente, no hagas lo mismo que yo, y verás lo perfecto que te vas a sentir. Suerte...
*Javier Santalices* |