El ni;o vio al caballo y se puso en medio del camino sin miedo, sabiendo que por muy loca que fuera su carrera se detendria al verle. Y asi lo hizo.
-Hola- dijo el ni;o, -donde vas?
-Voy huyendo del mundo- respondio el caballo.
- Y porque huyes?- pregunto el ni;o.
- Porque ya nadie cree en mi.
El ni;o no comprendia su respuesta, pero no dudo de la palabra del caballo. Antes de dejarle marchar le pregunto.
-De donde vienes?
Y el caballo piafo.
-Me he escapado de un tiovivo.
El caballo siguio su carrera y el ni;o siguio andando mirando al camino que aun le quedaba por recorrer. Era mucho camino, pero su corazon le impulsaba hacia adelante y sus piernas seguian ese impulso con una voluntad que se hacia mas fuerte a cada paso. Al poco se dio cuenta de que un peque;o rio de agua negra fluia paralelo al camino en direccion contraria a la suya.
-Hola- Dijo el ni;o. -Donde vas?
-Voy en busca de un caballo- respondio la voz del agua.
-Y para que quiere un rio de agua negra encontrar un caballo?- Pregunto el ni;o, y sus propias palabras le asustaron un poco.
-No soy un rio de agua negra- respondio el agua. -Soy tinta, y voy buscando un caballo porque, a no ser que vuelva a beber de mi, desaparecera.
-Entonces date prisa- dijo el ni;o. -En esa direccion le encontraras.
Y se quedo mirando un rato el fluir de la tinta, negra, silenciosa y brillante. Despues siguio caminando con paso seguro mientras pensaba en como un rio de tinta podria salvar a un caballode tiovivo. Sabia la respuesta, pero no era capaz de expresarla con palabras ni con pensamientos y eso creaba una incomoda sensacion de impotencia.
Empezo a anochecer y el camino seguia recto en direccion al sol, que, alla en el horizonte, era un disco anaranjado en el que se podia ver la silueta de un hombre que caminaba mirando al suelo y arrastrando los pies. Cuando se cruzaron ya era de noche y el ni;o no pudo verle la cara porque la ocultaba con un pa;o oscuro que le caia por los hombros.
-Te conozco- dijo el ni;o. - eres el mundo.
-Si- dijo el hombre. -Soy el mundo y voy buscando un rio de tinta que me ha de guiar hasta un caballo, puedes ayudarme?
El ni;o se asusto porque en la voz del hombre reconocio todo aquello que produce miedo. El rio de tinta seguia fluyendo a su lado, pero como la noche era oscura no se veia y el ni;o reunio fuerzas para enga;ar al hombre sin que le temblara la voz.
-Nada se de rios de tinta ni de caballos- dijo el ni;o. -Pero por este camino no los encontraras porque yo lo he recorrido entero y nunca me cruce con nada ni con nadie.
El mundo le creyo y ceso en su persecucion. La tinta encontro al caballo y surgieron de nuevo los cuentos. El ni;o siguio andando y amanecio otra vez.