Miro aquellas luces amarillas que se pierden en la lejanía; allí te encuentras, bajo indefinidas flamas que se opacan con el viento... Y es tu alma la que ondula el confín de mis pupilas como una fogata de placeres que no dejan de pertenecerme. Entonces vuelvo a percibir ese cosquilleo de eternidad en mis entrañas; la agridulce sensación de tener y no lo que más amo. Tiemblo; sufro; deseo; anhelo, me sacrifico; gozo; estoy en cada uno de tus movimientos; mientras mis pechos se hunden en la tibieza de esos labios cercanos y ajenos...
El tiempo se hace realidad entre tus manos moldeando arcillas y pieles; donde los instantes detienen a este mundo pasajero...
Texto agregado el 18-05-2004, y leído por 354
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Lectores Opinan
20-05-2004
Ya dime que si no me hagas sufrir tanto te quiero besos. gatelgto
19-05-2004
Perdona, no quise ser tan iterativo, es el teclado famoso que se engolosinó con mi comentario... gui
19-05-2004
Si lo tuvieses a tu lado ya no le escribirías con la misma intensidad. A veces el cariño es inversamente proporcional al cuadrado de las distancias... gui
19-05-2004
Si lo tuvieses a tu lado ya no le escribirías con la misma intensidad. A veces el cariño es inversamente proporcional al cuadrado de las distancias... gui
19-05-2004
Si lo tuvieses a tu lado ya no le escribirías con la misma intensidad. A veces el cariño es inversamente proporcional al cuadrado de las distancias... gui
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