La invitación a esa fiesta me puso eufórico, fui al consultorio de un amigo, médico serio, responsable, reconocido. Le expliqué la situación, charlamos sobre la invitación a la fiesta y mis deseos de estar espléndido, en línea, en fin hecho un dandy, ya que me iban a presentar una joven a la que conocía de vista y que me había deslumbrado. Así que el plan era bajar un par de quilitos. Me revisó, me pesó y me dijo que estaba perfecto, a lo sumo podría estar excedido en uno o dos Kg. Y no valía la pena hacer nada, no obstante ante mi insistencia desesperada, accedió a regañadientes y me receto unas pastillas para adelgazar.
Feliz una semana antes comencé con las pastillitas. Llegó el día, estaba genial el smoking alquilado un talle menos que mi talla habitual me quedaba pintado, cerraba a la perfección y salí seguro y confiado.
Mi entrada a la fiesta fue triunfal parecía Brad Pit en la entrega de los Oscares, la presentación un éxito total, ella se mostró interesada. Comenzó el desfile de los mozos, bandejas con canapés, bocaditos, salmón ahumado, caviar, brochetes de ciruela y panceta, etc. Todo acompañado de buen champagne, probé de todo, total el objetivo ya estaba logrado, luego la cena una entrada liviana, plato principal abundante y postre de frutas exóticas, acompañado con excelente vino. Bailamos, seguimos degustando champagne y en un aparte –me animé- le sugerí terminar la noche en mi departamento, ella accedió, pero prefirió que fuera en el suyo que quedaba más cerca.
Volví a mi casa al otro día al mediodía, ojeroso, demacrado, débil, las piernas temblorosas, estado general un desastre. Ni bien entré en mi casa me dirigí al botiquín, tenía una sospecha, tome el frasco de pastillas y a su lado el prospecto del remedio fui a la letra chiquita esa que los laboratorios tratan de ocultar, leí la parte de EFECTOS COLATERALES “y esta decía”: en algunos casos se ha observado que la ingesta de abundante alimento o alcohol mientras se consume este medicamento puede producir: disfunción sexual, nauseas, vómitos y en muy pocos casos severos trastornos de colitis.
Demás está decirles mis queridos lectores que esa noche en el departamento de mi reciente amiga tuve todos y cada uno de esos síntomas, la noche fue atroz.
Dejo librada a vuestra frondosa imaginación como terminó la relación con la bella joven. Aún hoy cuando recuerdo esas pastillas y esa fiesta me gusta tener a mano mis pastillitas de carbón.
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