+ 30.12.1984
Tanta furia, tiempo y árbol encendido. Brisas fuertes, días luminosos.
Sigilosa por los años llegaste en primavera, en esas mañanas tibias.
Despertaste a la vida con tus ojos de azabache.
Tal vez apareciste en esos instantes cuando los ángeles acuden
a sonar las campanadas del ayer, del mañana que se escapa, del hoy embravecido.
Esos hilos invisibles de blancos caracoles te alumbraron el camino,
más algo poderoso como el rayo furibundo bañó tu esencia delicada de rocío;
no le importó rasgar tanta inocencia, no escuchó gritos de clemencia.
Maibee la de los ojos de azabache, plantaste una lucha digna desigual;
te armaste de coraje, con llantos de pastel pintaste el tranvía de madera.
Enseñaste a resistir ante los dardos penetrantes;
Celebraste con tus risas y lágrimas esas alas químicas de lava lacerante,
aguantaste colisiones y lociones de yodos y protones.
Nadie supo de tus fuerzas encantadas; sólo el hado misterioso de tu pecho
pudo al hecho encontrar un acordeón: entonces iniciaste con tu prístina mirada
un eterno viaje decembrino, tu piel de canela se alzó hacia el aura púrpura
de la tarde celestial, nos ocultaste que era en busca de mariposas infinitas.
Hoy 14 años, cuando ya no estás, queda tu esencia, tu siempre noble recuerdo,
tu amor por lo frágil, tu bello deseo de vivir y de cantar.
In Memoria 30.12.1998
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