Escucho tu voz llamándome,
Tus palabras que se entremezclan con el ruido mundanal
Siento tu mirada penetrante sobre cada uno de mis pasos,
Pero,
Ya no respondo a mis corazonadas.
Aquello que fuimos, las cosas que quisimos, todo eso,
Ahora,
Ya no es nada.
Veo escrito aquellos mensajes que solías dejar en las paredes,
A veces, entre el silencio de una ciudad, que me hablaba,
Quise aferrarme a ti,
Sentir tus caricias en las gotas de lluvia de mis nubes grises,
! OH, si! cuánto anhele vivir la felicidad, esa que me describías en tus recados,
Sentir la realidad,
Más pura,
Sin pecados.
Debes saber, que tu amor oscureció mi mundo,
Y fuiste tú, quien más brillaba para mí, eras;
Como el mismo sol Ante mis ojos,
Quemándome en cada mínima,
Hasta en lo más profundo del alma,
No había salida,
Sentí el amor.
Un amor que por las mañanas, tardes y noches,
Fue siempre lo mismo,
Una pesada cadena, un gran dolor.
Y hoy,
ya no soy nada,
Aún tienes deseos de lastimarme?,
Después de haberme quitado y destruido hasta mi fe,
Ahora que estoy lejos de ti,
Siendo tan solo la sombra de un ayer,
Me pregunto, por qué?
Fue tan grande tu ego, y fui tan pequeño yo, por intentar amarte y merecer tu odio,
Si dentro del mundo mismo fuiste para mí, mi universo.
No me culpes por no quererte,
Déjame ser libre ya; y seguir detrás de aquella dama llamada felicidad
Aquella que viste ropa muy cara y solo se fija cuatro pasos delante de ella,
Pareciera que esta muerta, por que su piel luce como los diamantes
y siempre trae el sol sobre su andar
Déjame encontrar una manera para que ella me pueda mirar,
Aunque para ella luzca yo, como un puñado de basura
Aquello que alguien arrojo sin pena… sin importancia.
Estando lejos de ti, finalmente me rendí,
En este gran amor por ti,
Me rendí.
Sin haber hallado manera alguna
Para que tú me amaras también,
La muerte tomo mi vida, lo sabes, pero,
Ni la misma muerte pudo matar a alguien
Que ya no estaba vivo.
Sí, en verdad morí, llevándome al mas allá,
Mis ganas de ser tuyo, mis promesas escritas
Y las cartas que escribiste para muchas veces callar.
Ya no sueño más en el futuro,
Por que todos los días lucen igual, es un simple intentar,
No te espero más por las noches, por siempre
Igual no llegarás, aun me quedan miles de cartas por quemar, pero,
Grito a la inmensidad, que por tu amor, la muerte me dio libertad.
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