Rompo cadenas y derribo muros de piedra,
me libero del cautivo que mantuvo mi vida
atrapada en un laberinto.

Los espejos ya no son transparentes,
se nublaron, hoy los rompo, ya no brillan,
los miré y opacaban frente a mí.

Me aparto del calor insaciable siempre,
ensordezco ante palabras condenables,
me separo de la piel que me cubre entera.

Entiendo las flaquezas de mi alma,
me sobrepongo a la muerte de mi espíritu,
armo y desarmo mi camino infinitamente.

Me aparto de los lazos que me ataron
y lucho con todo lo que me aleja de mí
quiero encontrarme de nuevo, me perdí.

Dejo tendido los fantasmas que me llaman
quiero pasar sobre ellos, que no existan
tomo fuerzas de mis raíces y respiro de nuevo.



Octubre, 2008