Todo cambio desde ese instante; por mas que imploro todo continuo igual, inalterable.
Las manos temblaron pero nada pasa, o eso se cree; el tiempo con su rítmico andar congelo todo dándole un empujón al instante, pero allí estaba con la nada entre las manos y las dudas sujetando los zapatos, así quedo, atrapado entre imágenes roídas y cepuldatas entre la telaraña de lo incierto.
Texto agregado el 24-02-2009, y leído por 196
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