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J.R. Cervantes


Barro negro

Fue en el trayecto, cuando me llevaban preso de Oaxaca a Nayarit, que por primera vez vi el mar, parece mentira que en estos tiempos alguien no conozca el mar, pero creme que nunca me había dado por eso de ir al mar, ya, me habían invitado en mas de una ocasión, pero no me gusta viajar, es mas no había salido antes de la cuidad de México, solo a la marquesa, o a Cuernavaca a los balnearios, pero nada mas , ese viaje a Oaxaca era mi primer viaje, y ya vez, termine conociendo el mar, fue en ese trayecto donde conocí también a Noviembre , y a su padre Nicanor, iban en el asiento de adelante en el camión, el que nos llevo para Nayarit, ellos no venían con nosotros en la camioneta de redilas del ejercito, ni siquiera estaban en la cuidad de Oaxaca supe que fueron de los que transportaron en helicóptero desde la sierra, creo que Nicanor era parte de la resistencia aya en su comunidad , la verdad no supe bien, no se si he olvidado por mala memoria, o solo son las inexorables ganas de perderme entre mis fantasías, alejarme lo mas posible de la obtusa realidad, lo que nunca olvidare son esos ojos hambrientos, y oblicuos de noviembre, dibujando dos arcos perfectos, una mirada suya era capas de sumir a cualquiera en las mas negras ilusiones, ensimismar hasta al mas valiente, hasta reducirlo a un bulto informe, parte de la naturaleza viva pero inmóvil.

Nunca olvidare los ojos de Noviembre, ni las calles ennegrecidas de Oaxaca, parecieran parte de su barro negro, todo un pueblo de barro negro, esperando el impacto fatal, la obvia consecuencia de la subversión del pobre, los carteles en todos lados, parecían entonces añoranzas, deseos, cartas de petición a un dios, que en palabras de nietzsche , ha muerto, que la lucha no cesé hasta que caiga el tirano, Oaxaca somos todos, Todo el poder al pueblo, consignas que hora me resultan tan distantes, aquella tarde sobre el suelo Oaxaqueño, parecían armas definitorias, la voz del pueblo, contra el estado represor, ideas solo ideas, todas ya sumidas ante la mirada oblicua y triste de Noviembre.

Cuando baje del camión que me trasporto de la cuidad de México a Oaxaca, sentí la adrenalina correr por las venas, las repetidas palabras de burla de mi comitiva de amistades conformistas, comenzaban ha evaporar, no era mas un idealista, o un subversivo-pasivo, era parte de algo, algo que habría de cambiar al país, un paso para demostrar que no estamos subyugados ante los poderosos, o ante los indiferentes, encerrados en su mundito de mierda, tomando café gringo, en sus universidadcitas de juguete, aislados del mundo real, pensándose distintos al resto, creyendo el discurso tan repetido por los maestros “ustedes pertenecen a una clase privilegiada”, la pregunta es quien dijo que yo quería pertenecer a un clase privilegiada, esa tarde al bajar del camión, Oaxaca ardía, también mi corazón y el de mis compañeros, vamos Oaxaca toma mi vida, gritábamos, nos recibieron gritos, y empujones, reporteros temerosos tras los edificios, escondiéndose, tratando de recrear a través del escándalo y los escombros las historias, que luego en nombre del periodismo llamaran verdades, en ocasiones creándolas por completo ala carta para sus superiores, dicen que unos cuantos estaban en la zona de peligro, yo no se, no los vi. mis pies temblaban, mi cara se hinchaba de odio contra los uniformes de las fuerzas represoras, mis manos querían ser trozos de acero redentor, el paso grupal de los recién llegados, dejaba ver algo de miedo comprensible, mas todos caminaban hacia el frente con ese tesón libertador , único de quien ha estado en situaciones donde la causa, el ideal, el repudio a la indiferencia son el único motor que impulsa los actos venideros, que da igual si son solo griterías, o actos heroicos y suicidas, si son infructuosos o factores de cambio o de rompimiento, no importaba, solo importaba la lucha por un ideal, abordamos en la cuidad de México con el propósito de apoyar un movimiento justo, desabordamos en Oaxaca en una guerra, sabíamos que era una posibilidad, pero no sabíamos como pelearla.

Las ráfagas formadas de gases multicolores, objetos que parecían caer del cielo, y amenazas, gritos, estruendos que parecían provenir de armas largas, así nos recibió el zócalo oaxaqueño entre marasmos, lagrimas, y gentes extraviadas, de esas que no preguntan siquiera que esta pasando, que solo gritan, buscan, rezan, corren, empujan, piden piedad a un ejecutor incierto, y nunca miran a los ojos, están ay por culpa del caos que rige este mundo, no quieren ser confundidos con alguno de los bandos, quieren salir de esa zona cero, de la cual forman ya párete en sus cifras colaterales, -compañeros, que la lucha no cese hasta que caiga el tirano- tras esta afirmación de una voz aparentemente salida de el humo y los escombros, comenzó la batalla, las armas piedras, botellas con gasolina, bazucas hechas con tubos de PVC, y pólvora , escudos que antes fueron mesas de los cafés del centro. La estrategia, ninguna, los resultados, los mismos, era ya visibles los escudos de los granaderos, el tañido de las botas replicando en orden marcial, contrastaba con nuestra correría desenfrenada, unos cuantos seguían repeliendo a los represores, lo demás corrían por las calles aledañas, rompían con el resto de su improvisado parque, ventanas y desgajaban fachadas, las lagrimas de algunas mujeres presentes en el grupo se hicieron presentes conforme se acercaba la policía, el miedo olía a gas y a sangre, proveniente de ningún lugar, solo gas ,escudos ,gritos, botas, mas gritos -cerdos – wey me están pegando wey grabalos – ayúdenme, -wey no mames son soldados vamonos o ya valimos, .., -eso es abuso de autoridad-ustedes empezaron la agresión, los gritos se hacían insoportables, se escuchaban, pero su interlocutor estaba perdido entre el gas y el humo, el caminar uniforme de los represores, (ejercito o policía, aun no lo se), sonando cada ves mas cerca se apodero de mi , odio inconcebible, deseo de aplastar a ese que ahora era me peor enemigo debí correr o quizás no, quien sabe quien podría decirlo, pero solo atine a tomar el arma mas cercana, (un palo), y estrellarlo contra el primer caso que distinguí, la respuesta fue inmediata, una bala de goma me dejo inconsciente, cuando desperté, estaba ya en el autobús camino a nayarit, tratando de explicar que hacia solo dos horas que había llegado a la ya en esos momentos lejana Oaxaca.

Cundo desperté lo primero que vi fue el uniforme azul, de el guardia, sucio de todo lo que se pede estar sucio, -donde estoy ,- disculpe adonde vamos- un toletazo como respuesta callo mis vituperios, y un humor acuoso quiso salir de mi lagrimal ensangrentado, entonces es que la vi observando me con sus oblicuos ojos negros , cuervos asechantes dentro de ese rostro, fuerte, bello, de un color muy similar al de la tierra fértil, ese color del limo, café claro dirían lo que no saben apreciar las diferencias, pero no, era el color del suelo, del suelo fértil, no ceso de mirarme , a pesar de que le sostuve la mirada sangrante por un rato, abrió su boca grande y graciosa, para decir con sigilo, como si le doliera hablar,- a Nayarit, creo que vamos a Nayarit, -¡cállate india! sino quieres ser la primera, quien hablo, les dije que no les dijeran nada a estos revoltosos cabrones,-injuriaba desde el frente una figura que l estado de mi ojo, no me permitía distinguir, que supuse era el cerdo al mando, - vueles a hablar algo india, y te reviento, y mira que eres la única mujer aquí, y los muchachos, y tienen hambre-, - déjela mi capitán, que ella no ha hacho nada, -cuando le pregunte a usted habla, maestrito idiota, que ute esta el ala lista negra uste si no llega ni a nayarit, un culetazo salvaje, callo cualquier intento de replica de don Nicanor, un pequeño gritillo Salio de noviembre , a quien yo ya no podía dejar de mirar.

No tenia idea alguna de la realidad de nuestra situación, solo nos dirigían la palabra para injuriarnos, la incertidumbre nos consumía, las ventanas cubiertas con cortinas negras gruesas, no no s permitían saber por donde o hacia donde íbamos, no teníamos idea de cual será la hora el calor nos martirizaba, una luz brillante sobre nuestro rostro no nos permitía dormir, y ni ver con claridad hacia el frente, se negó el permiso para bajar al baño, y mas de alguno estaba desmayado por los golpes de la trifulca, o los toletazos obtenidos como respuesta a alguna pregunta o alguna injuria, las respuestas a este estado de secuestro martirizante fueron variadas, unos temblaban, otros lloraban, algunos los menos, en un afán de valentía imbecil, lanzaban consignas, que eran recibidas de la peor forma por los represores, yo veía a noviembre como un oasis para mi martirio, sus ojos me calmaban, de cundo en cuando me soltaba una sonrisa pálida, que me alentaba, en ese marasmo fortuito y sin darme cuenta, comencé a imaginar, desaparecieron lo policías militares, los compañeros jadeante y heridos, el calor la luz, noviembre estando en otra situación, sentada, en ese zócalo oaxaqueño en ruinas, yo cerca de ella, pidiéndole un cigarro, preguntando en lengua indígena cuales eran las principales atracciones, coqueteando, queriéndola, después imaginé que la salvaba de nuestros captores, fingiendo ,actuando lograba convencerlos que ella era una victima colateral, que nada tenia que ver con el movimiento, y e implorando derecho le permitían la salida del autobús se despidió de mi como esperado un reencuentro.

Tristemente despertaba de mi idilio minutos después por el olor ácido del vomito de algún pasajero, dominado ya por el miedo, o por el grito apagado de otro consecuencia de algún golpe injustificado, o el llanto de alguno, que no soportaba las conversaciones de los captores , analizando nuestro porvenir, pero ella seguía ay con sus ojos negro como zanates, no sabíamos que tiempo de viaje llevemos, según yo unas tres horas, según otro ocho, o mas, nos quitaron antes de subir celulares y relojes a todos, solo teníamos nuestra conciencia atormentada como parámetro, pero en ese tiempo incierto el autobús hizo su primera parada.

La histeria se hizo presente, cundo se abro la puerta nadie sabia que o por que, la oscuridad entro por la puerta lo que permitió saber que era de noche, un persona con uniforme mas marcial que la mayoría abordo el vehículo, - quien es –dijo con voz ronca el tipo- es aquel comandante, el de la camisa a cuadros, -el gordo, -ese mero capitán, - bajenlo -ordeno el tal capitán, la anuencia fue general, el camión entero comenzó a injuriar y objetar, toletazos como respuesta, sonaban al por mayor, algunos se levantaron de sus asientos para defender al tipo de la camisa a cuadros, pero eran derribados por balas de goma, por fin levantaron al tipo de su asiento, y lo sacaron del autobús con una patada que lo hizo caer de la escalinata, -ya váyanse, si ay problemas avisan en el siguiente puesto de vigilancia, -grito el tal capitán, se bajo del autobús con prontedad, y arrancamos, nunca supe nada mas del tipo de la camisa a cuadros, me dijeron después que era uno de los dirigentes.

La histeria tomo preso de nuevo el autobús gritos, y gentes acamado por una explicación, miedo, nada mas que miedo, voltee a ver a mi oasis, no estaba en su lugar, la busqué con desesperación, la encontré en el piso, un bala de goma la había alcanzado, ente la histeria, me levante de mi asiento con sigilo e intente levantarla, cuando una patada me regreso a mi lugar, el guardia vio a noviembre, la tomo del brazo y la arrastro con violencia hasta mi lugar, - si te vuelves a levantar, te trueno OK,- vitupero, ente dientes, dejándola caer junto a mi, en el único acto de humanidad que encontré en estos seres tan distintos, a nosotros, que llamamos policías.

Tenerla junto a mi en mis brazos aun inconsciente a causa de la bala de goma, me provoco sensaciones que aun ahora no comprendo, las encabezaba una profunda melancolía, mezclada con deseos viejos, acomunados, viejas sensaciones, viejos aromas, su cabello castaño sucio de sangre seca, que delataba un enfrentamiento previo, no desmerecía en lo absoluto lo asimétrico, y bello de su rostro, de tesituras nuevas, distintas, la subí al asiento, pase mi mano varias veces por su cabellera, sus ojos negros seguían cerrados, los disturbios parecían cesar, cuerpos caídos, retorciéndose, produciendo sonidos, perturbados, la luz se apago por un momento, algunos gritos se hicieron presentes, groserías y vulgaridades salieron de los guardias no se escucho ningún golpe, solo los murmullos somnolientos de algunos que aun pensaban que en cualquier momento nos dejarían libres, la luz volvió a encenderse con mas fuerza que antes su brillantes cegó a todos por igual, mis ojos claudicaron por el impacto de luz, los mantuve cerrados por un tiempo, sentí como , la mujer en mis brazos comenzó a moverse, levantándose despacio de mi lecho, para sentarse en el asiento contiguo, su mano toco mi rostro haciendo sombra con la palma para cubrirme de la luz cegadora, -ya ábrelos, hola me llamo Noviembre,- hola , Amaro , mucho gusto noviembre, como estas , te sientes bien, creo que recibiste un impacto, -me duele la cabeza pero estoy bien, no es la primera ves que me golpean estos asnos, pero no ay problema, pronto el reino en que viven se colapsara , como sus mínimas cabezas, ocultas tras esos cascos que los unifican, los cosifican, convertidos ahora en serviles animales de caza, atrapando a las ovejas descarriadas, sabes cual es el problema, cual es el crimen pensar, ser , es único problema, por lo que vamos presos es por ser, los seres son, las cosas están, y eso, el ser, no lo perdonan.

Noviembre hablaba como si quisiera contarme si vida, pero a la vez decía muy poco de ella, sus ojos proyectaban luz, a cada aseveración violenta, una inmensa belleza manaba de ella, pareciera que un alo de luz hacia que mi atención estuviera absorta en su figura, en su boca larga, se meciese para dar cátedras, filosóficas, a ratos furiosas a ratos si sentido, -y lo que no saben es que ya es tarde para pararnos, pocos van a llegara a Nayarit, solo los que como tu defienden el movimiento sin saber que es, si saber por que luchamos, sin las armas para luchar por ello, pero eso es bueno , es lo que te va a salvar, a lo mas te darán unos golpes y ya, por eso nunca les decimos las razones reales, te consumirían, y acabarías como yo, con el alma henchida en rabia y dolor, -no podía hablar, ni refutar ninguno de sus argumentos, parecía haberme hipnotizado, dominado con su hablar incesante pero armónico, como el ruido de la lluvia, cacofónico, hermoso y confuso, toda ella era confusa. Su voz disonante extraña, de un toque tan delicado que casi parece de hielo, princesa ártica con rasgos indígenas.- tienes razón no se por que.

Noviembre me hablaba con franqueza, con rabia, a pesar de ello la ternura en su voz era inaudita, no podía controlar el titiriteo de mi voz al dirigirme a ella, me temblaban las manos al querer hacer mímica al hablar, ni pensar en pasarle la mano por el cabello, o por el cuerpo, me colapsaría, olvide por un momento que estaba preso, que era un preso político, trasladado, sin explicación hacia otro estado, por que por defender al pueblo, el pueblo, -te equivocas noviembre, yo lo ago por el pueblo,-o sea por ti- no no por mi- ¿tu no eres el pueblo?-si ,pero- pero no como nosotros, ves, que defiendes, eres un niño queriendo, sacar hormigas, del corriente que mana de un grifo, quieres salvar aquellos condenados, desde que nacieron, quieres contrarrestar la pobreza, lloras por que crees, en los cambios en las personas, un persona que cambie el mundo, ¿como Jesús no? Que partió las épocas, antes y después, antes barbarie, por un dios rencoroso, después barbarie por un dios benevolente, al servicio de discípulos ambiciosos, después olvido, para beneplácito de capitalistas hambrientos, siempre lo mismo, nadie salva nada, todo es por el bien del pueblo, ¿Qué es el pueblo?, acaso somos nosotros los mismos que prometía salvar la independencia, o los de la revolución, o los de el zapatismos, no no existe el pueblo, somos sueños, somos magia, ay que salvara la magia, el pueblo, el pueblo se puede ir al carajo, pero la magia, eso es lo que mantiene viva a esta tierra, y a ti y a mi, unidos en esta prisión, y permitirá a tus hijos, sentir algo que no puedan comprender ni explicar, arraigo, que poco tiene que ver con folklorismos o tradiciones es la vida, ser tan únicos, que al ver una estrella , la luna, o el mar, no sientas celos ni envidia, sientas cariño, te sientas tan bello come ellos, que escupas frente a esas entupidas falsas estrellas que desfilan por alfombras rojas, haciendo las veces de los reyes, y seras por fin libre, por eso es que luchamos, y tu no entiendes, queremos un mundo donde no tengamos que trabajar para comprarnos la vida con la cual nacemos, comprarnos estas manos de maíz, que ya son nuestras, y tu no comprendes.- tienes razón no comprendo- dije absorto aquella palabrería que sonaba tan cierta, pero tan lejana,- no comprendo, eso no quita que no sienta, y que quiera luchar por aquello que siento, -noviembre esbozo una pequeña risilla, cuando el autobús paro de nuevo –órale cabrones , bajense todos, vamos ha hacer una revisión, para que no haya problemas mas adelante, órale, no quiero, tonterías, quien se alebreste o no obedezca , plomo, OK. Oyeron, que si oyeron- dijo el capitán, soltándole un brutal toletazo al primer individuo de la fila, -órale, con las manos en alto, pero por que, ¿Por qué nos bajan aquí? ¿Qué nos vana a hacer oque, cobardes, infames? , dijo un individuo de camisa a cuadros, con acento norteño, visiblemente golpeado .y la respuesta del capitán fue inmediata, una patada en el estomago que lo arrojo al piso, y tomándolo de los cabellos, le vació una bomba de gas lacrimógeno en el rostro, después con ayuda dentro oficial, lo echaron abajo del autobús – alguien mas quiere preguntar algo cabrones, órale pa bajo con las manos en la nuca, pónganse de frente al camión, había lazado el resto de la bomba lacrimógena a un junto con el tipo de la camisa a cuadros, que yacía en el piso con la cara cubierta, la bomba seguía activada, lo que provocaba un estopor al salir del camión, y si alguien bajaba las manos ,para cubrirse los ojos, un toletazo se las regresaba a su posición original, -cuando terminamos de bajar todos, me di cuenta que era aun de noche, se divisaba apenas lo que serian cerros verdes, y obscuros de un frió casi glacial y húmedo, sonidos de animales inermes rondaban por doquier, u olor a pasto quemado y lluvia, descendía de las entrañas del cerro, el gas lacrimógeno restante apenas me dejaba ver la carretera, que parecía ser federal, y no autopista , al otro lado nada, mas que cerros y bosque incierto, no se distinguía si había cactáceas gigantes, saguayos, o eran árboles secos, un verdor profundo se extendía hasta el horizonte, parecía un lugar idóneo, para ser nuestra tumba,- ora si, las mujeres al lado izquierdo, y los hombres al derecho, -grito el comandante en tono jactancioso ,vamos haber que traen estos licenciosos, entupidos, órale todos en ropa interior, un silencio como la noche que nos cubría se apodero de todo, vi como las rodillas de mas de alguno temblaban con exagerada vehemencia, el miedo comenzaba a olerse y se mezclaba con el olor a hierba, con lo húmedo de la tierra, y se impregnaba en la piel que se erizaba, cambiaba de color imperceptiblemente, se hacia débil los pasos de los policías, llenaban el ambiente nos rondaban, el negror, el aire, el miedo, la incertidumbre, se metía debajo de la piel, formaba una coraza, deshumana, mortecina, que todo lo consumía y que embargada a todos en un odio absurdo y salvaje que, saltaba en forma de lágrimas, sollozos, apenas perceptibles maneos incoherentes, impotencia, lo mas bajo y ruin del ser humano, y vaya que si es decir, la impotencia, es sin duda el mayor lastre humano, es el dolor, que se extiende perpetuamente, que enerva el corazón, que enferma de muerte al alma, quien la siente nunca vuelva a ser el bienaventurado que algún día fue. Los guardias rondaban, no tocaban a nadie, no se podía oír mas que las respiraciones aceleradas, entonces todo comenzó a tomar una forma sórdida, y subjetiva, diluviana para todo aquel que tuviera alguna referencia, con los comos del la bestia que es el poder, no eran soldados ni policías, eran almas muertas consumidas por el poder, que sabían solo momentáneo y debían aprovechar, los primeros gritillos y susurros se comenzaron a oír del lado femenino del camión, era fácil imaginar lo que pasaba, cinco mujeres , solo cinco mujeres, noviembre entre ellas, noviembre, con sus ojos negros como zanate, grandes, en los cuales cabria el reflejo de la mas grande injuria, y pasaría, como siempre, a los hombres nadie nos tocaba si acaso un toletazo a cada exclamación de desacuerdo, los gritos del lado femenino parecían cada vez mas apagados mas muertos mas consumidos devorados por paños u otros objetos, que los limitaban, - a ver quien quiere que lo revisemos, mira aquel gordito, ese como que quiere no capitán- dijo algún soldado/policía, -órale , vas conmigo mariconcito-grito el padre de noviembre- en un acto de estupidez valentona, de desesperación, un acto para salir del desasosiego de la impotencia, -órale jotito, porque con mija, ¿si aquí estamos los que te gustamos no? ¿apoco no quieres de esto,?- lo trueno capitán, - no. no, Rangel, este es de los chingones, es Nicanor Juárez, el que trono a al batallón de reconocimiento, te acuerdas, el que anda ay de separatista, a este le espera algo especial, y a su hijita también, -y a quien la toque también le espera algo capitán,- dijo Nicanor, imitando el tono de el capitán y rascándose la nuca, -cállese o lo callamos, de todas formas usted n o llega a nayarit, téngalo por seguro, un golpe en la rodilla, impidió que Nicanor contestara, -órale Martines, que faltamos varios,-dijo alguno de los gendarmes, cuando un grito masculino lleno el espacio, -que me hiciste –contesta que me hiciste,-compañeros, esta me hizo, algo creo que me metió ponzoña no se, vengan, -que pasa López , no grites, ustedes dos vigiles a estos cabrones , voy a ver que pasa –dijo el capitán, haciendo una mueca de hartazgo, y llevándose la mano a la boca como sacándose un trozo de comida, -y tu ven acá, a ver que tiene esta señorita- los hombres dieron la vuelta al camión, con sigilo, el de atrás del capitán apuntaba su arma hacia las mujeres que por la dirección del cañón se deducía que yacían en el suelo, a excepción de una, quien de inmediato le gritaron con voz ronca imitando a los marines e las películas, al suelo, tu también, -ella fue mi capitán mire como me lo dejo-dijo el tal López ,- que te hizo, te pego oque, -pus no se capitán, -como que no sabes, - no, no me pego pero dijo unas cosas raras y cuando quise empezar mire, mire como me lo puso- que a ver pus que tienes, -mire , mire parece, que se me pudrió, -a ver ven órale ven, -no tienes nada mira –como que no mire ,mire, mire, -López comenzó a sollozar, desenfrenadamente, notamos como se tiro al suelo, pero no pudimos ver mas, algunos reían, pero eran silenciados a golpe de tolete, -parate , López, que te pares, -no no que me hizo, que me hizo, ay capitán, truénela, nos va a embrujara a todos, -que embrujo , ni que nada, López, calles esta alebrestando a los detenidos, si no se calla, lo arresto, -capitán, es una bruja, no se acuerda, que el General Hernández, dijo en Tehuantepec, que había chamanes acá, que tuviéramos cuidando que varios habían ya caído presas de embrujos, y no habían logrado salir, terminaban consumidos, y yo ya me estoy consumiendo,- súbanlo al camión, y denle unos tranquilizantes, ya López ya lo van a curar, ya cállese, orle súbanlo ya, y tríame a esa muchacha para interrogarla -un grito proveniente de nuestro lado del camión interrumpió al capitán,-¡se fue uno capitán! aprovecho que estábamos viendo a López, - no muchacho regrésate, si te internas en la selva no vas a salir, regrésate, -gritaba Nicanor con una desesperación caótica, gritos que parecían consumirle la garganta, sacarle los pulmones, secos, deshumanos,- regrésate muchacho, te va tragar la selva, la selva no perdona a nadie regrésate, -el joven que emprendió la carrera desaforada, no volvió siquiera lavita a tras, el capitán con el rostro estupefacto, no sabían que hacer, veían como un cuerpo ya hundió entre la niebla se perdía en el verdor, húmedo, tras esos cactus/árboles, lo veían como un fantasma que se aleja que se pierde en la inmensidad, que lo consume todo- que hacemos general, -de aquí no va a ningún lado, cuando salga el sol se va a deshidratar, a donde va ir, esta es la única ruta, y no es siquiera federal ,para aya no ay mas que animales, y selva, y cuando salga el sol van a Ver, -los gritos de Nicanor aun se oían cada vez mas roncos y secos,- no muchacho, para ya no, la selva te va a comer, la selva es traicionera, no..- ya cállate, Nicanor, o te mandamos con el- grito el capitán visiblemente molesto y con un color extraño en las majillas era obvio que se le había ido de las manos su “revisión”, -ya súbanse cabrones, súbanlos, -si capitán dijeron al unísono los gendarmes alrededor del camión, -¿y la revisión?-pregunto un hombre de estatura minúscula en tono irónico- el capitán le soltó un golpe de proporciones cómicas, como mama que pierde la paciencia, un pequeño golpe con la palma abierta en la cabeza, que rompía con toda brutalidad cometida anteriormente, uno de sus lugartenientes esbozo una sonrisa a causa de el golpe que demostraba el estado de descomposición anémica del capitán, y con los ojos fijos hacia el lugar verde y nebuloso donde se había diluido ya la sombra del fugado-primero las mujeres- dijo con desgano- y vislumbramos por fin a las cinco mujeres, notoriamente descompuestas, en un estado, tan deshumano, sin ver a los ojos a nadie, solo Noviembre, parecía la mujer que bajo hace unos minutos, con sus ojos negros de zanate, marchaban, con desgano, arrastrando las piernas, las lagrimas no dejaban de salir de sus ojos, pero no había un solo sollozo demostraban su entereza, lo intacto de sus almas , a pesar de su cuerpo vejado y humillado, Noviembre veía a los oficiales con desprecio, con soltura, las ráfagas de viento movían sus cabellos, que antaño había acariciado, sus movimientos eran destinos, no había rastro de violencia en ella, pareciese que no sie hubiera resistido en un principio, solo un poco de polvo en su blusa blanca sin mangas, que permitía ver sus torneados brazos largos, apenas bronceados, de un color café, -ella déjala abajo, ay que ver que le hizo a López,- dijo el capitán apuntando a noviembre, quien sin oponer resistencia, se dio la vuelta y se recargo en la parte delantera del camión como esperando el interrogatorio, respiro profundo y sus ojos negros se cerraron como se cerro el cielo, en ese mo9mento ocultando la luna , dejándonos en una oscuridad, tenebrosa, fría, húmeda, mis ojos no podían dejar de ver a Noviembre, recargada con los ojos cerrados, el autobús mientras todos subían con premura, se les veía respirar aliviados, tranquilos, moviéndose con holgura sin ver hacia otro lado que no fueran sus pies, como si esto los sumergiera en un mundo de seguridad, su propio mundo interno, abstractos ya de la situación, lejos quedaba ya Oaxaca, con sus calles negras y derruidas, el barro pintando las calles barro negro de Oaxaca, sangre, humo, todo negro, todo espesura, hora no quedaba nada ya , se había ido, éramos nosotros hijos de los hijos, doblando las manos ante seres amorfos, y Noviembre, causando impotencia con la mirada, recargada con soltura, sabiéndose poseedora de esta magia que tanto pregona, subíamos, en fila, por estatuas, como en la primaria, obedeciendo de nuevo, como nos enseñaron, a la gente grande, obedeciendo y tomando distancia, subiendo al camión, si empujar, NO corro, No grito, NO empujo, nosotros, corrimos, gritamos, empujamos en Oaxaca y ahora tenemos que cumplir el castigo, a manos de la directora, la maestra, el profesor Farfán, los gendarmes, el gobierno, son todos lo mismo, la ausencia, el olvido, lo deshumano, lo cargante, el desamor, la ausencia de la magia, por eso la lucha era holistica como dijo noviembre, la luz, de la luna regreso, Noviembre seguía con los ojos cerrados, y sin darme cuenta resaba por ella, mientras subía por la escalinata del autobús, respire profundamente me detuve , causando el oprobio en los dos que iban tras de mi como sacándoles de su trance de sus eternos pies/mundos, vieron de nueva vuelta el verdor oscuro, y el verde claro de lo uniformes , todo verde, todo oscuro, toda tan muerto, la relatividad del los colores, verde es vida, verde es muerte todo depende de la dignidad con que se vea, sin seres desdignificados, como yo solo veíamos muerte, -avanza-escuche desde atrás- pasa –dije con una falsa valentía, los dos hombres entraron al camión, -que le van ha hacer- dije viendo fijamente a Noviembre –te vale madres, niño –no ,no me vale, estamos detenidos ilegalmente, no somos saquera presos, no tienen siquiera justificación, u orden de aprehensión, y quiero saber que le va hacer, - mira niño, si quieres hacerla de abogado, te va tocar lo mismo que a ella, -eso quiero, eso quiero-el toletazo no si hizo esperar, tan bien colocado, que me derrumbo de inmediato, dos patadas mas y quede inerte, -déjalo, dejalo, cerdo,- grito Noviembre, -ya has lo que vas ha hacer, para que te retrasas, por eso me dejaste abajo, ¿no?, a ver si a ti si te funciona, o vas a resultar como tu compañero, -cállate bruja, solo quiero saber que carajo, le hiciste a mi compañero- pues yo creo que no le guste capitán, y pus no lo funciono- mira me vuelves a salir con un pendejada a si y te trueno, quedo claro perra, mira yo se como se las gastan, se que los de tu pueblo, saben hacer cosas, crees que no conocemos lo que hizo tu papacito ,Nicanor con los del batallón primero, así que mira dime que le hiciste, y por tu bien remédialo, -esta diciendo que soy una bruja, apoco cree ene esta cosas capitán- no te hagas la idiota,-no no creo en magia, pero se que saben hacer cosas- ¿cosas?, -si cosas, no se hipnotizan, o apendejan o no se pero, la cosa es que si no haces algo, te trueno a ti y tu papa, -y si no ago nada le va decir a su soldad que esta embrujado, o lo va poner en su informe, …-una cachetada, dejo a Noviembre sin habla, -sigue con tus tonterías, que le hiciste-preguntaba desesperado el capitán, sosteniéndole El rostro con fuerza, lastimándole, queriendo romperle el cráneo, sacando autoridad de un uniforme mancillado, por esos ojos negros, una mirada simple, le quito toda autoridad, entonces que vale la vida, la magia….., eso es la magia, el capitán soltó a noviembre quien derramo una imperceptible lagrima, de esas que solo quien esta perdidamente enamorado puede percibir, yo la percibí, porque aun ahora sigo perdidamente enamorado de ella, me acuerdo de cada detalle imperceptible, de la comisura de su boca que hacia un pequeño dobles que deformaba su sonrisa y la deba algo de socarrón de sexy, de el tamaño, desigual, de sus cejas, la derecha estaba ligeramente mas larga, ligeramente, imperceptible, solo quien esta enamorado lo hubiera notado, como note la lagrima, como note que hacia ruidos, con los dientes, no porque fuera un tic, si no porque tenia miedo, y ese miedo que no demostraba lo demostraba así, lo capturaba en un chillido imperceptible de sus dientes blancos, tan contrastantes con su piel ámbar, sus ojos negros, su cabellos, brillantes, y el capitán de pie sin decir nada, con la mirada fija en el lugar por donde había desaparecido, para siempre el fugitivo, la espesura, parecía consumirlo, de un zape en la cabeza tumbo a noviembre, -mas te vale que me digas que le hiciste bruja, sino a ti y a tu papa, se los carga la- nos cargo el día que permitió que un cerdo como tu sesgara nuestra lucha, pero la lucha sigue con o sin nosotros, y tu solo serás, un numero, una estadística, nada, no tienes ideales, solo obedeces, crees que el uniforme te da autoridad, mientras te la resta, no eres un opresor, ni un tirano, solo eres un cerdo mas, un animal, que engordan y ensanchan, para poder venderlo luego, un cerdo, que después darán de comer al pueblo cundo se sepa lo que paso, y eres carne de cañón, la escoria que sostiene a este país anclado a la ignominia, y a la miseria, -noviembre decía esto con el rostro sereno mirando al capitán a quien la descomposición de su rostro, hacia suponer que estaba consumido por una furia salvaje, la boca del capitán parecía prepararse para esbozar la primera exclamación contra noviembre, cuando un grito del interior del autobús, lo hizo recular hacia el origen del sonido- que paso- mi capitán, tenemos un problema-que pasa , ay voy, a ver, tu abogadito, órale pa,riba, y tu también bruja, órale-dijo el capitán mientras subía los escalones del autobús con pereza, - si n o se suben nos vamos sin ustedes, y entonces veras quien se convierte en números- noviembre camino lentamente, hasta su presidio, sin miedo, yo pensé en escapar, pero el destino seria el mismo que el del fugitivo, de quien nunca se supo ya nada, siempre he pensado que simplemente no volvió , se quedo en la selva, en algún lugar cuyo nombre nadie recuerda, y que el no hila con estado alguno, esto es posible, pero lo probable es que la selva se lo comió, subimos al autobús nadie dijo nada, al interior todo parecía tranquilo, excepto en la ultima fila donde se podía ver como tres gendarmes y el capitán, trataban de apaciguar a López, quien no dejaba de berrear, y gritar como un histérico, -me están viendo, todos me están viendo, capitán, que vamos ha hacer, me están viendo, me están viendo, me están viendo, me están viendo, me están viendo,….-la poca luz no permitía ver el rostro de López, quien pataleaba, causando un sensación de pánico en el autobús, olía a miedo, todo se contaminaba con miedo, las luces temblaban también de miedo, camine por el pasillo, lleno de sustancias ya irreconocibles, no creo que nada quisiera reconocerlas, sin ver mas a López, ni a los demás, zombis presos, tome mi asiento, como si hubiera sido mío toda la vida, como si mi hogar estuviera eternamente en el , con la naturalidad de lo cotidiano, noviembre no tomo el asiento junto a su padre, camino tras de mi como una sombra , se sentó a mi lado de nuevo, y sonrió, muy opacamente, como diciendo algo que solo los dos comprendíamos, López seguía gritando, y gritando, -arranquen, grito el capitán, sédenlo, ya perdimos mucho tiempo, la cara del capitán había cambiado, ya no era de roca, se humanizaba a cada minuto, cada situación que lo hacia perder el control, lo hacia mas débil, el cerdo como lo llamo noviembre, estaba ya capturado en su propio chiquero de oprobio, el autobús comenzó a andar, junto con el latido apresurado de los corazones de todos, que habían salvado una parada mas, - me están viendo me están viendo, me están viendo..-con una voz cada ves menos enrarecida, y menos aguda decía López, quedándose dormido, alguien abrió la ventana, por donde un aire fresco penetro, ya no tan húmedo, el olor de hierba seca, entro por los pulmones de todos, los policías/soldados, vieron al unísono al capitán, como esperando la orden de que se cerrara la ventana, y se reprendiera al trasgresor, miro, con los ojos enturbiados, hacia la ventana, miramos todos con el, vimos la luna, ya casi desapareciendo, ocultándose tras los primeros rayos de sol, que bañaban la cuerdilla del autobús, el capitán, respiro profundo, y sin decir nada se sentó en su lugar, con la misma cotidianidad, con que me había sentado yo, hacia un segundo, nadie dijo mas , el silencio se apodero del transporte, solo ráfagas de viento casi sordas se apreciaban, la luz se hacia mas fuerte, otros abrieron las cortinas para ver el amanecer, sus ojos se iluminaban, pareciese, que nadie pensaba poder volver a verlo, solo el capitán y un soldado/policía dormían, los demás veíamos al sol nacer, con una atención divina, el color gris pardo del camión parecía tan blanco, algunos sonreían sin querer, y borraban la sonrisa sin dejar de ver el sol, hasta que se apodero por completo con su luz del autobús ,noviembre dijo- buenos días, tocándome el hombro dolido, yo solo atine a sonreír de una forma Estupida, mientras sentía que el corazón se me salía, -entonces eso es la magia –pregunte, pero noviembre sin voltear los ojos fijos en el envés de una hoja que había recogido en el prado oscuro de atrás, contesto con una pecunia sonrisa en los labios, -no, eso es solo, vulgares trucos de las ancianas de mi pueblo, que se han aprendido a defender, -¿de quien?- de todos, de los soldados, de los policías, de sus maridos, de los padres, de dios, de todos quienes las han atacado y mancillado su dignidad, por eso en mi pueblo las mujeres no son femeninas, son duras, el rostro parece de palo , y en la enaguas, siempre esconden mas que las piernas, embarazarse para el pobre es sentenciarse o el , o su hijo venidero, por eso no enseñan a defendernos contra cualquier semental de tu genero, y si no también no enseñan a desembarazarnos, no es magia es conocimiento, solo eso, la magia, es mucho, mucho mas, somos nosotros, nuestros Amaneceres, cubiertos de humo, de olor a leña, rebozos hilados a mano, mezclados con ropa traída de china, gorras de los yanquis de nueva york y guaraches de llanta y cuero de puerco , llanos amarillos con vacas flacas, ni una antena de televisión, ni un hotel, nada que no sea prados amarillos, yerbas verdes, árboles opacaos, y riqueza, mucha riqueza, Amaro, mas de la que podamos necesitar, a menos que nos roben la magia, y la riqueza, y entonces necesitemos, como tu, -noviembre exhalo con tristeza, -no no como tu, no como nadie, que tanto de esta mugre que te digo será cierta, cuanto amo esos prados secos, y esas vacas que no dan lecha, los ojos enrojecidos por el humo de la estufa de ladrillos, las manos cuarteadas, por la tierra seca, seca, en inverno, y pastosa en verano, , que tanto lo amo, pero igual lo defiendo, por que no quiero ser afanadora en una cadena de hoteles,- volvió a exhalar, existe la magia en este país, pero ay que buscarla y luego defenderla, ¿no crees?- no se noviembre, pocas cosas en mi vida han tenido magia –tu mismo tienes magia-dijo viendo de nueva cuenta la hoja, sin hacer contacto, con mis ojos, un estertor recorrió mi columna hasta mi cerebro, alguien tan fuerte, tan álgido, con rostro de palo como ella dijo, que reta a la muerta encarnada en uniforme, peleando por algo que cree, y por lo que vive, igual, no puede sostener la mirada, al decir un piropo a alguien.

El autobús comenzó a calentarse los asientos mullidos, recubiertos de plástico parecían deshacerse, los rayos oblicuos del sol pegaban de frente, se podían sentir, como acariciaban, como iban creciendo, el miedo seguía hay a soplos o a cuentagotas dejando solo salir el necesario para no consumirse, el capitán no hablaba, miraba al techo como sin pensar en nada, los gendarmes se paseaban, sin golpear a nadie, los tendenciosos decían que por que nos iban a tronar, quien sabe, el calor se hacia mas y mas intenso, el camión parecía un horno, los ojos de noviembre veían, el cielo , a mi, a su papa, gotas pequeñas de sudor, manaban, de su frente y resbalaban por su rostro, alguna se escapo por el cuello, lentamente, la seguí con mi mirada, la gota se iba fortaleciendo, cayendo pesada, por el cuello de noviembre, acariciando su piel, hasta bajar por el pecho, y desviarse en su perfecta redondez, mi mirada perdida, no veía mas que el gota de sudor, tan humana, tan descomunalmente bella, noviembre se percato de mi mirada, no dijo nada, me sonrió, con malicia, el rubor se me subió a las mejillas, que decir, mejor nada,- entonces ¿tu que haces, que seguirás haciendo cuando regreses dijo noviembre acomodándose graciosamente el escote-soy estudiante, de políticas, no hago nada, pero cuando regrese, lo primero que voy a hacer, es mandar todo al carajo y luchar por que….-me di cuanta que al decir esto lo decía sin convicción, sin un por que sin nada , ya me habían quitado todo, las ideas, las ganas, mis ideales, o tal vez nunca los tuve, solo imite, por eso también los perdí, al enfrentarme con las consecuencias de actos tan inertes como una manifestación, que termino en est5e atropello, aunque a ciencia cierta no ha de decir que me disgusta del todo, así son las cosas, que mas, son solo circunstancias, esos somos los seres humanos circunstancias, porvenires sin forma mas que la que nos da la mera casualidad, y ahora la casualidad se presentaba en forma de autobús hirviente, y una chica con ojos negros de zanate, reestructure mis ideas, y le dije, mirando una mancha de sangre en el suelo, que probablemente era de ella, -no no es cierto, luchar ¿por que?, ¿por quien?, contra quien, contra la indiferencia general, contra la injusticia, contra mi mismo, no mas lucha para mi noviembre, me voy a dedicar a salvaguardar, la magia, mi libertad, la mía, solo esa, el amor que me queda, solo el mío, no mas, voy a respirar de mas, a beber de mas los viernes, a tomar café hasta que se me quite el sueño, para ver películas viejas hasta el amanece, y después dormir hasta que se oculte el sol, olvidarme del trabajo o de la escuela, decirle a dios a la chicas que pasan POR LA BARDA FRENBTE A MI CASA, HABLAR DE POLITICA CON EL VIEJO IDEALISTA PENSIONADO, QUE SE SIENTA EN LA BANCA FRENTE A LA CHURRERIA, SOÑAR A RATOS, VIVIR A RATOS, Y SOÑAR OTRA CVES, DESPUES soñar con tigo y despertar llorando, por que me embrujo noviembre con sus ojos lánguidos-noviembre sonreía, sin decir nada, parecía comprender, lo que decía, tal como yo lo estaba expresando, -no te preocupes, vas a regresar, tu si vas a regresar, los, se me lo dijo un sueño, hace rato, cuando estábamos abajo, cerré los ojos, y te vi sentado, sin hacer nada, sonriendo por sonreír- segura que no te sonreía a ti- dije, no sin apenarme de lo estupido y tribial, de la expresión, -no , yo no regreso, estos minutos, son ya momentos extra, mi tiempo culmino, el tuyo, también, pero comienza tu nuevo ciclo, yo aquí apago mi vela, algún día visita mi pueblo, mira los pastos amarillos, habla de política y de sueños, con mis paisanos, y acuérdate, -no digas eso noviembre, que te pasa- la desesperación hacia mella en mi el corazón palpitaba, hervía me estaba consumiendo,-como sabes que tu tiempo- no digas mas nada Amaro, tu lo acabas de decir, así es la cosa, casualidad, y ya no ay mas.

El calor Aumentaba a cada instante, el autobús parecía una cámara de gas, la respiración se hacia pausada, nadie hablaba, ni los gendarmes, ni el capitán, ni nosotros, nadie, comenzó a sentirse el olor a muerte, a desperdicios, el primer desmayo ocurrió, fue un joven, de lánguida presencia, que casi todo el trayecto fue lloriqueando, hacia rato ya que había tornado de un verde pálido, se desvaneció de forma estrepitosa, como si le hubiesen dado un plomazo en la sien simplemente Cayo de tajo, seco, sin preámbulos, el calor reinaba, lo consumía todo, impregnaba cada parte del cuerpo, nadie hizo ningún sonido, parecía a nadie importarle, el por que de el desvaneci8emento, si lo habían plomeado, pus que mas daba, parecida que algunos ya daban por sentado que ese era el destinó de todos, solo esperaban, asfixiándose en el autobús tumba, como si los hubiesen enterrado vivos, sin mas , respirando, a cuentagotas, solo por hacer algo, por fingir que la vida transcurría como antaño fuese, sin la muerte fermentándoles en el estomago, el joven desmayado, parecía volver en si, para solo caer de vuelta, tomaba aire a bocanadas gigantes como queriendo inflarse, pero caía otra vez rendido ante el calor, el bochorno, el miedo, el asco, el olor a vomito y sangre, suelo, una y otra ves, mientras nuestras miradas somnolientas, parecían cada ves mas distantes, mas y mas lejanas, un gendarme levanto de la camisa al joven escuálido, y lo lanzo al asiento con desprecio, se oyó alguien que tosía con furor, una tos proveniente del estomago, enferma, dolorosa, noviembre volteo sin hacer mucho casi, dejo caer su cabeza sobre mi hombro, la humedad tibia de sus cabellos


amalgamados, me tranquilizo, calmo mi ancla, recordé, una canción cuyo titulo olvide, pero sin darme cuenta comencé a cantara entre labios, noviembre comenzó a silbar despacio a un volumen apenas perceptible, pequeñas ráfagas de aire enfermo y caliente recorrían el autobús, un sudor amargo corría por mi frente, aun así seguía cantando, balbuceando las palabras, sacándolas de una memoria ya perdida, dentro aquella oscuridad y polvareda de Oaxaca, noviembre silbo mas fuerte, y sin queredlo comencé a cantar a un volumen aun moderado pero audible, alguien atrás a quien no volteé a ver, nos hizo segunda, el rumor musical se extendía por el autobús, y se hacia mas fuerte, parecía que de pronto, todos silbaban, y murmuraban, una canción que había perdido ya su forma, era solo música, a la que cada quien daba el nombre y ritmo que quería, aun así el rumor parecía uniforme, como una orquesta ensamblándose, sin director, formando música de entrañas pútridas, humilladas, y acalorabas, el rumor musical se hacia mas y mas fuerte, algunos habían comenzado a moverse de un lado a otro, como bailando los olores se hacían mas presentes, la música subía mas de tono, el capitán se puso de pie, noviembre comenzó a aplaudir al ritmo de la música-silbido, el capitán nos lanzaba miradas que hervían en furia, sus ojos querían estallar, arder, quemar todo ese autobús, a la bruja y a su padre el chaman, a los revoltosos, a sus ineptos gendarmes, a todos, borrar para siempre ese rumos revolucionario, y unificador, ese música que evidentemente era una provocación pacifica, una afrenta ante el poder, un lanza que socava cualquier autoridad, los gendarmes sacaron su macanas, la música no parada, se movieron en formación cubriendo casi todo el pasillo, incluso, López, quien acababa de volver en si preparo su macana y se puso en posición, esperando ordenes del capitán, el rumor musical seguía con mas fuerza, algunos tamborileaban EL SUS Piernas, Ho el los virios calientes del autobús, loa gendarmes/policías/soldados, la misma mierda al fin y al cabo, apretaban la macana, con miedo, a la espera de la orden del capitán, que no se producía, el capitán miraba fijamente el fondo del autobús en busca de nada, y el miedo crecía en lo gendarmes emanado evidentemente de la música increchento, ya que era la semilla de la rebelión, de la sublevación, del motín los superábamos en numero, y muchos habían perdido ya las esperanzas de sobrevivir, no todos los gendarmes estaban armados, solo la mitad de ellos, con algunas bajas seria relativamente fácil neutralizarlos, el miedo se empezaba ha hacer notorio en los cuerpos temblorosos de los gendarmes, el capitán, ni siquiera parpadeada, dejaba que la música lo consumiera, a cada minuto ese rumor musical, le quitaba autoridad, y lo sabia, si permitía que pasara mucho tiempo el miedo se esfumaría, y la rebelión seria inminente, aun así no hablo en lo mas mínimo, dijo algo al conductor en secreto, quien respondió afirmando con la cabeza, el rumor musical no ceso, el capitán miro a sus subalternos, y dijo con voz seca- descansen, -y se sentó en su asiento, sin decir mas, los gendarmes se veían turbados, sin saber que hacer, algunos quedaron las macanas, otros se afianzaron mas fuertemente de ellas, se rascaban la cabeza, hacían muecas, tosían, evitaban cualquier contacto visual con nosotros los “prisioneros”, uno de ellos, que no tendría mas de veinte años, volteaba para todos lados, esperando que alguien lo sacara de esa trampa, de esa bomba de tiempo, nadie hacia mas que perderse dentro de sI mismos, y nosotros, no hacíamos mas que perdernos dentro de la música.

El autobús fue disminuyendo de velocidad, y con el volumen y la intensidad de los cantos, los rostros languidecían, el temor se hacia evidente, latente una vez mas, provocando estertores Cada vez mas potentes, golpes de sangre que llenaban la cabeza, que vaciaban el cuerpo, haciéndolo blandengue, las piernas y los brazos perdían vigor, y el soplido que producía el silbido que otrora fuese rebelión, parecía solo ya, el rumor de un aire muy lejano proveniente de rincones indómitos que ayer o anteayer, eran nuestras casas, noviembre me miro con mas sorpresa que recelo y movió los hombros hacia arriba, el autobús se detuvo por completo, ya nadie cantaba, ni silbaba, el capitán con el rostro descompuesto se levanto con firmeza y dijo- órale cabrones, a refrescarse, antes que se me mueran de calor, y me vayan a cargar muertos sin valor como ustedes, órale, pa bajo, tienen una hora, y luego al tambo por revoltoso, haber si ahí siguen cantando, órale bajense- nadie se movió ni un centímetro, la respiración se entrecortaba, las miradas se cruzaban con un sigilo nauseabundo, el capitán sin mas bajo del autobús y por la puerta entro una brisa fresca, que yo nunca había sentido, el olor húmedo penetro por los orificios nasales, ya parecía llegar a los pulmones refrescaba el cuerpo, algunos se asomaban por las ventanillas, pero nadie se movía, ni los gendarmes, ni nosotros, nadie, se oyó la voz del capitán gritando –órale que no van a bajar, órale López, haber si lo salado te quita el embrujo,- la primera que bajo fue una de las mujeres que no había dejado de gemir desde que paso ….., lo que saben y que no quiero repetir por que me da pena, bajo como loca, sin mirar a nadie , corriendo, mire por la ventanilla para ver a donde iba y entonces lo vi era inmenso y verde , la brillantez me encandilo ligeramente, aun así no deje de mirar, perdí a la mujer de vista inmediatamente, ¿estábamos en el mar?¿? por que?, nunca lo supe, creo que nadie nunca sabrá que paso por la cabeza del capitán para hacer esa parada en el mar, pero lentamente gendarmes y reos, bajaban con recelo, sabían que no estaba nadie abajo mas que el capitán que era un campo abierto por todos lados, que contraponía todos los preceptos de manejo y control de prisioneros , aun así como zombis bajaban un gendarme y cuatro prisioneros, con los ojos hinchados, y dolidos, sin dormir, recibían el sol con dolor y benevolencia, ese que pensaron nunca mas ver, la arena caliente en sus pies se igualaba al mejor masaje, de inmediato y sin preguntar algunos se quitaron los zapatos, gendarmes y prisioneros, a lo lejos el capitán miraba el horizonte como se fusionaba con el mar sin voltear siquiera a ver a que pasaba con el desabordare, había prescindido de su casco desde hacia horas el aire pegajosos y húmedo mecía sus cabellos con ritmo casi musical, lo vi sentarse en la arena sin dar ordenes, frotándose la nuca con un puño de arena, la mujer que había perdido de vista estaba bañándose en la orilla del mar, se tallaba con celeridad la entrepierna, y se dejaba caer de cara cuando venia la ola solo para levantarse a lavarse de nuevo, se levantaba la falda de manta casi hasta las nalgas y con las manos curvadas echaba golpes de agua como limpiando todo lo ocurrido, los demás avanzaban lento, sin fuerzas, se tendían en la arena, nadie hablaba, noviembre bajo corriendo, se quito las botas, corrió como una infanta que no conoce el mar, el aroma me ofuscaba, me dominaba en lo absoluto, no veía mas que la extenuidad mesiánica en su inmenso azul verdoso, que parecía cubrirlo todo, todo, la mente, la revolución, Oaxaca , la represión, hasta los ojos negros y tristes de noviembre, me quede inmóvil, don Nicanor quien fue el ultimo en descender del autobús me dio una palmada en la espalda y dijo- vamos mucho, al mar, que sana todo, todo hasta el desamor y el desasosiego, ya nadie quedaba en el camión, los gendarmes estaban separados, sin zapatos con el pantalón arriscado, formando una media luna, en donde estábamos adentro, la distancia ente uno y otro era tal que de querer cualquiera podría haber corrido, si no le disparaban que seria solo por orden del capitán, seria difícil que lo alcanzaran, quien sabe por que tomaron ese posición nadie se los mando, pero ahí estaban, como casamatas cuidando prisioneros, de pie los menos, la mayoría sentados con el arma en mano apuntando al cielo, y con la mirada fija en el mar, algunos prisioneros aislados gritaban consignas e insultos, resguardados por la anonimidad, nadie los seguía, poco a poco todos se fueron sentando en la arena la mayoría muy cerca del mar, sonde el agua espumosa y salada podía tocar sus talones resquebrajados por las marchas interminables en las calles pedregosas de Oaxaca, la proclamas se acallaron, murmullos ocultos en la brisa de mar se percibían, nadie hacia nada, a nadie la interesaba hacer nada, y seguía de pie anonadado ante la imagen ya no solo del vasto mar, también de mis compañeros que se dejaban caer una a uno tendidos en la arena como fichas de domino, como si hubieran sido hipnotizados por la playa, caían con suavidad , como una hoja , los gendarmes seguían apuntando al cielo, dos habían ya dejado sus armas para tenderse en la arena, ellos estaban lejos del agua, solo el capitán humedecía sus pies, supongo que por la cabeza de los gendarmes había pasado, que esa playa seria el lugar de una carnicería, de un masacre, o siquiera de un escarmiento, pero no, no lo fue, los únicos caídos, eran derrumbados por el sopor del día caliente y la brisa tibia, creo que esto tranquilizo a los gendarmes sus semblantes, se veían distintos, humanos, oí la voz de noviembre gritar suavemente, mientras mas hacia señas con la mano, me aproxime aun con miedo, nadie volteó a verme ,tome lugar a lado de noviembre, quiso tomar mi mano, pero el contacto la hizo recular –es hermoso ¿no?, hacia tiempo que no lo veía-dijo con una ternura que aun tildo de criminal, con una ternura suave, que me recorrió el cuerpo, que aun hoy recuerdo con escalofríos,- yo no lo conocía, mas que en fotos, no se por que pero nunca me llamo la atención, pero es lo mas bello que he visto en mi vida- la voz se me entrecorto, y rompió en un absceso de llanto que ceso de inmediato, una lagrima escapo con delicadeza por mi mejilla, la seque rápido y recargándome en la arena seguí hablando intentando contener el llanto, que ahora en el altiplano comprendo como un momento de rompimiento de la inmensa tensión y nerviosismo,-no se por que nunca lo había visitado, nunca pensé que fuera tan impresionante verlo de cerca , en las fotos ni siquiera se la parece, -algunos presos se quitaban la camisa y saltaban incoherentemente a las olas, el capitán los mirada sin hacer aspavientos, un gendarme le grito –capitán que hacemos, lo dejamos- el capitán movió lo hombros hacia arriba en señal de desdeño, nadie volvió a preguntar nada, noviembre y yo veíamos los cuerpos informes, obesos, estómagos abultados que caían ominosa mente mostrando su enormidad sin pena, otros sumidos hasta las costillas, de ombligos amorfos, pechos lampiños y otros obscurecidos por vellos, todos saltaban en las olas, algunas risas se alcanzaban a oír, parecía tan improbable que fueran risas lo que se percibía, pero si lo eran, provenientes de esa masa humana, nadante, humanizada de nueva cuanta, no por la dignidad de la luchas, mucho menos por el honor de saberse justo, simplemente, por se un se humano, y recordarlo, cuando se había ya perdido la conciencia de ello ,las mujeres solo se tendieron en la orilla, a dejar que el agua se fundiese con sus cuerpos, una de ellas tenia los ojos cerrados, y entonaba una melodía que yo ya había oído al llegar a Oaxaca, nadie la secundaba, pero era claro que ella no tenia interés alguno en que alguien secundara, seguí hablando tendido, de la mar, de la hermosa mar, y de noviembre de la hermosa noviembre, como poseído, sin dejar de decir ninguna de las palabras que llegaban mi mente , noviembre escuchaba ceremoniosamente, pregunto por cosas sin importancia, si tenia hermanos, que me gustaba comer, si había visto aquella película que…, y yo contestaba, y ella me contestaba la misma pregunta, me pregunto si me había impresionado el zócalo de Oaxaca tomado y negro por la pólvora, le dije que me había impresionado mucho, muchísimo mas el mar, y mucho mas que el mar la negrura cósmica e infinita de sus ojos, me sonrió por un momento, y pregunto- ¿Cómo los definirías en una sola palabra si es que tanto te impresionaron?-la respuesta necio inmediatamente y sin pensarla- mágicos, como la magia que tu quieres salvar, -noviembre estaba por contestar cuando don Nicanor se acerco con rostro severo, y dijo a noviembre que le quería hablar un momento, noviembre se recargo en mi hombro para ponerse de pie, se sacudió sensualmente la arena, no como lo haría un prisionero, como lo aria una turista que se sabe observada, y que se sabe bella, los vi alejarse y me recosté en la arena viendo el cielo azul brillante de la tarde, sintiendo en mis labios el sabor salado que manaba de la brisa.

Todo parecía haberse detenido, los colores tan vivos y pardos de la tarde comenzaban ha apoderarse de el cielo y la tierra, cuando un ligero llanto me asusto, era noviembre corriendo hacia donde estaba tirado, pensé por un momento que venia hacia mi, pero paso de lado sin recular, visiblemente afectada, con el rostro descompuesto y los ojos lagrimeantes, don Nicanor la seguía sin prisa, con paso ceremonial, la veía con melancolía mientras corría, no pudo correr mucho cuando un gendarme le apunto sin fuerza ni determinación y le grito débilmente- detente, ¿a donde vas?, hasta aquí puedes pasar, -sin contestar nada se día la vuelta camino tres pasos y se tiro en la arena, Nicanor llego lento y se sentó junto a ella la tomo de la mano y murmuraba cosas a su oído ella negaba cada afirmación que el le murmuraba, y llorando movía la cabeza, desesperada ,se percibía como el dolor acomunado manaba de sus ojos, Nicanor veía la arena sin esperanza y seguía con su discurso, inmutable, eterno, noviembre comenzó a temblar miraba de un lado a otro sin decir nada, era claro como los nervios se le hacían pedazos , cada centímetro de su rostro se descomponía para formar un nuevo mosaico de angustia y dolor, los ojos se le quebraban en negro astral, se turbaban por un manto acuoso, al intentarse secar los ojos se arenaba la cara, parecía una niña haciendo berrinches, su padre también lloraba en un tono silencioso, de ese que solo el viento suave, don Nicanor intento levantarse, noviembre lo regrese a al arena con fuerza, y le decía cosas en murmullo, se el salía uno que otro gritillo que se perdía con la brisa, su padre con el con sus ojos tan tristes como los de noviembre le besaba el rostro, la tocaba, acariciaba sus cabellos, le alargaba palabras que pocos saben escuchar, noviembre se tendió en la arena llorando e inmediatamente se encorvo en posición fetal, sin soltar a su padre del tobillo, quien poco a poco se levanto, con la mirada fija en el mar.

Don Nicanor comenzó a caminar, se quito la camisa y los zapatos, los lanzo sin fijarse, volteo hacia noviembre y le sonrió de un modo que nunca he visto sonreír a alguien, era una sonrisa llena de palabras dulces, de deseos truncados, de sueños cumplidos, y de recuerdos hermosos, una curva imperfecta, llena de todo lo que es ser padre, corrió entonces hacia el mar y se interno de un clavado en las olas, los demás que aun nadaban lo recibieron con gusto y bromas, el sin verlos siquiera nado hacia adentro sin ver a nadie sacando la cabeza solo para respirar, nadaba rápido y firme ante la mirada perpleja de todos, noviembre se levanto de su letargo y corrió atrás de el se detuvo antes de entrar al mar y corrió hasta donde estaba el capitán, gritándole- deténgalo, se va ahogar , deténgalo, mire se esta llenado, deténgalo, mande a alguien, deténgalo,- noviembre gritaba con un clamor profundo manado del pecho, parecía que se le destrozarían las cuerdas bucales, y grito y grito hasta que se quedo sin aliento, el capitán no hizo ni una seña, ni una mueca, con los ojos fijos veía como Nicanor se internaba en el mar, los gendarmes observaban atónitos la escena , nadie hacia ni decía nada, el capitán esbozo una pequeña sonrisa, -deténgalo, capitán, es su prisionero, que no se escape , deténgalo, deténgalo, deténgalo…- la voz se le hizo trisas y rompió en un llanto suave, cayo de rodillas junto a al capitán, quién le paso la mano por la cabeza con actitud paternal, don Nicanor ya estaba para entonces lejos internado en lo mas osco del mar, se veía aun claramente su silueta, cuando volteo hacia atrás , el capitán lo miro a los ojos y quitándose la gorra hizo una señal de consentimiento y tendió su mano para decir adiós, -allá va estar mejor niña, ya aya nada le va pasar ni va a ser prisionero de nadie,-dijo el capitán con vos melodiosa y recia, mientras la silueta de Nicanor poco a poco desaparecía se alcanzaba a ver nada mas ya un punto, en la lejanía, todos miraban fijamente, como desaparecía el punto ante la inmensidad, poco apoco , con una lentitud sublime, musicalizado por el llanto ligero y suave de noviembre, el hombre se fundía en el mar, se hacia uno a sus compuestos, después de un rato nada quedo de aquel brujo oaxaqueño, y un sopor melancólico cubrió la playa, nadie hablaba, pero tampoco con excepción de noviembre se percibía tristeza, la tarde iba cayendo, los colores rojos se hacían presentes , todos nos pintamos de otro color, el captan se levanto y grito sin dejar de ver el cielo- ya vamonos, que nos están esperando en Nayarit, y ahí mis amigos, yo los dejo a sus suerte, vamonos- ordeno a los gendarmes quienes se pusieron en pie de inmediato, y sin violencia acarrearon a los prisioneros, al camión, no hubo resistencia, todos veían el mar desesperadamente, querían sorberlo por los ojos, noviembre seguía tirada, un gendarme delgaducho y feo, me dijo que fuera por ella y la subiera al camión, fuimos de nuevo los últimos en subir, la levante con cuidado, no opuso resistencia alguna, no dijo nada rechazo mi brazo y camino con la mirada en fija de frente , ante la escalinata del autobús, quise voltear de nuevo a ver el mar pero no me atreví sabia que si lo hacia no iba a poder subir de nuevo a esa prisión rodante.

Al subir todos estaban ya en el mismo lugar que antaño estuviesen, veían al mar como una añoranza, el capitán dio la orden de arrancar invite a noviembre a sentarse junto a mi, ella rechazo la invitación y sin dirigirme la palabra se sentó en el lugar donde estaba su padre, don Nicanor, que ahora era una misma cosa con el mar, volteo la mirada hacia la ventana, y el vaho que empañaba el vidrio delataba su llanto silencioso, su hombros se movían con delicadeza y dolor, quise llorar con ella, pero temí no saber por que lloraba, y me fui silencioso a mi asiento, que estaba frió, casi al contacto cerré, los ojos, me fundí en un sueño silencioso y duro, sin quererlo comencé a soñar, en mil y un cosas, inconexas, pasaron todos mis sueños traslapándose unos con otros, dándole significados ambiguos a todos, eran escenas tristes, me veía solo como, siempre, bañado en tristeza, en dolor, en alcohol ,en llantos nunca derramados, siempre soñador, grandilocuente, lleno de esperanzas, imágenes donde mi nombre figuraba en periódicos y en Internet, haciendo mil y un cosas, oía voces de gentes hablar bien de mi, después vi grilletes, vi calaveras, vi mi realidad mi eterna desnudes, mi inutilidad ¿para que soy bueno?, solo para soñar, para nada mas, seguí el vago y triste sueño, quería en el salvar a noviembre, quería salvar a Oaxaca, quería regresar como héroe, que mis conocidos esos que jamás me tomaron enserio, por que ni ellos mismos se toman enserio, se convencieran que lo que hice tuvo sentido, pero n lo tuvo, soñé muertos alegres, bailando con enaguas rosas y trajes negros en sus tumbas, vestidos de capitanes y gendarmes, de brujas y guerrilleros, de tritones y de sirenas , y lo veía desde mi panteón de ideas y sueños, hu7ndido hasta las fauces de tierra fría, que alguien hecho sobre mi sin fijarse, por que no habría por que fijarse, en algo tan irrelevante como un muerto triste en un camposanto de muertos alegres, entonces una voz silenciosa me saco de mi letargo, -Amaro, Amaro, estas despierto, soy noviembre –he, he –conteste con somnolencia pero mucho gusto, aun no me explico como en situaciones caóticas el cuerpo permite sentir tal jubilo, -si, estoy despierto , ¿Cómo estas?-tampoco comprendo por que le ser humano en situaciones de perdida en lugar de enfocarse en el tema en lo obvio en lo lógico, en la fuente del dolor, se limita a circunloquios entupidos, como ¿Cómo estas?, pues como se va estar, o peor aun , ya esta descansando u otros símiles, la estupidez y la conmiseración brotan de un modo tan ridículo que ni siquiera vale la pena hablar de eso, para al fin de cuentas pregunte ¿Cómo estas?- pues , bien el ya esta donde siempre dijo que quería estar, en la tumba mas hermosa, la mas hermosa- lloraba entrecortado, tan melancólico, romántico como nada era la sinceridad absoluta, la ausencia total de la pretensión, el ser la tristeza de vivir, todo unido en ese cuerpo ligeramente voluptuoso y frágil, noviembre seguía hablando con la voz entrecortada- crees que pudo ser mas hermoso, siempre dijo que regresaría su cuerpo a la madre, a la diosa tierra, y ahí esta ahora no cres, -si el es uno con la pacha mama, es parte del todo, pero y tu ¿Qué va a pasar con tigo, que sabes?-nada, no se nada, creí saber, pero no se nada, dijo que se fue por que no quería que lo aventarían ay a una fosa, o terminar en un frió refrigerador, o el un bolsa plástica para que lo abrieran estudiantes burgesitos de medicina, prefería morir consumido por nuestra patria, que por una bala de un soldado inerte, sin ideales, por orden de un superior, no soportaría morir en manos de un imbecil, de un objeto inpensante , que sin reflexionar mata por que se lo ordenan, o pr que es su trabajo, o por que no sabe hacer otra cosa, por que hasta ahí le llega el entendimiento, quería morir , solo por eso, por que el quería morir, y ya sin mas, y sabes que , quería que me fuera con el que nos perdiéramos juntos en el mar, lo dos hundirnos en el salado y eterno mar, los dos , entiendes , quería que me fuera con el, y no me fui, lo deje solito, sabes por que –no ¿Por qué ?- por que estaba mintiendo, estoy segura que no quería morir en el mar, que lo hizo por su estupido idealismo, para que no nos sacaran información, que no nos torturaran, que no reveláramos como matamos al batallón aquel que nos mandaron para apaciguar el movimiento, para no revelar quien mas esta en el movimiento, el quería que yo ya no sufriera mas por su culpa, que no sintiera mas hambre, sueño, dolor, por eso quería que nos hundiéramos en lo profundo del mar, donde nunca pudiera decir nada, pero ……pero amaro,….., amaro yo no me quiero morir, ni quería que le se muriera, ni estar en este camión, ni haberte conocido en esta circunstancia, pero ya que , si te hubiera conocido como turista en Oaxaca, me hubieras visto vestida, con un traje blanco de mata bordado, con que solo me llega a media apierna de un lado y debajo de la rodilla del otro me veo bien bonita, resalta con mi piel , y me arreglo el cabello, como actriz de tele, te hubiera gustado, muchas me voltean a ver, mas de los que piensas amaro, tu me hubieras visto, y ala mejor te llevaba a tomar mezcal y a cantar unas rancheras, y te diría toda la noche que odio a los chilangos, que eres un niño mimado, que no tiene ideales, pero igual después te daría un beso o tal vez dos o los que quisieras, lo que tu quisieras, pero ya no…-no pudo noviembre terminar su oración, por que un absceso de llanto se lo impidió, se apodero de su garganta y de la mía, comencé a llorar como infante, a lagrima suelta, casi gritando, note que algunos nos veían, no podía dejare de llorar, aunque sentía pena, pero los constantes “hubiera” de noviembre me trastornaron, el idilio perfecto hizo mella en mi alma, en lo que quedaba de ella, un gendarme se acerco y se llevo el dedo a la boca en señal de que guardáramos silencio- shhhhhh, ya, ya están asustando a todos, cállense, lloren pero en silencio- y se alejo a paso firme, se percibía ya la llegada de la noche, el sol se ocultaba, y a lo lejos se podía ver una cuidad, después sabría que esa era nayarit, noviembre temblaba, quise abrazarla pero medio pena, murmure algunas palabras que por su poca trascendencia he olvidado, el camión se detuvo una ves mas, se divisaron varias patrullas que nos hacían el alto, la histeria se iba apoderando poco a poco de todo el camión, todos, gritaban, preguntaban, se levantaban de sus asientos, los gendarmes lo sentaban a punta de macana, la luz rojo y azul de las patrullas, entraba por las ventanas del camión aumentando la histeria, también se veían dos trasportes militares, militares y policías formando un hilera de unos cuarenta y a sus pies unas veinte personas sentadas en el piso, amarradas, algunos bañados en sangre, masas sanguinolentas Y antropomorfas, muy lejanas a lo que antes fueron, al ver esto mucho s de los prisioneros, comenzaron a saltar en sus asientos, gritaban vituperios en contra de todo, de los gendarmes, del gobierno, la desesperación densa se percibía, se podía tocar , saborear el amargo sabor de la desesperación y la impotencia, la renuencia natural al dolor , reaparecieron los toletazos y las groserías para apaciguar a todos, el capitán bajo con cuidado por la escalinata para hablar con loa soldados de abajo, vi como saludo marcialmente a uno de ellos, e hizo señas condescendientes, veía a las masas sanguinolentas en el piso con desprecio y asco, pero no hacia ellos sino hacia la circunstancia, todos mirábamos con miedo e incertidumbre, lo que hecia le capitán, noviembre quien no se había movido de su lugar, se levanto al fin, y dando un paso a la frente se atrevió a ver a través del vidrio, me di cuenta de que sus ojos negros se abrieron a una dimensión extraordinaria, un temblor convulsivo se apodero de ella, perdió por completo el control de su cuerpo, no podía dejar de ver a los prisioneros sangrantes amarrados unos a otros en el suelo a los pies de los soldados, la miraba fija, recta, pero su cuerpo , temblaba apenas se podía mantener en pie, era obvio que ella conocía a esas masas antropomorfas, no pregunte, no quise, no tenia caso, solo sentí como un rumor helado y mortecino me recorrió el cuerpo cada célula se me paralizo, imagine a noviembre cubierta en sangre propia, y desee muchísimo que se hubiera hundido en el mar con su padre, era frágil, a pesar de no demostrarlo, muy frágil, debía ser tratado como lo que era la flor mas exótica , el riachuelo pequeñísimo y transparente, debía tocársele con la punta de los dedos lentamente , y mover su cabello solo con un escueto aliento para decirle palabras absurdas que se perdieran en la inmensidad, pero ellos no lo sabían, ante ellos era una guerrillera y una acecina, un peligro para la paz social y el orden que a ellos se les ordena mantener, por el bien de todos los Mexicanos, ¿quien carajos son todos los Mexicanos?, Noviembre me abrazo con fuerza ,sus temblores se acrecentaban cada segundo, trate de apretarla contra mi cuerpo, quise unirme a sus compuestos, como don Nicanor al mar, pero no pude, ella ya no lloraba, pero su temor era tan profundo que logre oír como se estaba rompiendo las muelas de tanto apretar, realmente sabría ella que ese era su destino, no lo se , siempre he pensado que nos mentimos para sobrevivir, y yo hasta la fecha me he mentido al respecto, y creo que ella también, por eso en ese momento se rompía los dientes apretando la mandíbula, a causa de el desasosiego.

Pude ver como el capitán subía de nuevo al camión, traía con el unos seis o siete soldados, apunto con premura y desgano a unas cinco personas entre ellas.., a noviembre quien no se dio cuenta pero yo si y como ella me fui consumiendo en temblores convulsivos , los soldados con un orden marcial, fueron hacia ellos para inmovilizarlos y bajarlos del camión, para transformarlos en una mas de esas masas que estaban a sus pies bajo el autobús, cuando intentaron bajar al primero, el autobús entero entro en sock, todos comenzaron a saltar como ranas, a gritar, ayudar algunos intentaban ir hacia los soldados para evitar que los bajaran, pero lo gendarmes de un toltazo o dos o tres , los dejaban en e suelo, salpicaba sangre por todos lados, uno de los soldados se unió a los gendarmes para apaciguara a los prisioneros, los golpeaba con la cacha de su rifle de asalto, sin mas a todos , sin distinguir quien agredía o quien solo gritaba, los golpeaba como si fuera un campesino cortando el pasto uno a uno, como repartiendo hostias, a cada uno le daba su culatazo, el olor a sangre llego a mi nariz, el miedo no me dejaba respirar, noviembre había comenzado de nuevo a llorar, habían bajado ya a cuatro de los cinco que el capitán con su dedo inquisidor y omnipotente había señalado, solo faltaba ya mi guerrera de ojos de zanate, la abrase con fuerza, dos soldados vinieron hacia mi, algunos los empujaban a su paso, pero inmediatamente eran inmovilizados, sentí como las manos de uno de ellos tomaron a noviembre por los hombros y la jalaron en mi contra, yo empuje su cuerpo mas fuerte contra mi pecho, no se me ocurrió nada mas, que podía hacer, que no fuera morirme con elle, -déjala carbón, suéltala, o te vas tu también-dijo uno de los dos con voz que me pareció mounstrosa, pero solo atine a decir llorando como niño berrinchudo-no, no, no la voy a dejar, -ellos jalaban con mas fuerza y comenzaron a golpearnos con el puño a los dos, donde cayera en la cabeza, en la espalda las piernas, pero noviembre seguí apresándome su brazos fríos, seguían firmes en mi cintura, y los míos amalgamados a su espalda, los golpes seguían, hasta que dos de los gendarmes se unieron a los soldados pasa soltarme varios toletazos en la cabezaza, era tanto mi miedo que ni siquiera los sentía, seguían golpeándome, probablemente también noviembre, para entonces ya no la veía, mi sangre me había cegado, no pude ver mas a esa guerrillera ni a sus ojos negros, una patada en la espalda nos hizo caer, noviembre se me soltó, no supe como, oí sus giros desesperados , que nunca hubiera imaginado cuando la conocí, siempre pensé que de pasar esto , ella escupiría con valentía la cara de los soldados, vituperaría consignas e ideales, mostraría una enorme valentía y enfrentaría con palabras y gritos a la fuerza represora no fue así, no fue así, solo gritaba entre sollozos, -no amaro, no me dejes, no, no no, no me lleven por favor, yo no se nada , déjenme, amaro, agarrame , que no me lleven,- intente alcanzar su mano, pero era ya tarde no me atreví a decir nada, de pronto sentí como el otro soldado me levanto y casi arrastrando me llevaban a la salida del autobús, no sentí mas miedo, me gusto la idea de irme con noviembre, de morir con ella , que i destino fuera idéntico a l de ella, y así ninguno estaría solo , pero cundo sentí el aire fresco de afuera, oía la voz del Capitán, - no ese no es , ese no ese es solo un revoltoso- pero estaba con la ..- si pero ese no es, no se pueden llevar a nadie mas son ordenes de los superiores, estaba con ella por que yo creo lo embrujo, y aguas con ella, es bruja y hablo enserio,- bueno ay se lo dejo- me dejo caer el borde de la escalinata del camión, aun oía los gritos débiles de noviembre, me quite un poco de sangre de los ojos, y pude ver que una de las masas sanguinolentas del piso intento saludarla, pero fue coaccionada a sentarse de inmediato, soldados revisaban a los cinco prisioneros que acababan de bajar, les colocaban esposas, y burlaban de ellos, uno de los soldados, tocaba soezmente a noviembre, intente ir para hacer algo, aunque sea recibir una golpiza, pero el capitán me jalo hacia acento de un zarpaso y grito, -vamonos, que los espera nayarit, -intente ver por ultima ves a noviembre, pero las luces rojiazules de las patrulla me lo impidieron, el capitán me sentó en lo que antes fue su asiento, y dijo con desgano- te salve carbón, para que puedas regresar con tu mami, no hubiera aguantado una gota mas de sangre en mi conciencia, ni una mas, me toco la cabeza y se sentó junto al chofer viendo de frente a la carretera, quise gritarle mil cosas, pero la verdad es que si le estoy agradecido, me quede callado como todo el camión , quise dormir pero el dolor era insoportable, uno de los gendarmes me dio una toalla, para limpiarme la sangre, y un botella de alcohol , cada traspié del camión fungía como un martillazo en mi cabeza, me limpie lo mejor que pude, y me vacié la botella de alcohol en la cabeza, eso me relajo un poco, mire de soslayo a López (el gendarme impotente), quien estaba riendo maliciosamente, se tocaba el miembro y reía diciendo a otro gendarme, mira apenas se bajo la bruja y ya funciona otra vez, el otro gendarme lo miro con extrañeza y siguió su camino hacia el fondo del transporte.

El camino seguía se percibían las primeras luces nocturnas de Nayarit, el camión se movía despacio, nadie hablaba, solo se oía el murmullo de un de los prisioneros, un muchacho, gordo de porte bajo, no mas de uno cincuenta, de cabellos grasosos y paludos, con ojos pequeños e inflamados, yo lo había visto alguna ves, no se si en la universidad o solo en la calle, pero estoy seguro que era chilango, hacia ruidos, incoherentes, balbuceos que rayaban en lo absurdo, parecía endiablado, movía la Cabeza de un lado a otro , saltaba, gritaba frases si sentido, como si estuviera en opto momento , con otras personas – mama , mama veme, mama veme, mama acá, mira, mira como brinco, y comenzó a saltar por el camión, se empujaba con la baranda de los asientos, y saltaba tan alto que su cabeza chocaba en el techo, era ridículo y atemorizante verlo, sus piernas cortas y su corpulencia hacían un ridículo espectáculo, parecía un sapo, brincando por todo el camión, gritando, - mira mami, mira mama, mira, -y seguía corriendo gritando frases incoherentes , comenzó a cantar un canción eclesiástica, mientras seguía saltando- alabare, alabare, alebre, albare, albaree a mi señor, alabare ,alabare, alabare, alabare, alaaaaaabare a mi señor,- esto solo causaba miedo y extrañeza entre todos, prisioneros y gendarmes, el ataque de nervios del mucho regordete estaba afectando a la población entera del autobús, sus saltos maniatados y animalescos, le daban un aspecto bestial, deshumanizado, trastornado, los gendarmes intentaban regresarlo a su lugar pero no lo lograban el seguía saltando , golpeándoos e la cabeza contra el techo, una y otra vez, con movimientos cada vez mas convulsos, siguió golpeándose contra el techo ninguno de los gendarmes pudo detenerlo, incluso cuando el capitán le tiro un toletazo en el estomago, el solo gimió como un perro herido yt siguió saltando de asiento en asiento, golpeándose contra el techo, se golpeo hasta que comenzó a brotar sangré a borbotones, a cada salto salía de su cabeza, con cada golpe el techo entero se llenaba de sangre, y el seguía saltando, la sangre caía y caía, salpicándolo todo, algunos se cubrían , uno de los gendarmes grito, -capitán ya vamos llegando- nadie puso mucha atención al ya próximo arribo a raíz del sapo saltarina y sangrante, no había ya en el nada de humano, nada de guerrillero, de protestante, de nada, era solo un remanso de lo que fue un trazo de locura humana, de la sistemática perdida de la razón a raíz de temores acomunados, uno a uno, que el quería olvidad salto a salto, seguía saltando, golpeando llenando a todos con su locura, salpicando a todos con un liquido caba vez menos rojo, casi blanquecino, el capitán ordeno al chofer que se detuviera un instante, saco su pistola de balas de goma con la que le había disparado a noviembre, y le dio un tiro directo en la cara que lo derribo, y sin decir mas grito, -bajenlo, parea que queremos un loco en el parte, ni modo que digamos que perdió la razón en el viaje, o peor aun que apresamos a un loca, no ni madre, bajenlo, ay tírenlo en la banqueta , en un rato despierta, -cuando lo cargaron para bajarlo vimos que la bala de goma le había impactado el ojo derecho quedando aparente mente destrozado, solo se veía un hueco sangrante y obscuro , nada , en esa cara de sapo tuerto, solo vi eso la nada, la absoluta nada que somos, nada mas, lo dejaron en la banqueta, recargado a un tronco que antaño fuese palmera de coco, ahora no era mas que un poste sin vida, sonde descansaba un sapo tuerto, llorando porque su mama no le hacia caso, el camión avanzo, dejamos al sapo dormir , todo quedo bañado en gotitas de sangre, partículas finísimas de la razón de un ser humano deshumanizado.

Avanzamos unos kilómetros mas diez o quince a lo sumo cuando no detuvimos por ultima ves, ante un edificio gris y viejo, maltrecho, con dos torres verticales que sobresalían, paredes largas sin ornamentar, dos faros iluminaban la noche, algunas luces rojiazules, entraban por los vidrios, se abrió la puerta, el capitán se puso de pie y grito -aquí los dejo chavos, que dios los acompañe,- y decidió con un saludo marcial a otro oficial, con uniforme similar al suyo- general Martínez, todo en orden, deje a los revoltosos de la sierra en el acotamiento, en el reten del capitán Morones , eran seis, los demás prisioneros, están aquí, todo corrió sin incidentes, la sangre que esta esparcida es de los revoltosos que no querrían bajarse, ay tres mujeres entre los prisioneros, sin mas me retiro y le entrego verbalmente mi renuncia , que luego le are llegar por escrito, adiós general Martínez.- el tal general Martínez se puso de un color rojo casi morado, movía los labios en señal de enojo ,pujaba con rabia- de que habla Capitán Gómez , usted no se va , es una orden o lo llevo a juicio marcial - ¿Por qué ?, yo cumplí con mi misión, entrego todo en orden, doy parte, por lo cual estoy en mi derecho de renunciar ahora, adiós y que le vaya bien, adiós muchachos fueron buenos subalternos, -dijo, mirando a los gendarmes de soslayo, bajo sin prisa del autobús , el general Martínez, trato de sostenerlo del brazo pero este se saco con un movimiento brusco, bajo caminando sin prisa , se fue caminando por una avenida pequeña, casi vereda, llena de palmas cocoteras, donde no se veía fin, vimos al hombre caminar, ir haciéndose chiquito , hasta convertirse en un sombra hasta desaparecer en la obscuridad de un paso a desnivel, y no volví a saber nada del capitán Gómez, nadie dijo nada hasta que desapareció a la vista, entonces el general dio la orden a los gendarmes de abandonar el autobús, e ir a rendir su parte, ellos bajaron sin chistar, alguno miro a sus compañeros de viaje con melancolía, los demás descendieron sin mirar atrás, subieron soldados unos quince, talvez mas , no me acuerdo, el general dijo con desprecio, bajen a los mocosos revoltosos, denles un tunda pa que se les quite lo revolucionarios y ya apaciguaditos los meten a los separos hay que vean los del penal que hacen con ellos –los soldados avanzaron con paso firme entre lo asientos, pero ninguno hacia nada tenían cara de desconcertados, veían, las gotas de sangre que pintaban todo el autobús , y las miradas sonámbulas de todo ya dejados a su suerte, resignados, fusionados con sus desencantos, la ausencia absoluta de cualquier motivo para vivir, esperando sin esperar nada, solo esperando, porque no ahí otra cosa que hacer, los soldados comenzaron a apuntar sin ton ni son, algunos se levantaban, pero el general gritaba-no ese no , ese tampoco, que weyes son, haber, -dijo, visiblemente enervado, -yo les digo cuales, el,,el, el el, el el, el aquella, las dos viejas de atrás, el, el, aquel que esta bien madreado-dijo refiriéndose a mi,- aquel, y aquellos dos, los demás, pásenlos al siguiente reten, ay que los procesen, y ya dirán si lo interrogan, o los entamaban, oque, procede, pero estos, ya aquí déjenlos que se encargue, aquí el ministerio, pero alecciónenmelos, a los cabrones , órale-nos había ya seleccionado bajaríamos, ay los mas jóvenes, los que evidente mente eran solo simpatizantes y también los que tenían cara de pendejos, nos bajaron como premura, a pequeños golpes de culata, empujándonos sin ganas, yo fui el ultimo en bajar, alcance a oír al capitán decir a los que se quedaron, ora si infelices van a ver lo que es el ejercito, haber si siguen de alzaditos, -no alance a oír mas, mira antes de bajar rápidamente , nunca olvidare el rostro maltrecho y deshumano de uno de los compañeros, de bigote pequeño y cara redonda, no había en aquel rostro absolutamente nada de vivo, era solo el remanso de un ser ya distante, perdido en la selva, en la guerrilla, el zócalo de Oaxaca, en su pasado ya tan distante, quise llorar al bajarme, no pude, vi como el autobús se alejaba y sentí que mi cuerpo se iba con el , parecía que solo bajaba ya la sustancia, lo demás, el yo, mi alma, en el camión se fue todos mis sentires, mis dolores, mi mil amores, y noviembre, con sus ojos negros ,y sus lagrimas de niña, y Nicanor, y el sapo, y Oaxaca y la guerrilla, y mis ideales, y todo lo que yo había sido, se fue en el autobús, con aquellas caras pálidas, triste, que no volví a ver, que ya ni recuerdo, se fue , así como lo sueños de la vida, a un lugar abstracto y desconocido, donde quien sabe que ocurrió, dicen que los torturaron, que los violaron, que desaparecieron algunos, yo no se, no existe fuente confiable, son solo habladurías, nada se sabe de los que se fueron mas aya del penal de Nayarit , tal ves regresaron a sus comunidades, quien sabe, no son noticio, no tienen foro para platicar sus vivencias, o supervivencias, a decir verdad a nadie le interesa , ni siquiera a mi, yo prefiero pensar que adelante los bajaron en un claro, lleno de flores silvestres blancas y moradas, avena loca y tréboles, los dejaron ay libres, y formaron de eso otra vida, una inventada por ellos y no como la que tenían y los represores le quitaron, hecha da injusticias y casualidades, yo creo que todos fuimos alguna vez flores silvestres, hasta que alguien se robo nuestra semilla y la patento para una causa cual sea, pero ellos volvieron a ser tréboles, avena loca, y floresitas moradas y blancas , degusta mas pensar así, sino la pena me consume, y termino simple llorando cantando aquella canción que enloqueció al capitán.

Ya abajo en la puerta del penal, dio comienzo la mentada golpiza, escarmiento o como quieran llamarle, los soldados deban culatazos sin ton ni son, al que caía, lo pateaban, y si alguno quiso ayudar al caído, le quitaban la idea con balas de goma, vi como se acercaban cuatro soldados amenazantes hacia mi, el primero levanto la culata de su rifle para infligir el primer impacto, yo agache la cabeza para recibirlo, pero nunca lo recibí, gracias a que uno de los cuatro dijo con desinterés- no este ya esta bien madreado, ya déjenlo, en una desea lo matas, ya órale, a ese ya metelo con el grupo que le están tomando declaración, uno de los cuatro de aspecto espectral y viejo, me tomo del brazo y junto con el camine a la puerta del penal, intente voltear a ver por ultima vez a mis compañeros de viaje, macerados por moledoras de carne forradas de verde patrio, no pude me dio miedo la posibilidad de que un ataque de valentía compañerista y sectaria me poseyera e intentara regresar a recibir la golpiza con los míos, ahora pienso que son “los nuestros”, entre al penal pintado de verde olivo y gris, el soldado espectral me dejo con un grupo de prisioneros, totalmente ajenos a mi, los mire sin sentir nada, les tomaban declaración uno a uno , sistemáticamente- de donde eres, -¿Qué relación tiene con ala APPO?-perteneces a algún grupo político o social, etcétera etcétera, todo contestaban con el mismo desgano, si , no, UNAM, UAEM, UUAG, IPN, no, paseante, me confundieron, turista, también yo conteste con el mismo desgano, nos pasaron a celdas multitudinarias de no mas de diez por seis, antes nos quitaron todo aquello de valor, o según ellos, todo aquello que no estaba permitido dentro del panal, vaya que los penales son recintos de humildad y carestía, propios para reflexionar, me senté en una esquina y quise dormir, pero no pude gracias a la euforia que reinaba todos contaban los pormenores de su viaje, se exponían caso por caso, abusos y vejaciones, mas sádicas cada vez, comenzaron con golpes y toletazos, siguieron con crónicas acerca de ejecuciones, y torturas sicológicas, otros contaban de cómo los tomaban de los pies para zarandearlos de cabeza, sacarlos del autobús en movimiento y acercar su cabeza al asfalto, y otras crónicas del tipo, que no me quiero acordar y que no creo siquiera ciertas, por fin un somnolencia subjetiva llego a mi, no era sueño propiamente, solo era un estado de suspensión, entre lo vivo y lo muerto, entre heridas sangrantes y heridas coaguladas, nada solo sueños malsanos, y recueros de un corazón que comprobé se puede romper, nadie nunca me va a decir que el corazón solo bombea sangre, claro que no, sentí como se partía, como estallaba con cada latido, un dolor que aun me llena el pecho, se hizo polvo, se regenero para permitirme, no perdón, para obligarme, a seguir viviendo, a pesar de que lo quise destruir, para no ver como se perdía en el tiempo la magia, como la lucha de noviembre se evaporaba en el idealismo, y la magia en mi México y en mi se la llevaba el miedo y el olvido.

Me despertó de mi ensueño una voz gangosa y cómica – oigan despierten, ya sálganse están libres por sobre cupo, y además no ay pruebas en su contra, pero mejor se borro su expediente, porque siguen llegando presos y ustedes aquí nada mas estorban, ya sálganse están libres, ya ven, y ayer lloriqueaban, y ahora ni expediente criminal van a tener- no le vi el rostro, me di cuenta que todos en la celda salían lentamente, como si cargaran cien kilos en la espalda, ordenadamente, como soldados , volvía a ser el ultimo en salir, fuimos a pedir nuestras cosas pero dijeron que se habían perdido, nadie tenia fuerzas para discutir con burócratas, salimos , los rayos de sol nos daban de frente cegándonos, no eran mas de las ocho de la mañana, sin decir nada, ni siquiera un adiós, me separe del grupo, camine por la misma calle empalmada por donde se fue el Capitán ,nadie me siguió ni me pregunto nada, me fui a paso veloz, con ganas de desaparecer, pensando en la razón por la que se nos había libertado, sobre cupo, ni siquiera tengo expediente criminal, ósea ni yo, ni noviembre, ni Nicanor, ni el sapo, ni el mucho que se perdió entre la neblina de la selva, ni los presos de la celda 14, existimos, jamás viajamos a Nayarit, ni siquiera puedo afirmar que soy o que fui un revoltoso , no ay pruebas, para el estado soy solo uno mas de los ciento cinco millones de ciudadanos regidos por nuestra constitución y cobijados con el verde, blanco y rojo de nuestra bandera, un votante mas, estudiante respetable, respetuoso de las instituciones, el libre mercado y la paz social , fan de los simpson, fiel creyente católico, y adicto a los realiti shows , podría seguir describiéndome pero se me quitan las ganas de vivir, que de facto son exiguas.

Regrese a la cuidad de México, mis padres fueron por mi en caravana, (después de que los llame por cobrar desde un teléfono publico), junto con dos tíos, la prima concha y betitio el bebe de la familia, comí después de casi treinta y seis horas, lloramos juntos y otras mugres que no detallare por adolecer de interés y relevancia, mis padres quisieron poner una denuncia, pero resulto que a mi no me había apresado, no tenia expediente, después de un mes estaba restablecido, había ido a diez mil juntas donde se daban testimonios, y se expresaba unánimemente la inconformidad con los hechos, deje de ir por que me dejo de importar, deje de ver noticias, leer el periódico, hablar con mis amigos, incluso me di de baja en la universidad , ahora me dedico a intentar salvar la magia, y estoy empezando por mi vida, estoy convencido de que noviembre tenia razón, y se puede salvar la magia, camino sin rumbo por la cuidad buscándola y palpándola, en cada cruce, en cada bar, en cada café, súper, parque, muchachas bonitas, feas, gordas, espigadas, todo esta tan saturado de magia, que no se por donde empezar, me gustaría que noviembre estuviera conmigo para buscar juntos, la formula mágica del México surrealista, creo que estoy enamorado, no creo volverla a ver, la he buscado en archivos, no esta en ninguna prisión, en ninguna base de datos, no es pues siquiera un ciudadana, es solo un fantasma que tal vez existió en la sierra oaxaqueña, en los prados amarillos, llenos de vacas flacas, es un fantasma en mi memoria que a rato se pierde en el vació taciturno de mi mente , veo sus ojo de zanate en todas partes, de un negro tan profundo que incluso en la oscuridad de mis sueños los alcanzo a ver, nada mas tengo para contarles, todavía no descubro si la magia existe o no, pero fue en el trayecto cuando me llevaban preso de Oaxaca a Nayarit, cuando conocí el mar y al verlo de cerca me dio la impresión de que existía, a….. Eso ya se los había dicho ¿no?

Texto agregado el 24-02-2009, y leído por 336 visitantes. (0 votos)


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