En caudaloso río, devinieron mis lágrimas, tósigo aferrado a mí ser, iracunda comienzo mi viaje. Debo hallar un recodo donde mudar mi ropaje, desprenderme de tu estigma latente en mi piel ardiendo en mi alma. Tildar tu recuerdo, mofarme de tu tonada. Y sin vacilar al nombrarte, se desgrane en mis labios la palabra.
Texto agregado el 24-02-2009, y leído por 810 visitantes. (61 votos)