la madre que espera a su hijo no tiene mas que un solo anhelo, uno solo, y ello alimenta toda su alma. la madre que espera a su hijo tiene muchos hijos casados, perdidos y llenos de sueños y anhelos porque, como ella, también tienes sus hijos. sólo uno le queda soltero, y lo espera de día, de noche, de tarde tarde, de tarde temprano, porque sólo se preocupa por él, y desea su total felicidad, su contento y una mujer que sea como ella, como la madre que espera a su hijo... siembra todas las mañanas una planta y espera a que el sol llene de vida a la plantita, y la tierra revuelva toda su raíz. ella sabe esperar muy bien, así como espera a su hijo. si la vieran sentada en la ventana de su casa, con las amarillentas y oxidadas persianas a medio cerrar, de perfil ante toda la gente que pasa por su frente, vieran a una mujer de cabellos canos y lentes muy grandes y gruesos, juzgando la calle, la gente, todo, cuando en verdad espera ver el cuerpo entero de su último hijo... le lava la ropa, prepara el almuerzo, cena y desayuno. le compra su ropa y plancha toda la ropa de casa y trapos llenos de sudor y porquería, renegando porque su hijo es un cerdo cochino... sabe esperar, sentada en la ventana, mirando la nada, esperando la luz en los ojos de su hijo, mirando, siempre mirando algo, o nada, mirando cómo la vida se va de sus ojos cuando espera a su hijo...
san isidro, febrero de 2009
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