La cabina pierde presión. Los motores 1 y 2 se incendian. Las azafatas corren aterradas gritando que vamos a morir. La señora sentada enseguida de mi esta rezando el rosario con los ojos cerrados. Por la ventanilla puedo ver una de las alas partirse a la mitad y abandonarnos. Las nubes horizontales ahora están en diagonal. Las mascarillas de oxigeno han salido disparadas del compartimiento sobre nuestras cabezas. El sonido ambiental es el de chillidos y gritos. El piloto olvidó apagar el parlante, sus gritos no son reconfortantes.

¿Yo?

Sigo esperando mis cacahuates.