Nada más que una mirada bastó para dar rienda suelta a la falta de palabra por la que mi alma reza. Ya no se entienden, ni se acarician como antes solían hacer siempre alegres. Anhelos de fuga me acosan de noche. La próxima vez que surgan me diré: "¡Corre!" Aunque deseos de prosperidad quisiera que se hicieran realidad en lo que fue mi hogar. Ya lejos de él me encuentro vagando en la incertidumbre. No se qué es lo que intento, aún su amor me nutre. Creo que es hora de encararlo. Ha llegado y conmocionado y sacudido mi miedo y angustia. Ha llenado con el ser que lidia mi alma tan querida. Ahora me toca luchar por lo que sería y quiero más, nuestra antigua familia. Mi camino de regreso ha comenzado ya. En mi cabello es el viento que a mi hogar me llevará. Ahora recuerdo el llanto derramándose en mi lecho. Al que un día decidí nada más que abandonarlo y partir sin consentimiento.
Texto agregado el 17-05-2004, y leído por 247 visitantes. (3 votos)