HAY UN TIEMPO PARA...

Jugar... Cuando pequeños jugamos a que somos grandes...
Edificamos nuestros sueños y echamos a volar la imaginación.
Seré médico para curar a la gente, seré bombero para apagar el fuego, seré mamá, seré papá…
Son las palabras que se escuchan cuando se es niño, tiempo fugaz que pasa sin sentir….

¡Hay un tiempo para todo!
De ser niños, pasamos a adolescentes, y también pasa el tiempo…. ¡Volando! Como si tuviéramos alas…
Y las alas nos las da la vida, que sin darnos cuenta, ya nos casamos, tuvimos hijos, y éstos también… ¡Ya volaron!
Y sus juegos y sus diferencias, sus triunfos y derrotas quedan escritos y guardados para siempre con letras doradas en el inmenso libro de nuestros corazones.

¡Hay un tiempo para reír… un tiempo para llorar!… Un tiempo para disfrutar… Y toda una vida para… ¡AMAR!

Amo los momentos en que recuerdo todo lo vivido…
Amo cada flor que aparece en mi jardín y el nuevo retoño del árbol que sembró mi hijo, porque con él lo siento cerca de mí aunque esté lejos…
Amo al hombre que me ha brindado los mejores momentos, y que gracias a él tuve la dicha de ser madre.

Amo y ansiosa espero cuando mis hijos me llaman para decirme que vienen a visitarnos.

¡Hay un tiempo para gozar todo lo que nos brinda la vida!
Porque el sufrimiento también nos hace amar la vida, valorarla y tomar de ella lo mejor.
Hay un tiempo para decir… que lo mejor que me ha pasado es….
¡VIVIR!

Ma. Antonieta Campos