Ningún Escritor ha sido desde siempre Escritor, todos hacían algo completamente diferente antes de dejarlo para escribir. Y esa experiencia —más bien, ese descarrío— es la que marca definitivamente toda su obra, lo que le da su sello distintivo, su autenticidad.

—Lo malo de haber sido desde siempre escritor —me decía el Escritor que había sido Filósofo dialéctico—, es que uno no podría abandonar para siempre la Literatura, para dedicarse a la Literatura.