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Una tarde de invierno fuí egoista.

Sentada comtemplando el hipnotizante horizonte entre viejas estanterías repletas de libros, pensé en lo injusto de la vida cuando encontramos piedras en el camino.

Recordé todos los planes interrumpidos, las palabras olvidadas, los silencios inapropiados, las miradas deshonestas, las risas forzadas, el llanto contenido, los cantos de sirena, las promesas desterradas, los gritos inútiles, los sueños truncados, las batallas perdidas, la impotencia del no saber, la vergüenza del no debería, la indecisión del no sé si podré, la melancolía del qué hubiera pasado, la incertidumbre del qué pasará y la corbardía del mañana lo haré.

En ese momento de egoismo, una preciosa muchacha pasó por delante buscando un libro de la vieja estantería que contemplaba entre pensamientos. Me miró con unos ojos verdes gema traslúcidos y una sonrisa encantadora. pero no podía girar porque su silla de ruedas se lo impedia. Era tetrapléjica y tenía casi la totalidad de su cuerpo inmovilizado por una estructura metálica. Sólo podía moverse dirigiendo con un tímido toque de su mano derecha una pequeña bola que surgía de uno de sus extremos.

No podía moverse, ni caminar, ni casi articular palabra, pero me miró, con sus preciosos ojos, con su preciosa melena rubia y con una sonrisa tan verdadera, que podía detener el tiempo en ese preciso instante para que todos pudiéramos sentirla. Una sonrisa que hacía mucho tiempo nadie me había regalado. Y ella era feliz. Porque lo demostraba, porque luchaba por hacer lo que cualquiera de nosotros ni tan siquiera tendría en cuenta; y lo conseguía. Tendría sus miedos,sus obstáculos, su propia batalla interior, pero su sonrisa lo borraba todo. Sólo existía ella.

Una tarde de invierno fuí egoista.

Sentada contemplando el hipnotizante horizonte entre viejas estanterías repletas de libros, dí gracias a la vida por la vida. Por cada momento, cada instante, cada encuentro, cada palabra, cada sonrisa, por existir. Y me sentí afortunada. Y me sentí....Felíz.

Una tarde de invierno dejé de ser egoista y aprendí a vivir.

Texto agregado el 19-02-2009, y leído por 180 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
09-03-2009 Momentos que definen vidas, las reorientan hacia nosotros mismos y hacia el universo. lindero
03-03-2009 muy buena reflexión.saludos entresuelos
21-02-2009 Felicidades por volver a la vida y gracias por hacerme reflexionar con tu texto. Shahin
19-02-2009 una gran lección, no apreciamos lo que tenemos. bonita historia que nos hace reflexionar...muy bueno. un_universo_diferente
19-02-2009 Gracias por la generosidad de compartir un texto tan bello. Cariños y paz, RB Roseblack
 
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