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Hinchahué

Manual de instrucciones de bla bla blá....


¡¡NOOO!!, ya no quiero un manual más en mi vida, repetir instrucciones de cosas que por simple sentido común ya sabemos....es odioso !!

Así comienza Petra sus vacaciones, esperadas por tres años, el personaje dos, su hijo; Hinchahué, es quien lee el manual, desde que se sube al avión, y luego de abrochar el cinturón y acomodar la mesita, claro, eso es lo primero.

Sentir en la cara el viento un poco frío del sur cambia las cosas, éstas serán unas buenas vacaciones, piensa Petra mientras acaricia la cabeza de Hinchahué, que por minutos se decide a jugar a que es niño y simplemente disfruta.

Petra se quita un poco la tensión de contener a Hinchahué en sus incansables y eternos discursos, mientras tanto Trompo, los mira desde cierta distancia, todo este tira y afloja de los otros dos, ha sucedido para él como en un sueño paralelo, pues Trompo desde que pisó suelo sureño, no hace más que mirar y mirar esta belleza que le resulta tan extraña, comenzando por la extravagancia de sentir frío en pleno verano.

Los instantes en tierras australes se deciden a pasar como un cortometraje:

Desayuno con huevos a la copa; caminata hacia Angelmó sin tener idea donde cresta estaba el norte; Hinchahué ruega por traerse un perrito a Santiago; al fin tenemos donde quedarnos; sólo que no hay luz, dice quien nos recibe (él no sabe que estamos acostumbrados a sucesos cronopios); es lo mismo, ya estamos instalados; aunque para Hinchahué es terrible que en esa casa no haya tele; primer almuerzo en las cocinerías y ALTO! Trompo descubre el Curanto, platillo chilote que lo deja en trance, esa mezcla de mariscos, pollo, cerdo ahumado, longaniza, pescado, papas chilotas, milcao, chapalele y un caldito de los dioses, lo incapacita a cambiar el menú en los siguientes días; ¡advertencia! No intente darse a la aventura de encontrar un taxi en Puerto Montt, día domingo y pasadas las 8 de la tarde…; sentenciar que el Küchen de Puerto Varas le puede competir en majestuosidad al mismísimo Volcán Osorno; descubrirse hablando en tono cantaíto y subiendo la voz en la penúltima sílaba; bañarse bajo la catarata de aquel lago que logró el milagro de mantener absorto y en silencio a Hinchahué; sentirse súbdito de la belleza bravía en tonos grises de Cochamó, a Petra le había pasado antes, pero sintió que tal emoción se asemejaba mucho a aquella vez que conoció Futaleufú; saber que 200 o 300 metros de profundidad acunaban ese paseo en lancha por el Lago de Todos los Santos (Lago de Todos los Piñera, dijeron los lugareños que ahora se llama); darse cuenta que todas las veces en que Petra había estado en la zona no se había percatado de detalles supremos que esta vez la avasallaron; volver a Valdivia fue para ella llegar a casa, y es que el Calle-Calle no se olvida, poder mostrarles a Trompo e Hinchahué el mercado fluvial y a Pancho, el lobo de mar que ahora vive con toda la parentela en la costanera, le pareció una experiencia dulce (aunque suene dulce); sentarse en los mesones comunitarios de la fiesta costumbrista de Niebla, llenando la mesa con carne de jaiba, empanadas de marisco y vinito en taza (tecito dijo la señora); cruzar a Corral y ver la cara de “esto no me asusta” de Trompo, en la cubierta de la fiel lancha Tatiana; ver la misma representación de la Toma del Fuerte de Corral, recordando a aquellos amigos que iniciaron hace 10 años dicho acto, terminando todos a mal traer, pues no aprendían que la lucha era de a mentiritas y se sacaban la cresta de verdad; caminar por la calle no turística de la hermosa comuna, recordada por ser la que recibió el golpe grande del maremoto del 60, lugareños contaban que la bahía quedó absolutamente sin una gota de agua cuando retrocedió el mar para agarrar enjundia; sentirse enanos en esa increíble laguna llena de la flor de loto, mientras unos más osados probaban el canopi, deporte que nos decidimos firmes a NO probar; volver sonrientes esa noche al terminal en busca de pasajes a Puerto Montt, pero claro, como era lógico, no encontramos ni un solo cupo, lo que nos obligó a volver con las maletas a la pensión, donde obviamente en el intertanto se había ocupado nuestra habitación, pero como todo es ganancia, nos fuimos a la casa de don Lalo, jefe de una cariñosa familia, desde que entramos supimos que tras la sonrisa había una gran pena, la mañana siguiente nos daría la razón; Chiloé es mágico, ya lo habíamos leído desde siempre, lo único malo es que al igual que nosotros tooooooodos los turistas quieren conocer dicha magia, entonces te tropiezas con más intrusos que lugareños (nosotros como parte de los primeros), sin embargo fluye por sí sola, poco hay que hacer excepto bloquearse ante el choque de gente y disfrutar aquel sitio único, eso sí, jamás vimos las toninas en el canal de Chacao, esas de las que Petra le contaba a Trompo desde hace tanto; terminar cada noche exhaustos, tanto por el viaje como por las muchísimas palabras que Hinchahué no se cansa de lanzar a la velocidad del rayo, la recompensa era ese vino calientito, con la botana que el destino les deparaba, a la luz de las velas no por decisión propia, con esas conversas que sólo Trompo y Petra pesan en su justo gramaje, conversas que seguramente se llevarán a la tumba y que forjan esta vida extraña y sabrosa que un día …….



De vuelta en el cuarto azul, ese que tiene olor a ellos, Petra piensa amorosamente en los buenos días que pasaron los tres juntos, Hinchahué duerme, seguramente pensando en el tema a discutir mañana, bien temprano.

Trompo ya ronca, intuye Petra que él teje el comienzo de la historia que muere por empezar a escribir.

Petra se obliga a cerrar el capítulo, pensando que el reloj suena en dos horas y a trabajar, le parece tan extraño que el término de las vacaciones fuese para ella un rico reencuentro con su casa, más que el trauma de empezar el año laboral.

Tres sueños se cruzan en el ambiente, todos con distintas corcheas y bemoles en travieso baile, en medio aparecen los recuerdos que no se irán; Hinchahué eructando en concierto, o escupiendo a mar abierto.


Petra duerme con una mueca de sonrisa….





Texto agregado el 17-02-2009, y leído por 726 visitantes. (12 votos)


Lectores Opinan
26-12-2013 Buen recorrido eh!,,, entretenido,,,, como no me pasastes a ver??? Soy de Osorno,,, ajjajaj,,, Abrazos,.. La_Pachamama
23-02-2010 Excelente , como todo lo tuyo, atrapas desde la primera frase, un abrazo,estrellas y aplausos. ¿Tu sabes que adoro a Hinchahué? jejejeje, saludos a Trompo. kalanidhi
19-05-2009 Refleja imagenes y momentos, una historia palpable y humana. Amoroso
25-04-2009 amo "el lugar de gaviotas"!!!!!!hay que puro encaminar pa'llá o pedirle a alguien que te allegue...me acogió cuando creí que el mio cuore se partía en dos... y más nunca me soltó... se ganó una porra(probaron el licor de oro?????) dendritta
20-04-2009 Hermoso... tres años planificando las vacaciones y las toninas fallaron, pero son caprichosas o quién sabe sea la forma de invitarlos a volver, la Isla es mágica y no te suelta, te agarra con una u otra cosa... aaaaaaaaaaaaaaaaay!!!!!!! qué maravillosa visión!!!!.... se le quiere. nikova
09-04-2009 Esto huele a Chile...me gusto****** anablaumr
06-04-2009 Muy bueno uleiru
05-04-2009 Soy mala oh !!! Campeador
02-04-2009 Nos regalas un hermoso viaje. Nos abres una pequeña venta a tu mundo. Muchas gracias por el paseo, fue estupendo. otro_jota
01-04-2009 Lindisimo! y no se porqué me produjo un dejo de nostalgia... ojalá todos los sueños se hicieran realidad.- angelo_caduto
27-02-2009 Leer tu texto es como darle un mordisco a la vida y recibir sensaciones de todo tipo, de principio al fin. Se siente el sur de Chile, sus comidas, olores, sabores, invasion de paisajes sureños, me encontré con un recuerdo de hace tanto tiempo, ese vinito en taza (tecito dijo la señora), jeje, tan típico de allá. Y ese Hinchahué, que merecido su nombre, seguro que fue Petra que lo bautizó así, jaja. Un gustazo leerte, cronopia cronopia. loretopaz
26-02-2009 Muy agradable la historia de este particular viaje. Abarcas tanto, en tan poco, y todo a una velocidad considerable. Escribes y describes que es un placer. pelopincho
19-02-2009 Yo conozco a Hinchahué, ¡buenos recuerdos! pulenta
18-02-2009 No hay relato que se precie, que no tenga un contenido autobiográfico del autor, y éste no podía ser la excepción. Creo que, salvo los nombres de los protagonistas, todo lo demás es verdad. Un abrazo para Petra y su reducida "troupe" ( se escribe así?)+++++ crazymouse
18-02-2009 Un estupendo texto, dan ganas de estar ahi******* JAGOMEZ
17-02-2009 Petra y su mueca (que no es mueca) de sonrisa que sabe a sueño cumpliéndose, porque aún no termina, porque permanece en ese cuarto azul que tiene olor a ellos. Petra y los sonoros espacios donde la vida habla su idioma tan particular, donde se quedan como amalgama en el anular, los espacios repetidos en secuencias y en momentos únicos, repetibles por imperio del nombrarlos... esos lugares que nunca más serán iguales porque ahora, también tienen olor a Petra... al amor cumpliéndose, al sueño soñándose, al despertar junto al ser amado, a la comida que se repite en su cachorro... que no busca instrucciones porque tiene un manual de vida aprendiéndose a cada paso. Como siempre, esperar un texto suyo es saber, ciertamente, que impactará directo en el corazón. Como una piedra preciosa queda engarzada en el río cuando la arroja un niño... una niña.. un ser soñante... que busca la profundidad y encuentra la espesura de la vida. Estrellas, de un cielo austral cuajado de rocío mapuzteca. cromatica
 
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