La extinta Badajoz visigoda había dejado de existir hace casi tres siglos. En su lugar en una de sus colinas, había sido refundada por el moro Abd al-Rahman,
como la ciudad de Batalyaws. No se le había puesto su nombre visigodo debido a los alzamientos de su población en contra del poder árabe.

Desde la distancia Lulius y Joannes, se detienen para echar un vistazo a una edificación morisca llamada la Alcazaba o castillo, ubicado en el cerro de la muela, que más bien era una fortificación, que dominaba la ciudad.

Esta población en su mayoría árabe, era más bien pequeña y en ella se destacaba la Madraza con su minarete y su mezquita. Todo en un solo conjunto arquitectónico.

Donde se reunía el gentío era en el mercadillo donde se mezclaban los acentos muzárabes con el gutural norafricano. Lo agradable de todo esto eran los olores a la huerta, con un variado comercio en especias, como la pimienta y las maderas olorosas de oriente y las jugosas frutas, que en el norte cristiano no se daban.

El alquimista y su discípulo entran a la ciudad por la puerta del sur, que es la de la buena suerte.

As-salaam-alaykum, (La paz de Ala sea contigo) dijo Lulius y el árabe le contesto alaykum as-salaam (Que Ala te de paz) Que mejor saludo puede haber entre dos seres humanos.

A continuación Lulius le pregunta por la escuela y él le indica, ahí donde se ve el minarete. Y le dice:--Ve con Dios.

Lulius mirando a Joannes le dice:
-- Hijo ten en cuenta siempre esto, por ser tierras moras deberemos respetar sus costumbres, y como dice el refrán -- “”Al país que fueres haz lo que vieres”” Se cubrieron la cabeza y al entrar a ese recinto tenido por sagrado, se descalzaron y lavaros sus pies en la pileta de la mezquita.

IB En Saud, el sabio y maestro del pueblo los esperaba, con la delicadeza suficiente para no ofenderlos, pues ya sabía que no eran muslimes y recibiéndolos les dijo las palabras de bienvenida:--La paz de Ala sea con ustedes a lo que ambos respondieron con la misma unción: Que Ala este siempre contigo. Acto seguido les brindó te con hojitas de menta y deliciosos dátiles traídos de muy al sur, diciéndoles mi casa es vuestra casa.

Ahlan-Wa-Sahlan –Bienvenido, dice el árabe y Lulius haciendo un gesto llevándose su mano al corazón y a la frente le contestó: Shukran Gracias.

Pasados estos preliminares Lulius le dijo a su anfitrión: Maestro conocido en los reinos cristianos es su distinguido intelecto que versa en todos los conocimientos del mundo imperante.

IB En Saud, hace un gesto a sus sirvientes y les dice: Tráiganme los papiros
Esos que se salvaron de la barbarie de la guerra. Apenas los tuvo en las manos se los entregó a Lulius y con gentileza le dijo:--Puedo en fina badana hacerlos copiar para tu gusto.

Nuevos gestos de amabilidad y gracias por los visitantes y ante sus ojos se abrieron los tratados de Al-Guarismi. Las matemáticas de Pitágoras. El universo Tolemaico y lo más extraordinario los Mapas de un viajero perdido en el tiempo, cuyo nombre fue Piris Reis, quien dibujo las costas de la actual América por ahí por el 900 D.C.

Lulius temblaba por la emoción y no hallaba palabras en su chapurreado árabe para agradecer tanta gentileza. IB EN Saud le dice:-- Tu genio y el estudio que llevas en tu mente ha traspasado las fronteras cristianas. Ven quédate en mi casa y disfruta de mi acogida.

Y así Lulius y su discípulo comenzaron una nueva etapa de paz y tranquilidad en el reino moro de Batalyaws (Badajoz para los cristianos)

Continuará

Nomade...Badajoz, tierra de mi abuelo materno