| Mi amiga y confidente Luna,en esta noche en la que mis ojos brillan
 empañados por el frío de tu blanca luz
 deseo pedirte que le cuentes a mi amada
 todo lo que por ella siento.
 
 Tú, que nos unes en la distancia
 eres reflejo de nuestros corazones
 que en ti confluyen.
 Finas hebras de seda azul
 llueven hoy sobre nuestro amor
 convirtiendo ilusiones en ríos
 que un día se harán uno
 en la paz de un mar acogedor.
 
 Imagino, Luna,
 un coro de sirenas anunciando el reencuentro,
 notas dulces de arpa
 escapando del coral rojo corazón
 y ella, coronada por gardenias marinas,
 envuelta en manto de espuma cristalina,
 transportada por un ejército de caballitos de mar,
 radiante,
 me llama a su lado
 y con un beso vibrante nos elevamos,
 de la mano, hacia un prado de estrellas.
 
 Sólo son pensamientos de un loco humano,
 un humano enamorado,
 que ansía recuperar el aire fresco
 de un amor que pervive en su recuerdo,
 amor que se frustró un día aciago,
 entre neblinas, en el océano.
 
 Dime, Luna, si es posible mi deseo,
 si ella te dejó algo para mí en tu zurrón de los sueños.
 Yo seguiré mi caminar entre versos
 donde cada palabra sea recompensada por su esfuerzo
 y con la ayuda de Eolo le llegue mi anhelo.
 
 Entornaré suavemente mi puerta,
 dejaré la ventana abierta
 para que le lleguen mis te quieros
 para que entren sus cantos del cielo...
 Gracias por seguir enamorando almas,
 amiga Luna.
 
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