Piensa... piensa las cosas, date un momento del tiempo que no es de nadie y convéncete de cuán afortunada eres de que seguimos viviendo en la misma infelicidad que creemos estar, pero que tu ausencia no la agrava ni la degrada, sólo cava otro agujero mas en la corteza de la tierra...
Vive, vive siempre que puedas, pero vive. Disfruta nuevamente de la primera lluvia que caiga sobre tu cuerpo, no reclames, si vas a agachar tu cabeza mira con admiración los charcos que reflejan ahora tu rostro fresco y aprovecha la acción para tenderle la mano a otro que esté a punto de perderse de la maravilla que hoy reconoces...
Ayúdale a levantar no sólo lo que pudiste haber perdido, su alma, al erguirse, también alcanzará la altura momentánea... los dolores, miedos y cada duda quedarán en el lago de lágrimas al fondo de tierra fértil que aún no está preparada para sobrepasar el clima de tus ojos, ni soportal el peso de un cuerpo perfecto que no siente el calor del sol, no abraza el viento, que no descubre que tiene aún vida...
Sigue, sigue siendo quien eres, sigue avanzando, aunque no sepas hacia dónde, tus pies se moverán y solo Dios y la vida harán el resto...