Mèceme el viento en su destino ya gastado,
como si fuera yo una más de las flores del campo.

Mèceme en tu brisa oh tiempo sagrado,
para derrochar en un instante mis poemas guardados.


Escóndeme en el capullo de tus manos,
guardame como si fuera yo una piedra preciosa,

esculpe mis trazos como hace el artesano.


Mi piel con tu piel se refresca, armoniza ramos de loores,

abrigo Yo la aurora en ciernes de una melodía,
un canto a la brisa que declaran tu nombre.

Méceme en tus alas hacedor de vida,
que mi frente lleva la insignia de tu amor perenne.


Me recreo en tus ojos, me sacio en tu manantial,
bebo de la copa de vino celestial.


Será porque llevo tus genes? oh será porque me diste un nombre y una eternidad?

¿Será por què será?

Méceme con tu aurora oh Padre Celestial, que sed aun tengo de ti, mucho más, que ayer...mucho más.