Dime, ¿Te has sentido arbol desolado ultimamente? ¿No recuerdas las tardes en las que el tiempo se detenía y nosotros paseabamos por las calles de aquella ciudad tan inocentes, tan caprichosos de esos juegos? ¿No deseaste que por un instante todo eso se detuviera, quedara estanco por miles de horas en esa instancia?
A uno le dan las ganas de escribir cuando todo está perdido, cuando las personas se fueron mutaron y quedaron exteriormente lejos de lo que eran, entonces como si fueran la ultima astilla en el mar que nos puede salvar la vida, nos aferramos a las palabras, a los vaivenes de la memoría que siempre perfeccionan las imágenes.
No volverá ni el pucho a las 4, a las 5:30, ni el que me fumaba cuando iba con los ojos llenos de misterios a tu casa, cuando me viste por primera vez y no me reconociste, yo que creia que dos personas interconectadas por la nada, se conocian solo por el profundo misterio del iris. Muy pocas veces me amaste, pero que dulces fueron, el instinto de la felicidad puesto a nuestro servicio. ¡Como te amé!
Mi sensación al decirte entre bocanadas de humo (Quizá los nervios ante tan esperada y diagramada situación) cuanto te quería, cuanto te esperaba, y ese beso robado a la nada, pues dicen que no eran las intenciones de Afrodita pasar por ese lugar en ese instante.
Te amé como nunca, porque fuiste la unica, mi unica risa veraniega despues de un largo letargo. Te quiero y te recuerdo porque fuiste "Mi amor de Verano"
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