En espera, sin esperar nada, noche de bullicio, en un lugar cualquiera, de visitantes en emociones diversas, caminos sin dueños y sin finales, recorrida que al amanecer todo cambia de color en danzas donde el movimiento invita a luces de aquelarres, estaba ella, sola, sin dialogos, sin principios, en nada, un solo estar discontinuo de compañias solitarias.
-¿Como estas?, vos grave, forastera de quien sabe que caminos, en un pueblo que la risa es prohibitiva, melodrama de lo absurdo.
Contagiosos ambos, en un compartir de lo humano, hombre-mujer escapando a lo finito.
En huida de un adios proximo, climax de reproches, fusion de almas, tan solo por breves momentos en recorrido audaz.
Sol que anunciaba el final de la no historia, solo momentos de libertad absoluta, la recuperacion de a dos.
El solbrillaba mas intensamente.
Adios, dos perponas caminando dejando atras sus sombras, unicos testigos, despreocupacion....
Ruta de un final, una puerta.
-¡Suerte!, dijo el...
-¡Suerte!, respondio ella, una suerte que si era suerte para ella, el jamas lo comprenderia, un solo instante, tan solo un instante y el le devolvio la vida, volvio a sentirse mujer, como hacia muchos años no lo sentia, muchisimos.
MARIA1 |