Debieron ser sus ojo los que lograron robarme mi brizna inspiracion. Hoy la pluma en
mi mano no encuentra papel y guarda celosamente el botellín toda su tinta.
Los mismos que al pestañeo se tornan cada ves mas bellos, cerrados opacan los luceros
y viendo poco observan mas de lo que yo puedo.
Oh!, Maldita boca que en tu sonrisa murió mi sufrimiento, nublaste mis pensamientos
y desvelas aun mi pesado sueño. Bendita boca, inquieta, loca, no me ve rendido en su
movimiento. Mi pluma descansa en su letargo, descansa y po su culpa no alla consuelo.
No, su rostro entero tiene la culpa. Blanco, puro somnoliento, lleno de vida, lleno de ella
en cada gesto, lleno de mi en el recuerdo.
Bandido, ladrón de estrellas, ¿como te atreviste a ser mas sublime que el alba?.
Y es su pecho que descanso en el mio, sus pasos que aun persigo, sus caricias que no
dejan de cultivar mis suspiros, y, fueron sus besos paloma blanca los que dejaron tu
pluma en el tintero.
Sobre todo sus besos, ladrón destino, los que se llevaron mis letras con sigo.
Dile paloma blanca: no quiero mis letras, la quiero a ella... conmigo...
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