La tristeza afloró otra vez, desalojo mi alma y queda vacía. Aún es otoño en mi corazón, hojas marchitas son mis despojos. La primavera está tardando en llegar. Estoy fría, con la ilusión viva del que está lejos.

La mirada ausente, las palabras muertas, distantes de las mías. La boca seca de sus besos, las manos vacías de caricias. No hay susurros ni palabras mágicas.

Valdrá la pena esperarte tanto, amor ausente de mi cuerpo, de mis brazos te pierdo. No te tengo por completo y te tengo casi nada.

Y esta tierra fértil que sembraste con tus besos, está seca por la falta de tus aguas.

Te quedas y te escapas, te ausentas y apareces, me das vida y me quitas el aliento. Tu cuerpo y el mío uno contra el mundo, te alejas, el mundo me consume.

Valdrá la pena esperarte amor de mi infancia, que decidas lo que anhela mi alma.

Valdrán la pena mis lágrimas sobre la almohada, esperando las respuestas que tú guardas.