Aun hay muchas cosas de la vida, que no logro descifrar por completo, por mas que les doy vuelta. Puedo darles muchos ejemplos, pero no los quiero aburrir. Solo les diré, que algo que me intriga, son las cosas que hacen feliz a una persona, en ciertos casos, la posesión de ciertas entidades: ropa, novia, carro, éxito, popularidad, reconocimiento, aprobación etc.
No soy un revolucionario que considere estas cosas como banales o superficiales, ya que, también soy una perra llorona insegura que quiere lo mismo que todo mundo; sin embargo, lo que he notado, es que parecemos estar tan distraídos buscando la felicidad, que nos olvidamos de ser felices. Esta idea llegó a mí desde hace un tiempo, y aprendí a disfrutar lo que siempre dejamos pasar de largo: las trivialidades.
Es con este motivo en mano, que he decidido invitarlos a conocer las cosas que hacen que mi vida valga la pena ser vivida:
No matar cucarachas por considerarlas como seres vivos que merecen el mismo derecho a la vida que nosotros, prender un cigarro nuevo, tocar en la guitarra un solo lento de blues a un volumen taladra tímpanos, darle continuidad a los pensamientos mas enfermos que se me vengan a la mente (como imaginar cortarme una mano para saber cuanto tiempo tomaría desangrarme), alistarme oyendo “what i like about you”, la sensación después de besar a alguien por vez primera, salir solo (como ir al cine o a comer), buscar absolutamente todas las variables a una cuestión que ya tiene una respuesta, hacer lo contrario a lo debido por el mero ego de torcer las cosas, tomar el camino mas largo solo para ver mas árboles y casas bonitas, decir cosas extrañas a la gente para ver su reacción, pistear y fumar, oír a Stevie Ray Vaughan hacer garras su stratocaster, hablar de “lo que podría pasar si…”, contar los minutos que hago manejando de mi casa a la escuela, café por la mañana, manejar oyendo “Thunderkiss 65”, procurar mantenerme al borde la locura, hacer cumplidos a personas aunque sean mentiras, una constante investigación para tratar de entender a las mujeres, reordenar mi vida, imaginar que el estacionamiento de la escuela es un campo de batalla, analizar cada aspecto de la vida, al menos una vez por semana arreglarme de tal manera en que me sienta atractivo, bailar la canción “Do the evolution”, soñar con lo que me espera y añorar lo que ya pasó…
Si hay algo que deje atrás, lo siento, pero es todo lo que puedo recordar en este momento.
NOTA: Lo menos que puedo hacer es garantizarles sinceridad, les aseguro que cada palabra escrita, va en serio.
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