Soñando, subiendo, bajando, así transcurren mis días, buscando el lugar que me corresponde an cada uno de los ámbitos de esta vida que elijo vivir.
Sentimientos nada racionales que recorren mi debilitado cuerpo, ciegan mi razocinio, no me permiten pensar con claridad,y me refugio en esa música que no conmueve en absoluto mi alma, esa música que simplemente no me recuerda a nada...
Nada y todo en un momento recorren mis dedos, subo y bajo sintiendome como las olas cuando estallan contra las rocas.
Cansados mis pies, nada comparable al cansancio que siente mi corazón.
Maldito miedo que imposibilita un comportamiento normal y me convierte en un absurdo muñeco a merced de aquellos que quieran jugar y lanzarme lejos, a un lugar del que no sé si lograré volver.
Siento frío cada vez que miro hacia el futuro, ni próximo ni lejano no encuentro la pieza que falta, la que me haga saltar sin mirar atrás.
Maldito aquel que me trajo aquí a este agujero donde nada tiene sentido ni siquiera mi existencia.
Cansada de perdonar cosas imperdonables...