El aire cálido sobre las mejillas frías,un beso del otoño que la quiere acompañar.
Las hojas secas y caídas,como recuerdos errantes,se dejan llevar por la melodía natural de la espera,y ascienden y descienden al azar.Se sienta sobre el filo de las raices tiernas de un ombú ancestral,cierra los ojos para encontrarse con la oscuridad,y en ella descansar.
Se deja llevar por el silencio armónico de el tiempo,y saca una a una las memorias de las que esta hecha.Las primaveras ácidas que se llevó el verano,los veranos sin sol que durmió el otoño,el otoño místico que mató el invierno...el invierno vacío,que consiguió ser eterno,la eternidad inútil de ese licor añejo,que envícia almas ahogadas en sufrimiento.
Levanta la vista sobre el diminuto cielo,y mil nubes salen a su encuentro,densas confusiones asimétricas de sueños inciertos, de madrugas de insomnio plagadas de momentos que juraron ser maldición,y lograron callar al corazón, enterrando la locura;agoniza ahora el alma sin cura y sin posibilidad de muerte.
Es entonces que quiebra la letárgica tarde plomiza,ahogando en palabras el mundo,llenando de razones la voz,empalagando los paladares de una ciudad fantasma,desatando letra por letra una crisis infinita de ausencia,cambatiendo su propia indiferencia a fuerza de errores que no sirven para describir,lo que cuesta vivir,cuando nadie esta cerca.
Se deja consolar por el viento que al pasar la envuelve entre tristezas ajenas,de noches heladas por rocios cristalinos y espinas que alcanzan para abrir una herida,tan grande que ni la propia vida, podría cicatrizar,aun así lo deja pasar porque es compañía,entiende como es vivir con melancolía y soportar, de tanto en tanto, la soledad.
Y es entonces que se obliga a revivir,resucitando sus pocos sueños..pero a cambio pide el deseo que la impulse a seguir.Y le ruega al universo:
"Que tu tinta endeleble escriba en el mar,el nombre que el olvido no deje borrar.Que el sol lo evapore hasta que con el cielo se pueda fusionar y caiga en gotas mágicas,que peleen contra los granos de arena que me quieren secar la garganta:que calme la lluvia este desierto,y el río vuelva a su caudal;Que no deje de buscar nunca la felicidad....Que el viento sople hasta que logre por fin llorar,lo único que te pido es eso, que la lluvia caiga sobre esta, mi ciudad...."
Rutinario y todavía sereno,el cielo se oscureció.El aire cálido,paso a ser fresco.Y las hojas obedecieron a la sombra.
Entre susurros de viento y murmullo de lluvia....la primer gota cayó,la Agridulce proveniente del cielo, también la que de los ojos se desprendió.A espaldas de una calle vacía,la mágia retrocedió.Y transformandose en un sueño, entre sus lágrimas durmió. |