Hoy he despertado y no he visto el Sol brillar, lo he contemplado, con más fuerza que nunca. Me he sentido envuelta por su grandeza, por su calor, su energía.
Hoy he despertado y no he oido el canto de los pájaros, lo he escuchado, su dulce armonía, su paz.
Hoy he despertado y no he notado el beso de mi madre sobre mi mejilla, lo he sentido. Y me he sentido tremendamente afortunada, amada.
Hoy he despertado y no he recordado a los que ayer me dieron la espalda ni burlaron mi confianza. He apreciado los que hoy me dan su mano y no me dejan caer aun cuando el viento me arrastra.
Hoy he despertado y no he reido con sonrrisa de monalisa, hoy he reido con toda mi alma, desde lo más recóndito de mi interior.
Hoy he despertado y no he llorado por recuerdos del pasado, he llorado de felicidad, con lágrimas de emoción por tener la increible suerte de ocupar un pequeño pero gran lugar en este Universo infiníto.
Hoy he despertado y no he añorado las palabras del ayer, y he sentido el ansia que me invadía, por querer saber, por querer conocer.
Hoy he despertado y no me he sentido una niña incapáz, me he sentido una mujer con toda la fuerza, con toda la vitalidad, con ganas de sentir, de reir, soñar y amar.
Hoy he despertado, sí, y he podido comprobar
que mi Universo, que mi mundo no ha hecho más que comenzar. |