A lo lejos, en el horizonte, se divisa un panorama oscuro y sombrío
Allí yace una rosa negra, siempre sola, esperando el ocaso,
esperando con el, ocultar su fracaso.

La pobre rosa negra siempre pensando en su rareza, que para ella es fealdad,
no se da tiempo ni para en otros pensar. Siempre rodeada de amigos se encuentra, pero al ser narcisista, su ceguera oculta la hermosa realidad.

Han pasado muchos años desde que la rosa nació, durante todo ese tiempo ella siempre se pregunto, ¿Por qué no podre ser como las demás?, rosas rojas y bellas o rosas rosas como doncellas. ¿Por qué me toco nacer así, tan extraña y oscura, sin sentido ni sabor?....

Hoy estamos muy tristes pues la rosa falleció, todos la apreciábamos pero ella nunca lo percibió.
Siempre trató de aceptarse pero en el intento se marchitó, así nuestra rosa día tras día pensando en su soledad poco a poco murió.

Muerta en vida quería vivir, pues sentía el calor del sol, así como el viento y el canto del ruiseñor, sin embargo, la noche esperaba ansiosa para guardar el temor al rechazo y aceptarse cobijada bajo la tenue luz de su única amiga, la luna.

Días han pasado desde que la rosa murió, nuestra rosa nos dio una hija cuyo destino cambio. La pequeña rosa negra, muy amigable es, siempre simpática, sonriente y alegre se le ve, compartiendo experiencias con sus amigos la arena, el viento y unos cuantos habitantes del desierto.
Un visitante muy lejano ha llegado hasta aquí, ha viajado distancias imposibles de medir. ¿Cuál será el objetivo de su viaje? Ha venido buscando la joya mas rara y preciada en el planeta: Una rosa negra. Ha tomado a nuestra joven amiga y la ha llevado a su hogar, ahora sale en revistas pues la ha colocado en un gran lugar. Nuestra rosa negra es un tesoro invaluable, ay si tan solo su madre hubiera tenido en cuenta esto, de seguro aun viviría iluminando nuestros días.