Vestiré a besos tu desnuda alma para que transpire por la piel la cristalina luz de la alborada. Acariciare el viento que mora en tu pelo para estimular las breves quimeras que nos llevan más allá de lo eterno. Dibujare tu boca con mis toscas manos para que aflore el aroma de la rosa entre los postergados recuerdos. Andaré por tus senos con el beso para hallar los temporales horizontes que amamantan mi verso. Yaceré en la sombra de tu cadera para que el polvoriento camino no inmovilice mi andadera. Y entre, quimeras, vientos y poemas, moraré por debajo de tu piel en todas mis caducas primaveras. Una mañana... Joan © Bosch 07/02/09
Texto agregado el 07-02-2009, y leído por 175 visitantes. (5 votos)