Si de veras me quieres solamente,
impide que te ame y avance en este incendio;
no quiero ver morir de nuevo el sol al mediodía
cuando el mundo parece brillar de inédita manera
y se esconden las sombras
entre sus propias sombras y el olvido.
Levanta tus barreras y afianza tus castillos
para que no te alcance ni mi nombre;
exprímeme los ojos para que no dibujen la silueta
de la piel que te envuelve como a ese dulce fruto
tantas noches prohibido
y más noches deseado
que exhibe su sabor como agua en mis desiertos.
Prohíbe con rigor desbocar mis latidos;
clausúrame el sendero que lleva hasta tus labios
como un imán de carne impostergable,
limpio anzuelo de luz
inevitable y cierto.
Yo guardaré mis manos, mis lágrimas y versos,
y ocultaré las ganas de tus besos;
enterraré la lumbre tenaz donde quisiera
encender sin pudores nuestros cuerpos;
esconderé el deseo en medio del suspiro
que siempre me delata cuando llegas
o en sueños te presiento.
Si de verdad me quieres como amigo,
mantente muy cercana de cuanto nos obliga a estar tan lejos;
pero si hay más aún en tus sentidos,
es hora que te atrevas y avives nuestro incendio.
Texto agregado el 07-02-2009, y leído por 348
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Lectores Opinan
07-02-2010
Solo hasta ahora....dejo un comentario...quisiera tener la osadía... kalanidhi