Terminan los caminos de cualquiera forma que éstos sean.
La leche no solo se derramó y el cántaro se quebró, sino que se secó en la tierra esperando que saliera a la luz la vida de verdad. Esperando construir algo que nunca tuviste las agallas de hacer.
Triste. Porque termina un capítulo que cierro con el alma.
Armé mi fortaleza a prueba de todas las balas. Ahora vivo un presente fresco como el viento de la mañana. Te vas a transformar en un atardecer con el pesar de mi cariño, pero yo construyo -para mi- mundos y castillos, repletos de sueños y optimismo, aun cuando la vida me golpea una y otra vez por esto llamado amor...
Un dia me dijeron que aquí todo se valía. Hoy, con años de juegos de este tipo en el cuerpo todavía no sé si creer ésa indicación. Es como una señal negra que todo lo ensombrece...pero esto es natural,tanto como lo es equivocarse, porque si algo he aprendido de los hombres -y, por cierto, de las mujeres sobretodo- es la increíble capacidad de tropezar una y otra vez con la misma piedra en el camino.
Pero el Coronel vuelve a nacer, para clavar el la bala donde clavó el ojo, el sable, la esperanza, el cariño y la vida entera.
Vamos a partir el hierro de la frustración, una frustración metálica que se forjó con el tiempo bajo todos los soles de éste período.
Pero Estoy bien, estamos trazando vidas nuevas y en el horizonte del Coronel hay planes con rubios colores que pueden hacer no renacer una esperanza, sino hacer Nacer la propia, única y auténtica. No serás para olvidar ni serás un parche, sino un camino en mi vida porque la tranquilidad que en brevísimos instantes me diste me perfora la curiosidad de un cariño nuevo, reconfortable y magistralmente sereno, bajo el rubio de ésa cabellera.
Lo demás, a la fila del olvido, porque como un fracaso personal se hunde en el barco de aquello que no funcionó porque la maquinista jamás echó a andar la pieza del amor de verdad.
No es un borrón de cuentas nuevas, es una cuenta nueva que tiene muy presente lo que pasó en ése borrón.
Por todo eso, vamos a buscar ideas que lleven alientos cargados del amanecer que me forja una plaza siempre presente, que ahora se materializa en nuestra cómplice de las verdades.
El Coronel |