Acaso sea cierto... que lo que una vez fue fuego hoy sea ceniza,
que te consumieras en mi aliento expectante y con un suspiro,
al olvido, al pasado y a esa tierra donde nadie muere, y nadie nace.
Sea pues... que vuelva a la prision de mis silencios y no extrañe,
el rumor de tus pasos susurrantes, la sonrisa que siempre me negaste
y la oscuridad eterna que no hoy, sino siempre me embarga.
Intento escribirte y no puedo, no porque seas grande, sino,
porque sigo siendo demasiado pequeño, y la huella que en mi dejaste insiste,
testaruda en borrarse.
Y preparo un corazon expectante que gusta pensar que esta muerto,
pero que cada dia, con mas fuerza late, para hacer una oblación,
a la que tus pasos siga y un dia, también, no precise yo escribir para olvidarle.
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