Limpiar la cabeza y creer que por un momento los sueños bajan de las nubes, afirmándose de mi cuerpo. Descansar, dejando a un lado una mochila de responsabilidades, mientras mi espalda recibe el brusco cambio de temperatura. Nublar la vista y que mis sentidos tomen las riendas de los minutos. Sentir la insolvencia del aire y botar ese místico humo que mansamente se apodera de los pulmones, cuando el rock, grita por los parlantes de estos cuatro muros, teñidos de colores... reflejados por el sol.
Si, realmente eso es lo que quiero. Olvidar, pero no por pena, si no por costumbre, dejar que todo pase sin darme cuenta, tirando al basurero todas las responsabilidades y compromisos. Cuando el humo y el olor sean intensos e insoportables, comenzar a fumar aun más, como si esta realmente fuera la última vez. Jajaja. ¿Te imaginai? Bueno, yo si me imagino. Me imagino flotando, suavemente flotando, quizás como un alma en pena, que indaga algo para poder quedar paz. Nadando en el verde y espeso humo, onda surfeando sobre mis papelillos, capeando las enormes olas, inmerso en su espumoso efecto, y llegar a la orilla con su impulso. En la tierra el fuego será el protagonista, que prendera los cohetes para impulsar el retorno a mi cama y a su volátil vida. |