Yo me siento y escribo, escribo siempre, porque me gusta, porque es lo mejor de mí. Así lo siento, y lo amo. Pero sentado, escribiendo, siempre me pregunto muchas cosas, y aunque escriba de mil temas diferentes, la misma pregunta siempre está en mi cabeza.
¿Por qué mi corazón, siempre, esta roto? Y no se si son viejas heridas. No se si son varias o si solo es una muy grande que no puede sanar. No entiendo el por que.
Yo no creo que el mundo sea tan gris como pienso a veces. Y ni en mis peores momentos he considerado decirme victima del mundo, o de la gente. Lo que pasa son solo cosas que pasan y que deben pasar para que la vida siendo bella y dura le de forma al cuerpo, al alma y al espíritu.
Darse cuenta de lo más obvio es revelacional. Todos lo sienten, pocos lo saben y nadie lo reconoce. Quien lo reconoce debe ser impactado por la luz o la oscuridad para reconocerlo.
Yo lo reconozco. Y para mi es tan único y verdadero. Quiero ser feliz. Esa es mi verdad obvia. Mi deseo oculto frente a mis narices, lo que no puedo entender ni percibir a veces. Esto es en pos de lo que actuó, siento, pienso, escribo y vivo: felicidad invisible y que se puede ver, felicidad intangible y que se puede tocar, felicidad real, felicidad que existe y se vive. No pienso en un sueño, no quiero una ilusión. No quiero morir anestesiado. Mi único deseo es vivir agonizante el dolor maravilloso de la felicidad que puede brindar cada día de mi vida a mi vida y a otras vidas.
¡Quiero un rayo de sol que no se apague! Un rayo real que no se oculte. Si el mundo gira, giro con el para encontrar la luz y que nunca anochezca. Y cuando ame a las estrellas y las extrañe, girar en sentido contrario, correr, perseguirlas, vivir y reír, llorar, gritar de angustia: ser feliz.
Quiero caminar tranquilo y sentir la brisa, un paso después del otro, quiero sentir el calor del sol, a la lluvia mojando mi piel, quiero sentir la tristeza profunda, la desesperación, la muerte, para saber que estoy vivo, quiero sentirlo todo por que eso es ser feliz.
Esa es la felicidad para mí: vivir una vida dura, la vida tal cual es, con esperanzas y desesperanzas, corazones rotos y un nuevo amor, días, noches, estrellas, luna, sol, cielo nublado, perder, ganar, vivir, vivir, vivir, vivir.
Realmente, realmente, me pregunto y no entiendo. No puedo echarle la culpa al mundo exterior, ni a quienes me rodean. Tampoco me puedo culpar a mí mismo y desvalorizarme, pero no se por que.
Quiero sentir que mi corazón late de amor, de amor verdadero, por que creo que existe, por que lo sé real. Quiero saberme amado y no dudar. No con amor de amigos incondicionales, porque lo tengo y lo aprecio mucho. No con el amor de un padre o una madre, porque lo tengo y no me ha faltado entre cariños y disciplinas, ni amor de hermanos, que lo amo. Quiero amor y no amor de amante. Quiero un amor tonto, amor de niño, un amor que lo cree todo. Hasta aquí llego. Quisiera escribir unas líneas más, pero ya es suficiente de esta catarsis, de este monologo que no llega a ningún lugar. Solo quiero conocer al fin a alguien.