Solías cantarme bajito al oído, y con ese susurro sensual que brotaba de tus labios acariciabas mi cuello con tus besos….
Recuerdos que vienen a mi mente en estas tibias tarde de otoño, sentada en mi fiel mecedora con el tejido en mano, viendo a nuestros nietos jugar en el jardín.
El sol se filtra entre las ramas del viejo roble, el mismo que tiene nuestros nombres tallados en su tronco y del que aún cuelga la hamaca que hiciste para Aylen, nuestra primera hija.
Todo es nuestro en esta nuestra casa, todo compartido cada rincón, cada mueble, cada utensillo, cada sonido, cada suspiro….
Te extraño…
Una lágrima asoma y resbala por mi mejilla, el pequeño Tomás se acerca con una margarita en la mano
-No llores abu- me dice con su vocecita dulce al oído-esta flor te la manda el abue.
-Gracias mi amor, una margarita para deshojar?
-El abuelo me contó que siempre te cortaba una margarita y que vos ibas sacándole de a uno los pétalos diciendo me ama, no me ama…pero que la última siempre salía me ama…
-Eso te contó el abuelo?, también te dijo que hacía trampita y que con el último pétalo me decía TE AMO?
-Me dijo: cuando no esté, no olvides llevarle una margarita a la abuela, las margaritas no mienten y ella sabrá que la amo. Yo no le entendía bien y él me contó que la deshojabas y todo lo demás…pero no hablo de trampas abu…solo dijo que las margaritas no mienten.
-El tampoco mentía cuando me lo decía, cariño…el tampoco mentía…-Tomás me abrazó muy fuerte- pero que lindo abrazo! !, anda vé a jugar con tus primos y hermanos.
-Está bien, pero no estés triste abu, yo también te quiero y aunque el abuelo no se vea…está aquí con vos, con nosotros.-corrió tras la pelota que le pasó Martín.
Entrecerré los ojos y sentí tu cálida mano sobre mi cabeza, como solías acariciarme para borrar cualquier mal pensamiento….creo que me dormí….sentí que cantabas como un susurro en mi oído, me estremecí, sentí la humedad de tus labios en mi cuello….
Cayó la margarita de mi mano deshojada y con el último pétalo me dijiste TE AMO…
Nos abrazamos….recorrimos nuestra casa, la cubrimos con nuestra esencia
Todo se convirtió en luz
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