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-¿Qué ves cariño?

-Nada, me entretuve un rato viendo ese gran letrero luminoso.- No, no se entretuvo. No fue un rato, llevaba media hora y 3 Pall Malls al cenicero. Odiaba esos estupidos letreros. Odiaba tambien el rostro de esas mujeres recien cogidas por sus amantes, maridos, que se yo, saliendo de ese motel.

-Ven, ¿qué esperas?- Mueve sus piernas, las abre, el suave roce de las sabanas lilas mientras Jesus cuelga de una triste pared color melón. El ventilador va y viene. Sus ojos se posan en su cigarro el cual apaga con cierta renuencia. Se cierran las cortinas.

-Sí, ya voy.

Se solicita el encargado de limpieza en el pasillo de conservas. Encargado de limpieza, favor de acudir al pasillo de conservas.

-Señorita, son 16.20, ¿señorita?

-Eh... Perdón. Yo, este... Mmmm, ok. Deme tambien un paquete de esos Pall Mall Rojos. ¿Cuanto es en total?

-Son entonces 65 con 80 centavos. ¿Cargo a su tarjeta?- La desaliñada cajera la estudiaba, de algún sitio la recordaba en lo que mascaba una goma de mascar ya sin sabor.

-Ok, tome.

-¿Se siente bien? Hablaba de una tal Alice.

-Sí, es mi hija. Deje firmo, tengo prisa. Tome, gracias.

-Gracias a usted.- Seguía escudriñando a la joven mujer. Se le hacía raro pensar que tuviese una hija o familia por las compras. Una botella de VAT 69, unas cuantas frutas, comida de microondas y unos cuantos refrigerios. Rubia, ojos café muy misteriosos, demasiado arabigos. Alta, espigada y nerviosa. ¿Dónde la había visto? Un rostro como ese no se olvida.


-Alo, ¿bueno? Mamá, soy Anna. Estoy en la ciudad, te aviso por si podemos vernos, sí es que quieres. Espero a Harry no le moleste. En fin, eso es todo, bye. Beep.

-¡Mierda! Odio las formalidades.- Susurra algo, se tira a la cama, prende el televisor. Toma una cajetilla del paquete y se dispone a fumar. Son las 6 de la tarde y en el cielo las estrellas se van acomodando poco a poco en el gran circo celeste.

-Al menos Alice no está aquí... Eso es algo. Fuma y juega un poco al zapping.

Anna, cercana a sus treintas era una gran promesa del teatro y el cine pero, todo cambio esa misma tarde que le dieron el papel de Alice Walls en una película para la HBO. Al recibir esta noticia, Anna se conmovio tanto que beso al viejo casero que nunca le agrado: -Puaj, bruja fea- Gimio el viejo. Sí! Maldito viejo y malditos todos.

Alice Walls, un oscar y varias nominaciones, tres maridos, muchas cirugías y amistades pocas. Tenía ya cerca de cuatro años de no recibir ya roles importantes. Cuando dejas de ser imponente en un par de jeans, es mejor pensar en otras cosas. El problema de Alice no fueron los hombres, fueron todos esos premios tan imponentes cuando ella no lo era. Pero aun así, la gente se dejo llevar. Era tan joven, tan joven. La cinta se regresa. Alguien lo dijo mejor: Muere joven y deja un cadaver hermoso.

Alice Walls, adicta, vieja, sofisticada en declive con un fino humor digno de un inglés sin su dentadura. Conoció a Anna Webb en los Golden Globe. Reconocio moverse ante su interpretación de ella misma en el film de la pantalla chica. Le vinieron a la mente los recuerdos en el plateau cuando hizo "Caen los cuervos", "Mod 69" y "Claveles para Maurice". Lloró pero no lo comento. Se había enamorado de ella. Anna lo sintio así, fingio cortesía y algo de indiferencia. Conversaron un poco de los vestidos, del maquillaje y Roy Orbison. Trivialidades más, trivialidades menos hasta que Alice dijo: -Dame tu número, quisiera conversar contigo en mi terraza.-

-Ok, pues ahorita lo comento con Susie, es mi nueva agente. Un poco loca pero es genial, si, nada que ver con mi ex agente.

-Ah, sí...- Alice observa de reojo a Susie. Su labio hace una mueca: es un dejo de asco. Susie está platicando en un pilar contiguo al de ellas con uno de sus ex-maridos. Vaya pequeño gran mundo de las celebridades.

-¿Perdón?- Inquirio la simpatica Anna, quien esa noche iba muy coqueta en un Dolce color rojo, terminando de empatar la gran pieza con un par de Manolos.

-No, nada. Digo que es genial estar cerca con estas celebridades. ¿No lo crees?

-Sí, claro, lo es. Platicar con usted, vaya... Yo le ví esa noche de los Oscars. Son sentimientos encontrados supongo. Y claro, usted tiene recuerdos de...- Alice es interrumpida subitamente.

-Cariño, ¿me disculpas? Ahí está George. ¡Hey George!

Claro, George Hewell. ¿Y yo quién soy? Anna Webb de Louisiana. No soy una tonta, tengo talento y trabajo. Tengo ahora el reconocimiento, ya verán que no sólo tengo un lindo rostro y que aparento ser una perra. He trabajado por esto. No soy hija de nadie aca. No me conocen. Soy nueva. ¿Qué me paso?

-Hey, te noto preocupada. ¿Qué ocurre sexy? Vamos.- Siente una mano ocasionandole un desagradable roce en su cuerpo. Es Tom.

-Que tal Tom, creo andas algo ocupado.-Notaba un extraño tick en su rostro y danzaba como un pugilista atrevesado. Trataba de esconder la mueca de asco y repulsión.

-Así es nena, vengo en busca de un padrino para mi próximo gran proyecto. Quiero ser el éxito del verano, ya lo sabes, tuve un éxito con esas cintas de súperheroes.

-Ah ya. Veo te gusta salir de spandex peleando con patitos y plantas mutantes. Fíjate que no veo mi vida adulta, dando vueltas y firmando servilletas de Starbucks en Comic Cons.

-Pero que hija de...

-No me vueltas a tocar en tu puta vida. No te vuelvas a dirigirme a mí. Bien sabemos que eres una puta, que has bailado con todos en los estudios. Yo sé de que vas Tom, no me impresionas y, en algún sentido creo te compadezco.

-Vas a pagarlo caro. Hablare con Thobias Silverstein y le dire que te cancelen.

-Retirate.- Contemplaba el duelo de egos y el humo que viajaba de isla a isla, mesa a mesa, parecían globos de dialogo, tan vacíos y efímeros. A veces se cuestionaba sí no hizo una mejor profesión, tal vez como el tío Vinnie, reparando puertas y drenajes. O su padre, trabajando de dentista, una vida de caries, espejos, sonido incesamente del taladro, en fin. Lo que sí no quería y no deseaba era acabar como su tía abuela, Merith, una vieja bailarina de burlesque de Atlantic City. La espondilosis cervical le acabo.

Texto agregado el 02-02-2009, y leído por 170 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
03-02-2009 Buena historia****** JAGOMEZ
 
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