Tu tienes que ser el mejor, tienes que cambiar el mundo y tu oportunidad es ahora - decía la canción que ella escuchaba mientras sus ideas, sueños y frustraciones se disipaban como el humo de un cigarro, proviniente de su mente consumida por tantas cosas.
Conservar su naturaleza, conservar su yo era tan dificíl cuando se habia metido en el papel de lo que no era, de lo que nunca soño y de pronto era su meta y mas grande obstaculo, o tal vez la oportunidad para ser un mejor ser humano.
Que dificíl es construir una persona, y más aún cuando tus esfuerzos dependen de la individualidad de ese ser tuyo pero al mismo tiempo ajeno, crear las nociones de un bien y de un mal, cuidar por que no se latime durante ese crecimiento fisico y mental, soportar sus desmanes con paciencia y reprimiendo tu enojo hasta el punto de llorar por ti y no tanto por él.
Dar y dar, y tal vez recibir un poco de reconocimiento en un futuro, pero la realidad es que la mayor parte de las personas nos acordamos siempre de lo malo y no de lo bueno.
Siente como la juventud y la jocosidad se le va del rostro y del alma, se ve convertida en alguién amargado y reprendedor que todo el tiempo esta nervioso y cansado.
Pero mientras se lamenta y siente remordimiento por esta sensación, llega el pequeño tan lleno de inocencia y fraguilidad a decirle alguna cosa casi incomprensible sonriendole y tomandole de la mano la lleva a lo mas profundo de su ser y a la base de todo ese esfuerzo, al amor el mas puro y sacrificado amor que se va regando por todo su ser y le hace arrepentirse por los momentos de enfado y reprensión a su hijo, que le tiene miedo y llora cuando su madre le grita y para demostrarle su enfado e impotencia por su falta de comprensión.
Que patetico el sentimiento de culpabilidad por reprender al primogenito a quien se ama tanto, te consume el corazón de madre y te lanza a la lona con todo confundido y con la cabeza baja te levantas para el siguiente round donde de seguro saldras perdiendo un poco más de esa juventud caracterizada por un buen humor constante y esa sensación de esperanza y positivismo soñador, tal vez gane unos aplauzos y una flor de ves en cuando, pero su verdadera recompenza será la felicidad de aquel hijo a quien con tanto sacrificio amó, cuidó, mimó, enseñó, añoró, riñó, jugo, curó, explicó,comprendió y extraño.
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